Hay interiores

Hay interiores que se evidencian fuera. Como la sonrisa o el gesto adusto. Que solo el mismo saben lo que cargan. Y las palabras y los silencios. Mas lo que no se dice. Todo junto en la canasta del ayer o del futuro. Cúmulo de sensaciones. Mas ideas. Hay interiores que son torbellinos. Y revoluciones de conciencia. Hay interiores que llueven como tormentas. E interiores de una nieve de limón. Cuento cíclico de Caperucita y el lobo. Hay interiores como infiernos que resplandecen. Y exteriores que son mutismo. Usted me entiende en lo que digo. Salvo que nadie sabe quien es usted. Un niño gigante  me mira desde su torbellino con su oreja morada. Y me pido perdón por lo que dejamos de hacer. Ceguera moral es mi advertencia. Vamos hacia el barranco. Atraídos por el sonido de la flauta del lucro.

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