Me piden de nuevo
Me piden de nuevo que salte y me alegre. La alegría es consecuencia de actos nada fortuitos. Antecedentes de bien vivir. Y de sopesar las caídas. De admirar la belleza de la rosa y el canto de los pájaros. La alegría es producto de combinaciones varias. Entre ellas un lunar, un libro viejo, el verso alado. Me piden de nuevo que calle. El pensamiento es palabra saltarina y vivaz. Es ese fluir de roca húmeda, lava ardiente, durazno en almíbar. Me piden de nuevo. Me piden. Y el infortunio del hombre, lo sé es el silencio. El miedo. Las ganas enormes por volar y remontar el vuelo. En los sueños, sí. En los anhelos, sí. Por eso las palabras van con el polvo, la miel, y la arboleda al final en el cementerio. O las flores. es un ejemplo. Me piden sonrisas o palabras de aliento. Me piden agua en la resequedad. Y no tengo más que mi tiempo. Medido tiempo. Y este coraje inmenso por vivir.
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