Hambre

Tomo café. Que horrible café. Como un batidillo de influjo negro más azúcar.Lugar   ahora lleno de ruido. Parloteo. Tomo café. Y no es el de otras veces o voces. Ya ni se. Lugar de ocre y vacío. Esperpentos que piden la cuenta por favor y rutina. Hoy es sábado. Y no hay coronopíos, menos famas. Ni sueños. Ni metas. Ni objetivos. Sólo el día que se pavonea a sus anchas, rey y señor del tiempo de tiempos. Presente en claro que nada deja ni insomnios o vertientes de un hacer votivo. Debe ser la edad de la certeza en que fue y será, tan sólo. Ahora sucede nada. Que pena por la vida de zombie desperdiciada. Que pena por la ,ausencia de poemas o sueños. Ahora me explico mi hambre  No hay comida aqui en el siquiatrico. Ni pastillas para soñar. Tampoco colores para pintar la existencia en el pasado.  Que raro. No estamos y se agranda la presencia.

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