Para Fátima
1. Oh sole mio, canto nomás despertando, como anuncio de la alegría que me espera, pero que no espero de nadie, sino de mí mismo. Y eso me hace sentir tranquilo, como pez en el agua, como cochino en su lodo. Bien a bien es todo lo de mi alrededor, lo que me ha de causar furor, por la existencia misma. Canto a la vida a como es, con vicisitudes e incertidumbres, pero también las chispas de felicidad que me son pródigas. Hay siempre todas las posibilidades de ser uno mismo, y asomarse al abismo para saber que hay otras rutas de volar, porque la rama se puede quebrar pero la capacidad de vuelo del ave le hace sentir seguridad, bien lo dijo el poeta, aunque cruja la rama, el ave de todas maneras canta, porque bien sabe lo que son sus alas.
2. No es ingenuidad sentirse feliz a toda costa, y aunque lo fuera. La desesperanza acecha y será siempre constante. Mas basta un instante de dicha para saberse que la luz del sol aparece luego de la densa oscuridad. La neblina no es más que el velo que poco a poco se desvela para mirar los colores saturados de lo que se mira a nuestro alrededor. Sean hojas, ramas de árbol o el bosque entero, que con esmero labra un ser divino, o sea llamado naturaleza, qué importa, si el paraíso nace dentro de uno mismo, de construir ideas y enunciados que le den sentido a esta realidad que nos circunda a la vez de la que formamos parte.
3. Yo estoy aquí, en este instante, pergueñando un texto, sin mayor pretensión que hacer juegos de palabras, que fluyan como el agua en el río, que baja de lo alto sin ser mío, a veces baja de la montaña, y pasa por pueblos y rancherías, donde recibe lo mismo basura, palos tronchados, que miradas de esperanza de la gente que alcanza a mirar mejor destino, y las risas de bañistas, cuya piel desnuda rememora el universo, y en cada verso de rima, las ánimas encarnadas se animan a mirar de mejor manera, lo que alrededor acontece. Para finamente el agua encontrarse con el mar, que por todo el trayecto que pasa es el verdadero amar, o sea, la vida misma.
4. Me tratan de espantar con la robótica, como con el petate del muerto. Ya ese cuento me lo sé. No lo van a lograr. Porque todo lo que pasa o pase, de todas maneras lo entiendo como ese capitular y recapitular del ser humano en sus distintas versiones. Siempre habrá poemas y canciones y pinturas por doquier. Siempre habrá guiños y sonrisas. Niños que jueguen. Parejas que jueguen a la vida y al amor. Y la amistad se enarbole como bandera de humanos. Señor, la robótica no es más que creación humana, y debe dársele sentido de ayuda a nuestras tareas, como la tecnología ha hecho en la historia. Aquella rueda de los primeros años, las máquinas simples en su conjunto, hasta pasar por el motor y la imprenta. Todo eso cuenta para saber que estamos en el camino de siempre. Altas y bajas. Y lo bueno junto con lo peor, conviviendo.
5. Cada sonrisa es aliento, cada caricia es ungüento para el dolor de vivir. Decir dolor no es mal agüero, ni escepticismo vano. Resulta que hay apegos y es lo que causa dolor cuando alguien se ausenta, y se acrecienta el dolor con la muerte. Esa es la real suerte por estar vivo. Es el pago, digámoslo así. La muerte no es enemiga, solo fase de andar por estos rumbos. Habrá cataclismos, terremotos, pero también abrazos y besos, y el amor, trenzada la carne para seguir como especie que siente y piensa, aunque nos parezca mal lo que miramos, pero a veces es el mismo pensar mal, para que se construya lo que no se quiere. Hiere decirlo, lo sé. Pero la humanidad radica en lo que se piensa, dice y se hace. Y no puede pensarse mal y hacer el bien. Ni todo lo contrario.
6. Hace bien no el escapulario colgado en el cuello, sino lo que hace el depositario de la misión humana. El mal no es por generación espontánea, ni porque así salieron las cosas. Ni vale decir que "este me salió malo o mala". Sino que todos son enlaces de lo que se hace. A veces ni nos damos cuenta del daño que hacemos con una palabra imprudente, con un acto inconsciente o una expresión no pensada. Se nos va la pata metida, y para sacarla no tenemos valor de decir que se ha cometido error, y la palabra disculpa o perdón se nos dificulta. Y dejamos que el azar componga lo que hemos descompuesto. Me refiero a las relaciones humanas.
7. Hace bien un helado, una agua limonada. Hace bien un abrazo. Una mirada de aliento. Una caminata sin prisa solo o acompañado. Hace bien un poco de lectura o mucha. Mirar una puesta de sol o el amanecer. Oler la guayaba carnal o el durazno en su mejor momento. Hace bien el tormento de la dicha. El huracán de buenos deseos. Hacer bien por el bien mismo. Sin el egoísmo de hacerlo por sentirse mejor. Hacen bien las miradas que acarician. Que alguien diga nuestro nombre y que piense el deseo de que nos vaya bien. Hacen bien las conexiones de pensar en los otros, cercanos o lejanos: aquel amigo, aquella amiga, que están lejos, pero cercanos a nuestros afectos.
8. Y a manera de Serrat con su su canción "prefiero", yo le sigo la corriente, que prefiero la charla del demente a las buenas palabras del asesino. Prefiero el beso de Judas a la simulación de los afectos, donde anida la traición. Prefiero la ausencia sana al rogar insano. Prefiero una mano en mi mano, sea de saludo o caricia, que miles de manos aplaudiendo a los falaces. Prefiero en la baraja de la vida, la cuarta de seises, al as o rey disparatado, cuyo ego le hace sentirse superior que de nadie necesita. Prefiero el agua clara y transparente que bebemos las especies, al agua bendita guardada en un rincón. El agua corriente, al agua de garrafón. Prefiero tu mirada aunque sea de lejos, a la mía tan cercana que se mira a los espejos, como si ese fuera la misión. prefiero reconocerme humano en los otros, que pregonar lo mismo dentro de mí.
9. Yo le pido perdón a Fatima. Al espíritu de Fátima. Al alma de ella. Por todo eso que le ha pasado y a su hermano Daniel, a su familia. Ella de 12 años, fue brutalmente asesinada en el municipio de Lerma, Estado de México, en 2015. Tres torvos sujetos, de tres generaciones, uno anciano y uno menor, otro joven, la asesinaron, sobra decir que con saña y premeditación. Una niña. Regresaba ella de la escuela siempre por el mismo camino. Y la interceptaron sus maleantes vecinos. Ella soñaba con ser médico para curar a sus padres ya viejos, decía desde niña, la niña que lo era. Y un Vía crucis el pedir -como rogar- justicia desde entonces. Y ellos a salto de mata, ¡los familiares víctimas! por el temor de la venganza de los asesinos, por ellos pedir, rogar justicia, sin distraerse. Y en ese salto de mata, vivir en Nuevo León, y enfermarse Daniel, y morir por negligencia. ¡Qué desgracia aumentada!
10. Pasa un vecino de mis aprecios, que se llama Juan. Yo abro al ventana y en su pasar le grito ¡Juanelo!, a manera de saludo. Él voltea a verme y no me mira, porque estoy en la ventana, pero dentro de la casa. Y me contesta "ejaa", a manera de respuesta cariñosa. Y eso me hace sentirme bien. He abierto la ventana y ha entrado el aire fresco. Y yo le pongo fin a este texto.¿Qué más hacer?
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