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Mostrando entradas de diciembre, 2018

Escribo un texto tóxico

Escribo un texto tóxico. La lluvia tóxica en las afueras. Los árboles tóxicos. Miraba un programa teve tóxico. Y me supe tóxico. El camión tóxico. Había algo raro. La granja orweliana tóxica. De los borregos tóxicos. Había venteros tóxicos. Alguien me llama. La lujuria no es verbo. Se tomaron fotos tóxicas. Era el ambiente. Y la música tóxica. Hagamos un paréntesis. Si es tóxico. Personas tóxicas izaban banderas nacionales. Banderas tóxicas. Por amor a la guerra y la paz. Un globo terráqueo tóxico. Y marranos tóxicos. Las moscas estaban en el pastel tóxico. Respiramos. Y el aire tóxico. La luz tóxica. El discurso lo mismo tóxico. Un policía tóxico. Nos censuramos. La espera tóxica. Doctrina el viento. Las caras tóxicas. El sueño tóxico.

Me piden que escriba un poema

Hay que sacar la basura temprano. Antes que pase el camión recolector. Zapatos y ropa vieja. El tiempo. La agenda no utilizada. Y guardo silencio. La basura ha salido a tiempo. Y es algo lindo. Todos lo agradecen. La vida  va sin embargo.  Exigencia de verbos que construyan. Que hagan reír. Y hay silencios. El llanto va mas lejos. Se quiere el poema, el libro de poemas, no el sufrimiento. La rosa sin espina. El poema sin suplicio. Miro hacia todos lados. Hay todo un discurso en la manera de caminar. Erguido o no. Encorvado. Aprender a leer los rostros, los silencios. El tiempo pasa. Inmisericorde. El plástico envuelve corazones. Ese es el problema. Causa de las causas, la usura. ¿Dónde dejé el libro de Ezra Pound? ¿Dónde el de Whitman?

Fin de año

(1) Hacer un balance es necesario al caer el 2018. Por aprendizaje. Para valorar la vida. La que se escapa día a día. Reiterar a la amistad como certeza. Y los valores en general. Ayer escuchaba nuevamente ¿Y Fernández?, poema de Retamar (Roberto Fernández Retamar, poeta cubano). Y entra humo en los ojos, cuando escribe, en referencia a su papá, que no aceptó un puesto en el gobierno, porque sabía que era para robar. Así de sencillo y fácil. Tendré los pendientes de siempre. En prioridad, atenderme en la salud. Que es cosa buena y de la mayor riqueza. Y ahora con los lentes, como nuevos ojos, leer por sobretodas las cosas, y en segundo plano, escribir. Como sombra que se nombra. Como ese fantasma bonachón que me sigue a todas partes. Agradezco la compañía de los amigos. Escribir sus nombres es complicado. Horrible dejar de lado, por descuido, alguno. Tengo pocos amigos y amigas. Pero muy buenos. Aquí y en la frontera Norte. En algunos estados. Y en dos o tres países. Sí, muy pocos. Se

Ayer enterramos a mamá

Ayer enterramos a mamá. Reitero en el presente perpetuo de hace 16 años. No tendré madre a partir del entierro. Dije unas palabras. Apenas describir el nuevo lugar donde estará mi madre. Jardines y flores. Manantiales de agua fresca. Y desde allá estará pendiente. Llevará registro de nuestras sonrisas. Ver bajar el féretro. Polvo eres dice el padre al momento de poner la cruz en el día de ceniza. Nos lleva. Nos vigila. Nos cuida. Estamos niños. ¿Por qué dice eso el padre? Pregunto. Y la respuesta rápida. Kacinica. Eso sí Is. Polvo. Nada. Baja el féretro. Y empiezan las paletas de tierra. Algunas flores. Quiero pongan nombre a mi lápida. Nos había dicho. En el ropero está el dinero para la lápida. Allí lo encontramos por la tarde. En una bolsa pequeña. Hace. Friio. En el alma. De encaja como alfileres. Ayer enterramos a Jorge Castillo, en Jalpa. Ayer a mí mamá. En el panteón del ejido La Cruz. Apenas ayer. En ese instante de la mirada anterior. En este nuestro tiempo. Hoy en la mañana m

