Olvidar el olvido

En días soleados yo me olvido del olvido. Y reaparecen las hadas con las mariposas de alas tatuadas con figuras de pecesillos. Y alumbran más junto con la luz del sol. Y la musa. Esa que sabe todos los acordes para la armonía. Un libro se acomoda junto a mi ventana. Para hacerme recordar de los pendientes diarios. Hay sol y saturan los colores. Nubes blancas a lo lejos. Azul recalcitrante, cielo. Los olvidos son recuerdos amarrados a la corriente del tiempo. Y no siempre son del pasado. A veces en los personas alegres son recuerdos del futuro, o porvenir como el título de Elena Garro. Lo que viene es provechoso o motivo de alegría, adelantan los sueños que no transitan los olvidos. Preciso mirar donde no se mira. Y escuchar de lo que no se dice. Viene a mí una canción de madrugada. Y es un sueño, como la vida misma.

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