Memo Hübner, para los amigos
1. Nos ha dejado Guillermo Hübner, periodista a carta cabal, decano. Una caída, un golpe. Me contaron que llegó de pie al hospital. Por eso jamás imaginamos que esa caída fuera la causa de que se nos fuera físicamente. Sea así. Se nos presenta la muerte, impertérrita. No da tregua, ni espera. Cuando toca, aunque no nos tocaba, decimos. Y así decimos de Don Memo, como cariñosamente le decíamos, perdón, le seguimos diciendo: a Don Memo no le tocaba.
2. Sabía de él desde hace muchos años. Allá por 1986 escribí unos textos con pretención de literatura. Los dí a leer al poeta Teodosio García Ruiz, mi compañero de grupo en Ciencias de la Educación. Yo tenía 26 años, él 23. Los leyó y reía mientras iba de anécdota en anécdota. El texto se llamaba Las malas compañías. "Te lo voy a publicar en una página cultural que coordino", me dijo el Teo. La página era del periódico El Clarín, y su director supe que era Don Guillermo Hübner Díaz.
3. Y la vida siguió, como dice la canción. El Clarín y la columna Guayabera política que escribía Don memo, siguieron su trayecto pasando por las vicisitudes de todos los medios independientes. Arriba a veces y otras abajo, según los vaivenes de la veleidosa política y las relaciones del gobierno con los medios. Y siempre la pluma de Don Memo se mantenía prudente, sin andarse por las ramas ni en los excesos. Caballero en su pensamiento, lo reflejaba en sus textos políticos y en su charla. Cuidaba bien tanto las palabras como los silencios y sabía cuando debe ser utilizado una u otro.
4. Coincidí con él en un convivio del abogado y periodista Joel Taracena, en el restaurant La vereda 300. Me tocó estar cerca, aunque más bien junto a él. Lo cual permitía escuchar bien sus palabras, sus respuestas a preguntas que le hacían. De su tono de voz grave. Y me di cuenta de su prudencia en el hablar solo lo necesario. Y la risa que brotaba de él, siempre se percibía conectada directamente al corazón y a la razón. No era de risotadas. Sino de risa tranquila, armónica, franca. Gustaba de decir aunque más escuchar anécdotas. Esa vez compartimos el pan y la sal, con la anfitrionía de Joel y su familia.
5. Luego Joel Taracena me invitó a presentar uno de sus libros en el municipio de Jalpa de Méndez, en el poblado Mecoacán. Y compartí presidium y tarea de presentador con Don Guillermo. Lo mismo, estuvimos juntos en coincidencia, codo con codo. Y él leyó un texto sobrio sobre el libro, a diferencia al mío, que era más bien como si estuviera platicando con el auditorio. Le dije, que me había gustado su texto, y la manera en que lo leyó. Era de voz grave, así que se le escuchó muy bien. Mientras él leía, yo miraba el auditorio y me daba cuenta de que le iban siguiendo en su Hilarión de palabras.
6. Después lo seguí viendo y escuchando en distintas emisiones de "Aquí lo dijimos", de canal Facebook, de Pepe Zurita. Una pareja de ases en el periodismo. Mancuerna complementaria entre la sucesión intensa de palabras e ideas de Pepe, y lo sosegado de Memo, quien con parsimonia emitía su comentario, su opinión, sopesando cada una de las palabras. La dinámica de ambos así era. A eso me refiero cuando digo se complementaba, en mérito de ambos, con características distintas.
7. Es un lugar común decir que ahora Guillermo Hübner descansa. Pero quienes le estimamos no lo queríamos ver en ese concepto del descansar. Sino el descansar en su dinamismo permanente de caminar por las distintas calles de Villahermosa, de conversar en los cafés, de verlo reír al escuchar anécdotas y contar las propias y detalles de su vida. Su columna "Guayabera política" dio cuenta de los sucesos políticos más importantes del estado. Sus comentarios eran sobrios, sin descalificar, sino un análisis para poner en las discusiones públicas lo relevante de la vida cotidiana de los tabasqueños. Tanto lo nacional que nos afecta para bien y mal, como lo local que trasciende lo común y lo cotidiano.
8. Fue jefe de prensa del PRI en aquella época en que simpatizar con la izquierda era ser opositor en los distintos regímenes autoritarios. Y Guillermo nunca ocultó su simpatía por las ideas opositoras, en ese tiempo. Sus amigos lo seguían siendo donde quiera que se ubicaran en el espectro político. Se dice que cuando López Obrador se fue del cargo ofrecido por Enrique González Pedrero, luego de que lo quitara de la dirigencia del PRI estatal, Clarín salió con la noticia principal (la de ocho) con un lacónico "¡Se fue!", y con la fotografía de un Andrés Manuel triunfante; lo cual era una burla para el jefe de Palacio.
9. Y se dice que una ocasión, cuando en la televisión del estado (CORAT) salió un documental donde se hablaba de las bondades del capitalismo, el político y poeta Jose Luis Solís escribió un artículo de opinión dando cuenta de la contradicción y hasta oprobio que un canal de tv oficial, de manifiesta actitud de izquierda, expusiera al público, a manera de editorial propagandístico, un documental sobre los bondades del modo de producción capitalista. Dicho artículo JLS lo llevó ante su amigo Memo Hübner y este lo leyó y publicó en su "Clarín", a sabiendas que no caería bien en Palacio de gobierno.
10. Pero ahora ha callado El Clarín. Digo callado en la tierra. Porque seguro que allá donde ande, seguirá pregonando las buenas noticias, las buenas ideas, seguirá mostrando en los hechos el don de la amistad, de la necesidad de relaciones armónicas entre todos los seres. Las notas de Clarín, perdiosimo libre y cierto, seguirán resonando y haciéndonos vibrar en el recuerdo de Guillermo Hübner. Memo para los amigos.
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