Velamos a mamá

Que turbia la borrasca del duelo. Vorágine. Antenoche murió mamá. A las 10 PM se fueron las últimas visitas. Por Dios que no vi la muerte. Ni una queja de mama. Ni señal visible. La muerte en su ronda. Mi madre al momento de acostarse sintió el rayo suave. Al instante levantóse. Y en automático caminó hacia la sala. Se sentó en el mueble de la sala. De niños nos mandaba a las posadas de la iglesia. De niños nos cuidaba en la enfermedad. De niños se angustiaba al jugar fuera de su vista por horas. De niños nos llevaba a Brownsville. Nos tocó andar de aquel lado cuando la muerte de Kennedy. De niños nos llevaba a casa de su hermana tía nuestra Socorro. De niños nos cobijaba. Su féretro todo ayer en despedida. Allí, callada y sencilla. Durmiendo santa, noble. Todo hijo tiene la madre más linda. Así era ella. De joven me tenía mi uniforme listo para la escuela. Péinate bien, ordenaba . Y su sufrimiento cuando sabía que yo andaba en la alberca sin saber nadar. Me lo recrimina amorosa en mi

Hoy muere mi madre 2

Hoy muere mi madre. Un pasado proximo presente. 16 años. Nadie le ha pedido. Ella sirve. Mi madre iba invicta. Una diabetes perfectamente controlada. Acudía puntual a la cita médica. Un Centro de salud. Yo voy con ella. Camino por todo el bordo del canal Soliseoño. Mi madre ha hoy muerto en unas pocas horas. 16 años hace. Hoy mismo. Me lleva de la mano. Por cita pediátrica. Por vacunación. Yo estoy en la cocina. Leo  lala revis Proceso. Fuera está o un libro. Mi madre entra y sale. Había puesto café. Huele a café. En la sala mis hermanas y sobrinos. Leve fresco de la n la nvierno que acaricia. La muerte juega la ronda. Mi madre entra y sale de la cocina. Me da café. Ordena suave: toma. Lleva a la sala. Entrega una a una de las mujeres en la sala. A Toda, mi esposa. Mi hermana dice: creí era para mi. Para ti, enseguida. Entra y sale de la cocina. Éramos niños. Invierno de heladas. Mi madre encendía la estufa. Y un bracero de carbón en la sala. Y alrededor allí estábamos calentandonos. N

Hoy muere mi madre 1

Hoy muere mi madre. En unas horas más. En el hoy de hace 16 alos. Feliz Navidad. Anoche la pasamos espléndido. Las visitas de las hijas y sus esposos. Los nietos que corren por todos lados. Toman huevos de las gallinas y se corretean y los lanzan. Mi madre les mira seria, cejijunta. Las palabras con anécdotas de vida. El invierno anduvo suave ayer y hoy con el clima. Mi madre muere hoy dentro de unas horas más. Mi madre se pasea dentro de la casa con la muerte ensima. No nos damos cuenta. Yo miro sus adornos de casa de hace años. La taza. El Santoclos de cerámica. El reloj en su movimiento letal para medir el tiempo. Mis hermanas. Sus risas. La telenovela. En la calle los probadores. Mi madre muere en unas horas. Su mirada limpia. Osnofrece comida. Vienen de nuevo los de ayer porque yo estoy de bisita. Mi padre recién operado. La comida carneccon papas. Inflamable coca. Mi madre muere en unas horas. Con ella irá una historia de vida. De la morena de  Guanajuato. La que toda tranquilida

Hoy muere mi madre

Hoy, hacia el futuro de 16 años antes, muere mi madre. Feliz Navidad. Hoy es un presente que se sucede a sí misma. Todo recuerdo es un presente diluido. Todo vaticinio es un presente que viene raudo. Hoy  muere mi madre hasta en la noche. Y como pasa el tiempo. La abrazo. Cómo si fuera un sueño. Me mira con mirada miel. Cómo si fuera también un sueño. Y se va despidiendo en idiomas otros que no entendemos. Si la vida es sueño. Nos soñamos amorosa s y nostálgicos. Mi padre ayer salió del hospital. Ayer de hace 16 años. Mi madre le mira como sospechando de esa soledad que sobreviene a la ausencia de uno de ellos. Ella muere ayer. El sale del hospital días antes. Hay un velorio en casa de Mariano. Murió Don Juan. Porque a él le vieron ir al hospital. Supieron de su operación. Lo vieron llegar en taxi. Bajar en silla de ruedas. Con su bolsa de diálisis. Pobre. Buen hombre. Fuerte aún. Y la sorpresa. No es  él. Es Doña Leonor. Saludos imposible. Si anoche fue a misa de gallo por Navidad. Ho

Feliz Navidad

A ti, y en ti a todos, principalmente a quienes no traicionan, no mienten, no roban, no humillan, les deseo una muy feliz Navidad; ustedes son quienes han instalando el nacimiento en su mente y  corazón., No solo hoy, sino cada día del año, con sus buenas acciones, buenas obras, buenas actitudes. Y a los otros, los que no, mientras haya vida, tienen oportunidad de cambiar, para bien propio. Un abrazo de todas maneras a todos, y siempre salud y dicha. Agradecidos con los regalos de cada día: vida, salud, techo, alimento, familia, sonrisas, amigos, palabras, luz... Una muy feliz Navidad.

De la brevedad de la vida

Breve es la vida. Ni dinero, titulos o poder cambian lo efímero. Pasaron Platón, Sócrates, Maquiavelo, príncipes, Césares, zares, papas, emperadores, dictadores, profetas, magos, charlatanes. Todo pasa. Pasaron amores eternos. Pasaron traidores, santos, premios nóbeles, anacoretas, anónimos, desterrados, ilusionistas, ilusionados, sanos, enfermos. Los que juraron, creyentes, incrédulos, señores feudales, guerreros, usureros, pacifistas. Nada queda.

Armando Rey

De origen y corazón colombiano, Armando Rey es el número tipo chévere. Radicado en Guadalajara, vino a Tabasco a sembrar semillas de salud mental. Él y Cristina su compañera de vida. Dejó temas para reflexionar en casi 6 mil directivos de educación. Sobre vivir la vida. La felicidad depende en buen porcentaje del perdón y agradecimiento. Gracias, Armando. Tenemos vida y no agradecemos. Amigos. Casa. Salud. Y en las situaciones diferentes culés de desempleo o mal de amores, tenemos la esperanza de que todos cambia. Algo difícil es perdonar. A los que nos hicieron daño. Difícil, pero necesario. Por nosotros muy somos, para nuestra salud. Oye, Armando, me estoy aprendiendo otras canciones de ballenato para cuando nos visites. Y alimentar la salud del alma con sonrisas, música y palabras. Feliz Navidad. Un abrazo desde San Juan. Tierra tabasqueña.

Colonia Roma

Anoche miré vía Netflix la película Roma. Un blanco y negro que impresiona en todos los matices del gris. Me asomé en ella a una casa de clase media. Y a una de ellas me acerqué a los 9  años para espiar curioso en la vida real,  y mi padre me lo prohibió tajante. Mi padre era el jardinero. En Roma me metí de lleno a esa casa. La película no es de entretenimiento. Es para visibilizar nuestro acontecer diario. Cleo no habita la casa donde sirve, tiene el cuarto de servicio y desde su origen y destino se desplaza en el acontecer diario, con su mano de obra. La familia, acomodada en 1970 a una forma de vivir con ciertos lujos, es indiferente a su propio destino. El esposo es doctor del IMSS. En un país como el nuestro de 60 millones en la pobreza, esta cantidad de habitantes de una u otra forma somos Cleo. Y el otro porcentaje, sin llegar al 100 por ciento, aspiramos a ser como ese médico con un poder adquisitivo que permite casa, coche, y sirvientes. El México de los 70 vivió el halconaz

Colonia Roma

Anoche miré vía Netflix la película Roma. Un blanco y negro que impresiona en todos los matices del gris. Me asomé en ella a una casa de clase media. Y a una de ellas me acerqué a los 9  años para espiar curioso en la vida real,  y mi padre me lo prohibió tajante. Mi padre era el jardinero. En Roma me metí de lleno a esa casa. La película no es de entretenimiento. Es para visibilizar nuestro acontecer diario. Cleo no habita la casa donde sirve, tiene el cuarto de servicio y desde su origen y destino se desplaza en el acontecer diario, con su mano de obra. La familia, acomodada en 1970 a una forma de vivir con ciertos lujos, es indiferente a su propio destino. El esposo es doctor del IMSS. En un país como el nuestro de 60 millones en la pobreza, esta cantidad de habitantes de una u otra forma somos Cleo. Y el otro porcentaje, sin llegar al 100 por ciento, aspiramos a ser como ese médico con un poder adquisitivo que permite casa, coche, y sirvientes. El México de los 70 vivió el halconaz

Pensando en pajaritos

Pienso en pájaros. Su vuelo y canto. Su planear y pararse en una rama. Hacer su nido. Entibiarlo. Su vuelo por sobre las casas. Entre los edificios. Pararse en los alambres. Pienso en ellos cuando encuentran sus granos de comida. Sus gusanos. Más su canto los define tanto como su vuelo. Volver pájaro. Darle vuelo a la mirada y sonrisa.

Cumple años Kseniya

Hoy cumple años Kseniya. Amiga. Cantante de verdad. Internacional. Y de gran corazón. Siempre alegre. Siempre sonriente. Muy profesional como artista. Muy profesional como maestra de canto. Siempre inspirada en  su arte  y enela docencia. En su corazón la nostalgia por su nevada tierra invernal rusa. Siga feliz siempre, radiante y con motivos  para la sonrisa. Y nos siga alegrando con esa voz de gracia y altura. Que hace elevarnos con su canto clásico o popular. Que tenga salud. Y siga proyectando dulzura con esa mirada tierna. Gran amiga, un abrazo fuerte . Donde estés celebra. A la distancia te celebramos Kseniya Gushina tu bienaventurado cumpleaños. Mexico y Tabasco es tu tierra.

Escribo

Escribo que escribo. Hoy frío glacial en Tabasco. 15 grados. Ya casi invierno. Si ocurriese el caso. Luz propicia. La palabra miel es dulce. Si la palabra miel se pposara en tu boca. En la mía. Es el eco que responde desde el espejo. Se acerca mi madre. Hace frío, dice. Abrígate bien. Y me pasa una bufanda. La misma, gris, de la historia. Escribo. El café en la taza azul con flores. Me levanto. Doy algunos pasos. Me regreso a la silla y mesa. Escribo que escribo. Mi madre me mira y en su rostro sigue teniendo la paz de su sonrisa. Cada día es propicio para la vida. Mientras tanto.

Hoja de papel

Es el lugar seguro. Neutral. Donde me cobijo. Y descanso. Donde me acuesto o me siento a esperar. Es mi parque, mi jardín. Es mi alfombra mágica. Y escribo. Se me queda viendo mi madre. Es mi lugar común. Es mi rompecabezas. Mi hoja hoja vacía. Blanca. Imantada. Es el pasto fresco con Rocío. Recibe luz. Es mi espejo a dónde me asomo para ver el tiempo. Es un pozo del tiempo. Mi madre suspira. La hoja en blanco recibe mis trazis, mi argumento. Hace girar la ruleta. Mueve los dados. Es una baraja de la suerte. Qué bien rima con muerte. Mi madrerie y hace la seña de loqueras. Y río con ella. Mi madre festeja. Y yo con ella. Le escucho decir en sueños. Sueño mío y el de ella. Feliz navidad, hijo. Y me entrega una hoja blanca.

El higo

Amo el higo. El frondoso árbol dede hi de la infancia. Atrás de la casa. En invierno generoso prodigaba higos entre azules y morados. Desde que aparecía pequeñito su fruto esperábamos con paciencia que madurarara para disfrutarlo. Nos turnamos los hermanos por orden para que todos fuéramos alcanzando. En el transcurso de la vida he encontrado otros higos. Una vez me levanté temprano un invierno, en una  había amanhabitación del hotel Ritz en Matamoros , y a través de la ventana vi una hermosa higuera cargada de frutos. Y me acordé de la higuera de la infancia. Ahora tengo una chiquita. Y la cuido a la espera crezca y me de la satisfacción de comer sus higos.

Presente, Emilia

Todo tiempo es presente, Tere. Y ahora un rayo les parte el alma, una aguja se encaja en tu corazón por la muerte de tu mami. De Emilia. Ébano. Mármol. Nogal.  Columna vertebral, de todas y todos ustedes. Los cercanos. Sangre de su sangre. Por el dolor que causa su partida. Más hay una luz que le guía a ella en el proceloso camino. En el tránsito de vida y muerte a vida eterna. Que es la luz del deber cumplido. Nuestra madre nos abraza. Que es la semilla de amor que sembró a su paso. Nuestra madre nos consuela. Semilla de valores que sembró en su paso. Nuestra madre nos sostiene en nuestros momentos dificiles. Que de eso se trata ahora. Doña Emilia ahora descansa. Ella está y estará en ti. Y en todos sus ustedes. Porque ustedes son ella misma. Ustedes son su mejor fruto. Su mejor aliento. Nos engaña la vida. Nos hace sentir mayo es por siempre. Pero en ese principio y fin hay otro principio. Qué dolor. También mío por saberte dolorida. También mío por saber  que hace paréntesis tu risa

Jorge 1

Allí quieto el soñar por la tanta luz que te llega. En ese dormir pleno, de descanso. Donde la razón es la realidad ardiente, razón para la nueva ruta, tea que alumbra el camino. Allí donde nos encontramos ayer, hoy, mañana. Allí, Jorge, caminamos contigo, como antes. La huella de tu voz retumba en todos nosotros. Hay milagros, si, por supuesto. Pero los milagros han sido permanentes. Nacimiento, niñez, palabras, canciones, amistad, salud. Y las tantas alegrias. Milagros siempre han existido. El compartir, la solidaridad, los ensueños. Por eso Dios es grande. La ciencia es la manifestación de Dios. Y tú estás bien. Estarás bien. Porque ese es el destino del hombre. El que vives. El que vivimos. Ahora. Y siempre. Yo te acompaño en el nombre de la amistad. Y así como nos encontramos. Nos seguiremos encontrando. Ahora canta esa canción. Te escucho siempre. Te escuchamos. "Yo sé que tú amor es mi martirio, que amarte es pecado mortal"... Que claro tengo  tu voz. Que claro te segu

Estoy a veces olvido

Estoy a veces olvido. Una sensación azul de donde están las llaves, el libro, mi casa. No es asunto de precaución. Ni preocupación. Es solo que lo selectivo de la memoria se atrofia. Y olvidamos citas, llamar a tiempo, visitar enfermos. Olvido es esa reacción que no te mueve. Es el cúmulo de datos que no se presentan cuando se requiere. Entonces la llave se oculta. El número premiado de la lotería está perdido. Las cuerdas afinador al revés. En la obra de teatro olvidas la expresión clave de la trama. Y el director de identidad decide declararte inútil. Y darte vacaciones. Dónde he dejado el compás de espera, me pregunto. Y sigo caminando. Qué nombre. Cuál rumbo. Dónde  vivo. Cuándo es la fecha del encendido de las luces .

Jorge

Me avisan, Jorge, de tu convalecencia. Que duermes en la cama tibia de tu casa. Que tus recuerdos navegan ignotos en la bruma. Y van mis palabras agradecidas. Por esa compañía de años. Por ese ofrecer tu casa. Y sentarnos a tu mesa. Mi agradecimiento por las palabras tuyas de ánimo en esa edad temprana. La sonrisa tuya que nos eleva el alma. Por las canciones de los Bárbaros con tu guitarra. Yo sé que la ciencia hace su parte. Que Dios manda y hace lo propio. No hay tiempo sin destino. Y no hay hoja que se mueva sin sus designios. Me dicen, Jorge, que estás en paz. Te imagino en ese mar sereno. Manejando el barco tuyo. Con el timón firme en tus manos. Tu sonrisa de tranquilidad y paz. Te agradezco ese corazón tuyo de una nobleza mayúscula. Te imagino pateando el balón en el campo. Hay otros campos. Te imagino dando de comer a los gallos. Hay otros ruedos. Te magino en tu salón de clases. Hay otras escuelas. Te acompaño. Cómo me has acompañado. Que nos hemos acompañado. Jorge, Lupe, Man

Escribir, escribo mi padre

Escribo. Mi padre me llevó por primera vez a la escuela para que yo pudiera escribir. Y leer. En el camino nos cruzamos con el tío Nacho. Hombre de barba que representaba a Judas Tadeo en el lavatorio de pies cuando el Vía crucis de Semana Santa. Y nos cruzamos precisamente frente a la iglesia de la colonia. ¿A dónde vas, Juan? A la escuela, llevó a mijo Toño. Y en tono burlón ¿Y para que vas si allí aprenden solo cosas del Diablo?. Mi padre  siguió su ruta sin responderle. En casa por la tarde llegaba de su trabajo con un periódico viejo. Y una bolsa de pan dulce o frutas. Y se ponía a deletrear el diario. Yo lo miraba de lejos. En vacaciones me llevaba a su trabajo entre geranios y margaritas. Yo juntaba las  hojas viejas que tiraba en abundancia el otoño y el pasto recién cortado. Escribo y él no lo supo. Escribo gracias a mis maestros y a él como maestro de la vida. Se cuenta que tocaba la puerta de la casa donde trabajaba para entregar una joya o reloj encontrado en el pasto. &quo

Escribo, escribes, escribimos

Escribo. Mi madre me mira escribir desde la cocina. Se asoma a la salita. Y regresa a lo suyo del momento. Ella prepara los alimentos como si los escribiera. Algún día me escribirás algo para mí, me dice festiva en una petición rara, por lo extraño. No tiene necesidad de pedirla. Afuera hay frío. Adentro no lo sentimos tanto. Mi padre salió a trabajar. Como todos los días. Aunque no precisamente a trabajar, hay frío, el pasto casi no crece. "A qué vas, Juan, si no hay trabajo", le pregunta mi madre, aún a sabiendas de su respuesta. "Algo he de conseguir, nadie traerá algo aquí hasta la casa". Y sale, bien abrigado. El viento del norte cala, como filo de cuchillo recién afilado. Y peor si es frío con lluvia. Anticipa heladas. Yo escribo. Mi madre sigue en sus labores. Prepara atole. Me lo acerca. Como si ella escribiera. De vez en vez le pregunto de sus recuerdos. De niña o muchacha. Y me cuenta como si escribiera. En ese tono de nostalgia. De sus padres, de sus herm

Hay historias así

Hay historias así. Historias de vida. Que empiezan con un sueño. Mi madre sonríe. Que se van construyendo de imágenes. Y ritmo. Una vida bella. Con los asegunes de siempre. La mirada lánguida. O la sonrisa sin más. Mi madre esboza una sonrisa. Historias con derrotas acumuladas y el franco afán de seguir de este lado. Sin reclamos ni recriminaciones. Mi madre me llama a su lado. Hace frío. Y caminas entre senderos como todos. Con rosas y espinas. Hay lodo. Agua. Hielo. Son varias cuadras de la ruta. Te saludan. Contestas. Mi madre me abraza y me pregunta por los higos. Hay frutas como el higo que hacen su parte en la historia. Una canción se escucha por la radio. Hay fogata. Mi madre pone tortillas en el bracero. Hay salsa de tomate con chile guajillo. Historias de unidad popular. Las lecturas iban siendo un abrir de ojos. Las risas infantiles fueron distintivo y dogma. Y la canción de Yo pisaré las calles nuevamente. Las calles y los callejones del polvo. El barrio. La tristeza. La ale

Ah, una sombra

Ah, una sombra me nombra, una sombra me asombra. Y discurre oscura entre los árboles las plantas y el caserío. Se levanta contra toda costumbre. Y dicta palabras con sentido de bruma. Oscura como la noche, como el corcel azul de tan negro. Una sombra me abraza y desaparece. He escrito pesar de tanta dicha. Mi madre me abrocha la camisa. He escrito dicha como decir cielo. Mi madre me peina con gomina. He escrito palabras que me trasladan como viento. Mi madre sonríe mientras me abraza. Una sombra es mi origen y destino. Andamos con fiebre entre la nada. Mi madre guarda silencio ante mi delirio. Y yo callo mientras me doy la media vuelta para seguir de frente.

Ah, una luz

Ah, una luz. Que acompaña desde siempre. Fiesta de claridad. La luciérnaga en lo más oscuro de la noche. Irrumpe como serenata mañanera. Y devela luz, haz y movimiento. Yo la sigo deslumbrado. Al fin y al cabo es el poema como lámpara votiva. Y uno envuelto con la brisa. Los recuerdos del campo de amaranto. La nostalgia por otras luces de otro tiempo. El cuerpo limitado por el tiempo. La mirada que va de despedida. Y la luz indiferente irradia hacia todas las cosas un sello para el color . La esperanza. La señal de Dios. Amanece. Y esa luz verdadera no compite con la luciérnaga.

Supongamos

Supongamos la tarde fría. Caminamos en el parque, entre los árboles. Perdí dos libros. Que bien recuerdo. El otro canto de los cisnes. Y la algarabía del diablo. Es un decir. Supongamos que fuimos y volvemos. Al azar. La nostalgia ha sido siempre distintas vo del veremos. En el recuento de los años hicimos cada quien lo propio. Hojas secas. Pasto. Y la luna de tarde como testigo complice. Supongamos que nos fuimos. Y no volvemos. La revolución empieza. Con los pequeños actos.

Esperamos

Esperamos. No sabemos que. Pero esperamos. Que llueva o no. Que florezca. Maduren las frutas. Empiece el juego. Termine el mal. Esperamos el amor. La buena suerte. El fin de la traición. Evocamos tiempo pasado. Dibujo planos de futuro. Esperamos inicio y fin. La historia es el recuento de las derrotas. Un juego nuevo. El café. El libro que no pido. El que no escribo. El vino tinto se añeja. El tiempo fluye. Otro río es el río. Nos encontramos y no eres. No soy. Hace frío y es de mañana. Tomo café. Pan. Hojeo un libro. Es adviento. Ya viene. Lo esperado es la ilusión de paz.

Orquídea

Ese vuelo de la orquídea por los Alpes, los Andes. Era, claro, un sueño, una idea. Ese vuelo con sus varias historias. Cayó a la noria y la rescatamos. Un descuido. Algo así. Entre violeta y rosa. Nunca has de encontrarla si no la buscas. Era fresca. Era bella. La guardamos en bolsa de platino. Y la echamos a volar. Algo suave en el vuelo remontado. Y la flama viva y sugerente. La orquídea cumplía su cometido. Un presente distinto. Sin igual. Y en las nubes el suspiro, la nostalgia. La orquídea siguió su ruta. Traficaba tiempo y palabras. Una agenda de la revolución con citas de Lenin, Marx y Flores Magón. Citas de historia. Elegante. Era un diario. La orquídea se secó. No hay flor que no se seque. Dilo a juventud.

Amiga mía

Amiga mía. Hoy es un buen día. En ti escribo a las amigas. Que eres tú y son todas. Muy pocas. Las que insuflaron aliento, poesía y muchas sonrisas. Que caminamos juntos sin pericia ni malicia. Por la playa. Por las calles de esta ruinosa ciudad que resplandece de vez en cuando. Fuiste oído de mis tantas palabras, locas, susurrantes y eclécticas. Fui oído para tus sueños y anhelos. No hablamos mal de nadie. Trazamos rutas en la alegría. En la utopía. El arcoiris fue un dato. Los libros leídos. Algún poema. En el laberinto de la edad no encontramos salidas. Porque el laberinto era humo que el viento arrastró allá o acá. Porque eran las palabras en uso encontradas en el pozo de agua. En el desván. Y el diccionario. Pound. Sus cantos. Whitman. Su Canto a sí mismo. Puedo escribir los versos más tristes. Neruda.  Y estábamos bajo la sombra de un nogal.  Las lecturas anunciaban un jubiloso futuro. Risas juveniles. La biblioteca escolar. Amiga mía. Bella ha sido la vida. Amiga mía, gracias.

Adviento

A Dios y al Cesar lo que corresponde. Estamos en adviento. Viene lo mejor. Estemos preparados. Lo mejor del pasado queda lejos. El futuro viene sin instrucciones precisas. Sin manual de usuario. Más la espera no es de brazos cruzados. Ayudante. Ayúdame. Ayúdate. Seamos solo uno en la preparación. Si el tiempo se va. Si somos efímeros. Esperamos la llegada de alguien que viene. De alguien que salva. Bajo la única condición: ayúdate que yo te ayudaré. Cavafis esperaba a los bárbaros. Dice que esperaban a los bárbaros. "¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores el chorro feliz de su elocuencia? Porque hoy llegan los bárbaros que odian la retórica y los largos discursos". En adviento se espera el nacimiento de quien nos salve. Y no queremos salvarnos. Salvarse es no tener miedo. saberse efímeros. Mortales. Polvo. Salvarnos significa esperar la vejez con sonrisa. La morada final cerca. En paz consigo mismo y con los demás. Estamos en adviento.

Amigo mío

Amigo mío, donde andes. Seas tú u otro. Escribo a uno e ustedes que son todos. No muchos. Que caminamos juntos hacia el luminoso futuro un tramo de la vida. Hace años ya. Donde nuestros sueños fueron brújula y arco con flecha. El futuro era algo por venir. Ya se fue. Y el olvido era algo impensable. Amigo, el río, la guitarra, las muchachas en flor. Todo era fiesta. La tarde. Noche. Las mañanas. Compartimos risas, palabras, alimento. Las decepciones eran parte de nuestras pláticas. Y se iba lento el tiempo con las canciones y guitarras. No somos viejos. No tanto aún. El corazón niega al espejo. Somos los mismos siendo otros. Seguid en esa permanente manera de ir hacia adelante. Aún en las penas, aún en las derrotas. Amigo mío. No decidamos la vida. Seguimos en el vano intento. A veces nos reuniremos. Queda mucho por hacer hasta el último instante. Y cada cual en el otro mira el paso del tiempo. Qué banderas, qué anhelos, qué poema nos convocaban alrededor de la fogata norteña. Qué ojos

El tiempo se detiene en el milagro

El tiempo se detiene en el milagro. Yo no. Nadie. Solo aquel que lo puede. El nacimiento. La fruta madura. Las miradas que se cruzan al doblar la esquina o en un supermercado. Entonces sucede. A manera de alquimia en la fotografía. Inmortal el momento en el recuerdo. Ni el olvido lo alcanza. Somos mortales. Se acaba el tema tiempo. U otro. El milagro existe. Solo en esos casos el tiempo se detiene. El parto de los montes. La sonrisa de mamá. Cruzar la frontera. El alba. Todo tiempo detenido es la maravilla. Las pequeñas cosas. Luego el tiempo sigue. Y el olvido es vuelta a la página. Leo de mañana y noche. Tomo café. Tiempo nuevamente detenido.

No se detiene el tiempo

No sé detiene el tiempo. No. Las campanas de la iglesia donlan por el inmortal. Aquel de fama ilustre. Los años fueron pasando en el olvido de la muerte. Más llegó el momento. Alarde con orgullo. La belleza y fuerza de la juventud. Muy atrás. Nada queda. No sé detiene el tiempo. Nuevos rostros. Incendios púrpura. Periódicos viejos. Leña devorada por el comején. El tiempo inmutable. Fluido de la nada. A tiempo. Con su instante exacto. Nacimiento. Alegría. Muerte. Las campanas. El duelo. Los aplausos. La crónica de los días sigue. Sin el yo. Sin el nosotros. El que ahora significa otros.

Todo ha sido un sueño

Circular. Todo ya ha sido un sueño. La juventud adiós. Con mi lira de poeta. Acuña. La alegría fugaz. La devoción. La mirada de esperanza. El polvo del camino. Hoy recuerdo a mi madre y padre. Suele suceder. Cuando la vida es un sueño. Los sigo soñando. Y ríen en paz del deber cumplido. Cuando las fiestas invitamos a las moscas con el olor del asado. Un sueño el libro de las respuesta. Enciclopedia donde nadie se asoma. Y el libro de las preguntas. Tire al acierto. El circo cambia a otro pueblo. Nuevos cuentos sobre repetidas aventuras del hombre. Todo ha sido un sueño. Dicta el soñador. Y nuevos sueños en nuevos rostros. Y usted describe.

El amor

El amor es bitácora de vuelo; pájaro en las alturas; un llano con gusanos, una oruga, una crisálida en cielo envenenado. Es un vertebrado con mal de diez mil vértebras. Es una pluma de pavo real, una alcancía con cariño; un niño que se recrea en el instante de la risa; es la cornisa donde descansa Palas Atenea y Minerva. Son tantas definiciones. Como en la feria se vive. El amor definido desaparece, si no se vive. Es bálsamo para el enfermo. Alimento del hambriento. Líquido que fluye entre la tarde y el pan. Es otro Pan, un dios, fauno del laberinto, una Arcadia remozada. Es un sueño que despierta a un azar donde no se corresponde. Es un elixir que da vida y muerte a la vez. Es una razón de existencia donde predomina la sin razón. Es una fuerza de vida. Es la muerte medida en esperanzas. La mucha o poca, eso nunca se sabe. Es un acordeón con fuelle suave. Es un flautín de cinco notas. Es un ave que se posa donde pueda cantar.  Es una serpiente ignota. Es un abecedario nombrado para pod

De pronto te encuentras

De pronto te encuentras frente al vacío, la nada, el abismo. Una ruta presentida. Vislumbrada. Desde el inicio. Con un principio y fin. Te encuentras la sombra y la luz. El desafío del cíclope. La Cibeles. Los vaticinios del oráculo. Hay una asamblea de ángeles y demonios en la cabeza. A edad temprana. La idea suprema del Yo. El dictador. Del que domina la escena. Y mira el devenir. Del que imagina las conexiones entre hoja y hoja. Entre palabra y palabra. Entre generación y generación.

Costumbres

Costumbres de sentirse eterno y absoluto. De ir por la vida autosuficiente. De tener la verdad absoluta. Imperativo de la primera persona del singular. Solo yo. La etternidad es la carta que no existe. Para jugar en el centro de la tierra. Absoluto vuelo por sobre las nubes. Uno no lo es si no te envío miran. A diferencia de la flor. Que alumbra su color silvestre aunque nadie la dibuje. Uno asoma al espejo. Y te encuentres con la shuellas del tiempo. La sonrisa en huida. No hay más. Solo la vida que se escapa. Que fue lo que pudo. Y que empieza otra historia. La costumbre de ser mortales. Efímeros. Solo la palabra permanece.

De colores

De colores se viste la mirada y el ojo. Andamos de rumba y canto. De colores viste la flor silvestre y de las tumbas. Yo tomo café, es lunes. Y pienso que cada color es una metáfora. La ciudad baila entre rojos, verdes y amarillos. Yo guardo azul para el cielo demlas garzasby las gacelas. De colores fríos es el invierno. Pintemos las fachadas de nieve. Yo me fui de casa para buscar matices. Es blanco o negro. Me dijeron. Y encontré el truco hace años. Y salí al camino para encontrar la fiesta de  colores. Andaban brinque y brinque alborazados. Me pintaron la vida desde ese instante. Ahora recuerdo.

Te iba diciendo

Te iba diciendo. De los días oscuros y de los claros, luminosos. De las flores radiantes y marchitas. Uno asume el momento. Si vestirse de sombras o luz. La manzana roja o la uva son esencia de las cosas. Una piedra es una piedra aunque la disfraces. Te iba diciendo que fuimos y volvimos. Las Itacas sí existen. Y los cíclopes solo que los lleves en ti. He vuelto solo para contar las hojas, las palabras. Siempre queda por hacer. Siempre alguien necesita esa espera de tu. Y el abrazo bienvenido. Saltamos la barda. La derribados. Y de las piedras andamos construyendo la torre de Babel. Donde reside el alma victoriosa.

Una chispa

Una chispa que incendia. Así el día. Domingo. Lis festivos rostros. Los gritos de algarabía. No basta la sonrisa. Las palabras bien intencionadas. Habrá que sumarle idea y acción. Una chispa es el inicio. La pradera tiene el pasto seco. Mi madre y padre desde el cielo. O donde anden. Sonríen. Era su sueño asimismo. Van las palabras cantando. Melodías del corazón. Se incendian todos s los puntos cardinales. Suena la campana. Y hay un alboroto y alborozo general. Cante la cigarra. Y un abrazo sentido a todos. Porque una chispa es la palabra, sonrisas. Una chispa es el preludio. Es la primera palabra del niño. Es el baile sideral de dos. El incendio es otra cosa. Digamos la revolución.