Rayito de luz

Si fueran los días de colores, este es el de la luz, mezcla de todos. Un rayito por rendija de puerta. O por el quicio. Y rebota en el espejo. Viaja a las miradas. Y refulge develando lineas que forman cruz. Curvas. Pájaros de confeti y canto nostalgian días de la razón y la nada. Muerte y  vida. Memoria de los ángeles terrenales. De las noches en aullidos solitarios a la luna. De las escafandras que nos protegen de hechizos y conjuros literarios. Nostalgia por los días que vienen,  por los carteles con dibujos infantiles para la escenografía del mefistófeles.
Yo soy el que escribo. Y me dicto a mí mismo. La trampa de decir que es otro. O decir que soy el otro que dicta, es lanzar las palabras y esconder la mano. Parecido eso sí. No sé.
Conjuro el atardecer y la brisa.
Las hojas son mi cama.
Mi universo soy yo mismo.
He dicho. La nada.

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