Despertar en Macondo


1. Cuando despertamos, muchos años después de su aparición en la novela, Macondo ya estaba allí, en la.plataforma Netflix, listo para que lo comparemos ingenua e inevitablemente casi, con la secuencia en el texto "Cien años de soledad", que ha maravillado a varias generaciones de lectores. No es para menos. Muchos de sus admiradores la imaginaron película. Se dice que su autor Gabriel García Márquez, nunca quiso y por lo tanto no autorizó ese traslado de un lenguaje a otro. Y muchos otros no la queríamos película. 

2. Vi dos de sus capítulos ayer. Los vi desprovisto de prejuicios y sin esperar que se pareciera en calca a la novela homónima. Iba reconociendo algunos paralelismos, evidentes en la voz en off que leen directamente del libro. E iba disfrutando a sus personajes, a las locaciones campiranas, selváticas, primigenias. Nace un nuevo mundo que es a la vez real y es maravilloso. Y sin duda nuestra mirada es a la vez crítica y cómplice. 

3. El lenguaje narrativo es distinto al lenguaje visual. Así como el lenguaje plástico lo es. Si por ejemplo "El grito", de los cuadros más conocidos de Edvard Munch lo tratan de pasar a película, se dificultará en gran medida y nunca será igual, aunque lejanamente parecido. Nosotros vemos el cuadro: una persona que va corriendo por sobre un puente. Vemos un barandal. El área que se percibe árida y el horizonte incendiado por los rayos del sol crepuscular. La película tendría que indagar, suponer la historia del antes y del después. Y hasta allí. El estupor que se percibe es sugerencia del pintor que lo traslada al espectador. Y este interpreta. Pues con "Cien años de soledad" sucede algo parecido.

4. No he buscado referencias a lo que hayan considerado los familiares herederos de GGM respecto al paso del bello texto a la película o serie. Seguramente impusieron condiciones que limitaron a los guionistas para que no desplegaran su imaginación ellos. Así que debió transitar por una linea impuesta, que en nada demerita los capítulos que he visto, y que seguramente fue y será la que se siga en los capítulos aún no grabados que conformarán la segunda etapa. Si yo quiero encontrar la novela en la película, no lo voy a lograr nunca. 

5, Antes de seguir afirmo que el texto de la novela nos deja abiertas las miles y los cientos de miles de posibilidades que la imaginación nos aporta para ir "viendo" lo que se va narrando. Enriquecida nuestra imaginación, la enriquece aún más. En cambio en la serie se limita a una sola versión de imágenes que son las que vemos, distorsionadas si las tratamos de ceñir a una de tantas versiones que nuestra mente nos prodigó, nos sugirió, nos planteó, en la novela. 

6. Además de la novela conocemos varias anécdotas contadas por su autor. De la renta que debían de tres meses, y el casero que llama para recordar al deuda. Contesta Mercedes y tapando la bocina pregunta al escritor que en cuántos meses la termina. "En seis". Y respondiendo al casero: "Le debemos tres y le vamos a deber seis meses más". Luego de colgar le dice al esposo: "espero que la novela sea buena para poder saldar las deudas". Y que al momento de intentar mandarla por correo, solo tenían la mitad de dinero que cobraban por el peso. Y decidieron mandar solo la mitad. Solo que se equivocaron por las prisas y los nervios y mandaron la segunda, no la mitad del inicio.  Etc.

7. En su momento conoceremos las vicisitudes para encontrar las locaciones, los actores, los cambios en los distintos capítulos del guion. Lo que se llama el detrás de cámara. Y si los niños que iban naciendo fueron creados con Inteligencia artificial, o de lo contrario era el mismo niño naciendo sin cola, que era el augurio por casarse entre primos, José Arcadio y Úrsula. ¿Cuando leí la novela? Cuando andaba en los veinte años. Y me he asomado a ella cuantas veces he querido. A veces al inicio. A veces la abro en cualquier página y me recreo antes las distintas variantes de la historia. No se necesitan cien años para comprenderla, sea en soledad o compañía. Se requiere solo dejarse llevar por el fluir en el río de los acontecimientos, a veces caóticos, a veces en paz, como es la vida misma.

8. El caserío de Macondo, en la serie pasa en unos diez años -muy poco tiempo- de ser fundado con tiendas de campaña, luego casas de madera y adobe, a calles bien hechas y casas de pueblo muy bien construidas. Lo mismo se habla del aislamiento que tiene con el mundo. Y sin embargo no se explican muchos objetos que inevitablemente son consecuencia de intercambios con otros pueblos o ciudades. A lo mejor no es tan notorio. Seguramente los historiadores asesores valoraron dichas situaciones y consideraron que a la adaptación cinematográfica no le afectaba.

9. La novela empieza con el recuerdo que tiene Aureliano Buendía frente al pelotón de fusilamiento, de la vez que un grupo de gitanos llegan a Macondo con la novedad del hielo, que parece un diamante transparente, según dice José Arcadio (padre de Aureliano), y que su padre lo lleva a conocerlo. Mecánicamente lo toca José Arcadio sin reflejar sorpresa por el frío que debió sentir al tocarlo. Lo que sí hace Aureliano, aunque no inmediatamente. Por otra parte, muy bellas las imágenes de cuando llegan los gitanos por segunda vez y llevan el invento del imán. La novela lo dice. La serie lo refleja. Todos los objetos de hierro, a manera de magia, se mueven, se caen de las mesas y los clavos que unen la madera parte que se van a desenclavar ante la fuerza de atracción del imán.

10. Melquiades como personaje es excelente tanto en la novela como en la serie. El joven Jose Arcadio conoce el cuerpo femenino con Pilar Ternera, lectora de cartas y de las lineas de la mano, quien con su mano al tocarle su grande varonilidad, le hace sentir como si tocara el cielo. Enfebrecido la busca una medianoche, y siguen su atracción de carne como el iman al hierro, y se encuentran en esas noches encendidas por ellos mismos, hasta que ella queda embarazada y él se sorprende, y para mayor solución, huye con una muchacha gitana, en extremo guapa.

11. Si no ha leído la novela, la serie es maravillosa y real. Si ya la leyó, le parecerá igual, aunque a lo mejor se desencante. Pero si la mira sin esperar que sea calca de la novela, seguramente habrá de disfrutarla. Las imágenes de la llegada de los gitanos a Macondo me gustan mucho. Las del éxodo en busca de la tierra no prometida, igual. Macondo será siempre nuestro lugar de refugio cuando tenemos sed de vida con paz y armonía, maravillándonos con todo lo que existe, con las pequeñas cosas que tenemos a nuestro alrededor. 

12. Yo mientras tanto, ahorita me tomo un café. Y entre semana tendré tiempo de mirar unos dos capítulos más, para seguir el tramo de los cien años de soledad. Pd. Y sí me hubiera gustado una mayor libertad para los guionistas, que permitieran a los personajes verse más reales en el contexto de un pueblo. Donde los niños de la novela jueguen con otros niños. Donde otros personajes le den mayor visos de realidad cotidiana a Macondo. Una cantinilla por allí, algunos ritos, etc. Pero volveré con el tema luego de ver otros capítulos.  



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