Neblina


Esta humedad, conjunción de delirio y velo, donde se adivina vida y esperanza, atrae como imán a la mirada. Escudriñamos hacia los cuatro puntos cardinales. Y la rosa de los vientos nos orienta. La terca brújula señala rutinaria al norte de la personal infancia y adolescencia. Con ayuda de Diógenes, entusiastas y esperanzados, seguimos rumbo, al sur. Cuando sale el sol, al fin, baja la humedad hacia el pasto seco y la hojarasca. La vida se manifiesta, y el verde brilla refulgente mientras los ocres desaparecen breves a la vista. He perdido los ojos, nunca la mirada.

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