Caigo constante

Caigo constante. Sábelo. De pronto voy en caída libre. Y me detengo en las alturas. No es casual. Una mano me sostiene y me deja un rato en las nubes. Y al seguir me detiene entre la bandada de pájaros. Es un sortilegio escuchar en directo los trinos. Y sueño que me salen alas. Y despierto y vuelo como cinco centímetros por sobre el suelo. No es tanto. Ni tampoco casual. Resulta que traficamos palabras. Buscamos, escudriñamos el mejor regalo de nuestras palabras y las acomodamos afín a los trazos. Caigo, claro. Y la caída no se entiende cuando solo quedo. Y me da por pensar enormidad de datos filosóficos. La nada, sé, me sigue. Me escurro al bulto con palabras. Es una manera de defenderme contra el olvido. Como caer en pozo profundo y con las uñas tratar de detenerme en su pared.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam