Ayer enterramos a mamá

Ayer enterramos a mamá. Reitero en el presente perpetuo de hace 16 años. No tendré madre a partir del entierro. Dije unas palabras. Apenas describir el nuevo lugar donde estará mi madre. Jardines y flores. Manantiales de agua fresca. Y desde allá estará pendiente. Llevará registro de nuestras sonrisas. Ver bajar el féretro. Polvo eres dice el padre al momento de poner la cruz en el día de ceniza. Nos lleva. Nos vigila. Nos cuida. Estamos niños. ¿Por qué dice eso el padre? Pregunto. Y la respuesta rápida. Kacinica. Eso sí Is. Polvo. Nada. Baja el féretro. Y empiezan las paletas de tierra. Algunas flores. Quiero pongan nombre a mi lápida. Nos había dicho. En el ropero está el dinero para la lápida. Allí lo encontramos por la tarde. En una bolsa pequeña. Hace. Friio. En el alma. De encaja como alfileres. Ayer enterramos a Jorge Castillo, en Jalpa. Ayer a mí mamá. En el panteón del ejido La Cruz. Apenas ayer. En ese instante de la mirada anterior. En este nuestro tiempo. Hoy en la mañana me levanté temprano. Cómo Cómo si. Bajé de la recámara de la planta alta. Bajé como siempre. Para encontrarme con ella temoranite. Y tomar el café con ella. Y ponerme al día de bodas .abandonos, nacimientos, fallecimientos. Y que me cuenta de las tías. De las primas. Ayer bajé. Para verla cuando menos dormida y preparar café para cuando ella despierte. Y comprendí su respuesta. Somos polvo. Somos nada.

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