Supongamos

Supongamos la tarde fría. Caminamos en el parque, entre los árboles. Perdí dos libros. Que bien recuerdo. El otro canto de los cisnes. Y la algarabía del diablo. Es un decir. Supongamos que fuimos y volvemos. Al azar. La nostalgia ha sido siempre distintas vo del veremos. En el recuento de los años hicimos cada quien lo propio. Hojas secas. Pasto. Y la luna de tarde como testigo complice. Supongamos que nos fuimos. Y no volvemos. La revolución empieza. Con los pequeños actos.

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