Otra constancia
Sin duda la esperanza, el sueño reparador, el aspirar sin
humo y reticentes a la perfección que no existe; el sentir el pequeño frío o el
calor como una caricia; y sentir que la piel es talismán único y con clave. Constancia
también del pensamiento como bálsamo, en el que desfila esta película de
historia interminable. Este pensamiento, estas canciones y estos libros de
ensueño. Nada hay más que supere. Nada. Ni el fulgor del oro inalcanzable, y
menos la fama, perra desdentada, que es
como alimento para el ego.
Dejo constancia, doy fe, que existo en la plenitud de los
años, y que el poema es la vida que vivimos, con todo lo que la conforma, filosofía
vital, de barrio y suburbio, por la que
adoramos el agua simple, la mirada y la palabra.
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