Los meses y los días

 1. Mas allá del discurso de lo que es un mundo mejor. O precisando mejor, para qué o para quién. Y si ese mundo mejor va a ser un cuento infantil que podrá ser posible solamente en el futuro que nunca llega. Recordemos lo que identifica los meses del año en la vida personal. Porque los años se van sin detenerse. Y todo lo que nos sucede, para bien o mal, se da en el tiempo y espacio nuestros. Personal y colectivo. Y lo que hacemos en los días, es lo que determina nuestro paso en este viaje único en el que transitamos.

2. A veces me preguntan, "¿cuál es tu mes favorito?"  Y respondo que no tengo uno en especial. Y a veces digo que todos. Porque trato de vivir lo más tranquilo posible. Como decir: en paz y armonía. No es fácil, lo sé, lograr estas maneras de transitar en la existencia. Pero sé que también depende de la actitud que asumimos. Algo parecido me sucede cuando me preguntan ¿Qué música te gusta? Mi respuesta es toda. Cuando voy escuchando radio en mis viajes, cambio constantemente de estación, buscando como desesperado, estaciones que ponen música variada. Y si voy en camión o combi escucho las cumbias de Rigo o Chico Ché, o corridos de los Tigres del norte y Ramón Ayala y sus Bravos.

3. Puedo decir que febrero es mi mes favorito, por las celebraciones del cursi amor y la bella amistad. Y reflexiono sobre ambos temas, que los considero motores de la existencia humana. Nostalgia de lo vivido. Recuerdos de amigos cercanos y lejanos en geografía. Aquí, allá. En varias partes. La propaganda conduce al consumismo. Dejémosla críticamente al lado. Nadie que te quiere bien espera regalo alguno, más que tu presencia. Y sin embargo viene bien un detalle presente, como la manzana, que Eva compartió con Adán (se dice).

4. Noviembre también lo es (favorito). Por muchas razones. Una de ellas porque es mi cumpleaños el día 13. También por las celebraciones de los amados difuntos. Tamalitos por aquí, por allá. Las calaveras que leo o escribo, esas formas versadas de jugar a que la muerte anda entre nosotros, con su guadaña dispuesta a llevarnos a unos y otros, amigos cercanos, o a políticos con vergüenza o sin ella. 

5. "Ya se oye la chicharrita, ya viene mayo, ya viene mayo...", dice una canción alusiva a este quinto mes. Y recordamos las fiestas cívicas y celebraciones que comprende. Digamos las de la madre y los maestros. Pero también en saber cómo anda la conciencia de los trabajadores y sus luchas que no terminan, recordando a los que dieron la sangre para que gocemos de las prestaciones que recibimos (cuando tenemos trabajo).

6. Mis argumentos de por qué me gusta septiembre, tienen que ver con esa forja que se ha ido construyendo de lo que llamamos patria. Y sin tanto discurso se refiere a amar la tierra donde nacimos y crecimos. Orografía cercada por las fronteras naturales y las políticas en el norte y en el sur. Me siento bien si camino por la playa del Pacífico o Atlántico. Y lo mismo si me adentro en los cerros y montañas, donde hay mucho bosque en el centro del país, y extensas nopaleras en el bajío y el Norte. No soy de los que dicen "yo amo mi patria mexicana", sino que me asomo a los rostros de las personas y miro su sonrisa, escucho sus palabras, y me baño en uno u otro río. El desafío es cambiar sin perder las viejas y nuevas tradiciones y nuestras bellas costumbres. Canto dos o tres canciones que refieren a esta tierra. Mi México lindo y querido.

