La ira

Dulce es la ira contra la injusticia. No es mala por sí. La ira es esencial en la indignación contra lo que daña. El poema ha de volar entre lo etéreo o intangible. Mas si no baja a ras de suelo y recorre los barrios marginales, mejor se agote en los libros guardados. Ha de despertar conciencia por lo bello, por lo excelso. Entre esto la justicia. Doble apuesta hace la usura. El despojo mueva a silencio e indiferencia. Los niños no llegan más a la escuela. No hubo desayuno. Tortilla con sal y limón. La madre busca en la basura algo para llevar a comer a casa. El pescuezo de pollo y el espinazo para caldo. Doce horas en la tienda de autoservicio. Salario sin bozal. Guardias de seguridad. Cárcel para el robo de leche. Libertad para el capital. Ceguera moral de no importe nada.  Porque nada sucede si no es a mí. Egoísmo promueve la usura. La carta mayor. Por eso vamos a indignarnos. La ira sea la savia. El odio es la flor del mal. La ira es la savia de la justa esperanza. La ira está aquí entre nosotros, comamos uvas. La ira del amor acometido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam