Me lees

Qué pretensión. Me lees. Gracias. "Soy su fan", dijo convencida una señora delante de otros compañeros. Le abracé con pena. Y solo atiné a corresponder con un gracias. Así como ella, otros más, pocos. Y seguro esa lectura busca señales. Resquicios de algo del pasado. Ceniza de plomo y huesos. Y es entonces que escribo que me lees. Porque me lo has dicho, sin creerlo yo. Porque nos hemos acostumbrado a lanzar al viento una señal. Captada o no. Mas con interpretaciones. Me lees. Seguro si. Y el discurso es distinto y distante. Nada somos. Más que el recuerdo, si al caso. Me agrada saber que lees. Me lees. Nada ha sido en vano. Esto es cierto.

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