7. De marzo gusta la primavera. Ese renacer de hojas y abrir de botones para el regocijo de nuestras miradas en los bellos pétalos de colores. Nunca ha sido más esperanzadora la naturaleza que en este mes en que se conjuga la luz para la tibieza, con las ganas enormes de vivir. Atrás queda el invierno cuando hubo sinsabores, y nostalgias que nos entibien con caricias. Y de colores se visten los campos en la primavera, dicen unos versos. Y es la poesía esa especie de fiesta de las palabras, donde el ritmo y las imágenes nos alimentan el alma. Poesía: mi y tu arte en el todo. Nunca ha sido tan mía como cuando el amor me bendice. El amor a la naturaleza, que allí tengo todo. Mi vida solo es un modo de existir.

8. Como esperando abril, canción de Silvio el cubano. Y en este mes se conjuga todo menos el frío. Ya los colores del verde inundan nuestros campos. Ya estamos bien instalados en el año. Y recordamos sucesos en años anteriores cuando este mes hacía sus días nuestros más felices. Algunos abrazos, algunos besos. Y el escribir atentos de lo que nos iba pasando. Para seguir recordando que la vida es un viaje. Y abril nos recuerda que somos inmortales como materia, durables como especies, efímeros como individuos, la nada en el universo.

7. Julio y agosto, vacaciones de verano. Mas por la profesión, fue mi ruta por más de cuarenta años, que se rige por un calendario escolar. Esos dos meses tienen que ver con descanso y viajes por las carreteras del país. Julio el anhelado, porque en ese mes inician las vacaciones y para cuando llega agosto se siente nostalgia porque se están terminando. ¿Pero cómo no recordar las separaciones cuando enamorados fuimos estudiantes? Y en esas vacaciones era separación, escribirnos cartas que sellábamos con un beso. Y volvernos a encontrar con el inicio del ciclo escolar. Todo esto cuando adolescentes, con ese despertar seminal y sentimientos puros, del amor en las relaciones de dos.

9. No se me olvide enero. Emoción del año nuevo que inicia esperanzador de que las cosas mejoren. ¿Qué cosas? sobretodo las que nos incumben, sean de salud, de dinero y de prosperidad, como bien dice el lugar común. E el renacer con la emoción del plan de año nuevo. Hacer ejercicio y leer. Hacer el bien sin mirar a quién. Aprender lo que he dejado pendiente y es anhelo de mi corazón. Luchar por materializar mis sueños. Cultivar plantas de aroma y de olores. Sembrar arbolitos de frutas. Y viajar a lugares nunca antes vistos. Empezar a escribir la novela, siempre inconclusa desde el capítulo primero. Y sumar la palabra a la revolución...de las conciencias.

10. ¿Te acuerdas de aquellos años de dicha? ¿Te acuerdas de un mes en el que todo era de alegría plena? No hay más que decir que cada uno tiene (para que tenga) sus propios atractivos. Sea por una razón u otra. En un mes y en otro, tomamos decisiones que definieron nuestra vida. Aquella vez que escogimos carrera. La vez que empezamos un noviazgo con los cambiantes amores de nuestra vida. El mes del matrimonio o nacimiento de hijos. El mes de la separaciones que no vimos el beneficio en ese momento. Que tanto pierde uno y otro. Y nadie sabe lo que gana cuando pierde. El mes de la invasión. El de las elecciones que cambiaron el rumbo. El mes de las decepciones cuyo dolor ya es historia. 

11. Pero asimismo miremos la otra cara de la moneda o de la luna. Si bien miramos la belleza y hacemos lo posible por crearla, promoverla, mostrarla, apreciarla, también existen fuerzas que van en contrario, con el fin ruin y atroz de construir un mundo de alienados, de que no se piense para que no se cuestione. De que se viva solo con prisas y ansiedades. De que miremos los grandes centros comerciales como centros de diversión y entretenimiento. De que consumamos lo que no nos hace bien y compremos lo que no necesitamos. Reiría Diógenes ante tanto disparate mercantil- Y todo ese estado de cosas va construyendo un inmenso mar de basura (para decirlo suave), dejando como saldo inequidades en extremo. Para construir un mundo mejor, se requiere saber con mediana exactitud qué fin tienen el existir vivimos. Y entre lo podrido, qué necesitamos con urgencia cambiar.

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