A veces la muerte

A veces la muerte se disfraza de dulzura. Y nos abraza sonriente. O la encontramos en el precipicio a punto de caída. O en una fiesta ruidosa. Nos invita copa. O limonada. Y con su cuenca  nos mira luminosa. Nos toma de la mano y bailamos el vals de la vida. Y quisiera cambiarse del bando de la vida. Y lo dice displicente. Yo os le hago un discurso que le soplo al hueso  donde el oído. Y melosa acurruca en mi cuerpo. Tibia me abraza. Y poco a poco me voy iendo. No vinienfo. Que más. Hoy no. Mañana. Dice. Y así me tiene. De esto ya hace tiempo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam