Jorge

Me avisan, Jorge, de tu convalecencia. Que duermes en la cama tibia de tu casa. Que tus recuerdos navegan ignotos en la bruma. Y van mis palabras agradecidas. Por esa compañía de años. Por ese ofrecer tu casa. Y sentarnos a tu mesa. Mi agradecimiento por las palabras tuyas de ánimo en esa edad temprana. La sonrisa tuya que nos eleva el alma. Por las canciones de los Bárbaros con tu guitarra. Yo sé que la ciencia hace su parte. Que Dios manda y hace lo propio. No hay tiempo sin destino. Y no hay hoja que se mueva sin sus designios. Me dicen, Jorge, que estás en paz. Te imagino en ese mar sereno. Manejando el barco tuyo. Con el timón firme en tus manos. Tu sonrisa de tranquilidad y paz. Te agradezco ese corazón tuyo de una nobleza mayúscula. Te imagino pateando el balón en el campo. Hay otros campos. Te imagino dando de comer a los gallos. Hay otros ruedos. Te magino en tu salón de clases. Hay otras escuelas. Te acompaño. Cómo me has acompañado. Que nos hemos acompañado. Jorge, Lupe, Manolo y yo. Que sigo mi ruta en la misma dirección.

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