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Mostrando entradas de marzo, 2013

Íntegro

Íntegro el amor en la lluvia o el relámpago, a pesar del estruendo y el ruido. A pesar de la provocación a buen recaudo. El poema dictado está íntegro también. Y el pétalo seco en  el libro, donde está. Esa espina es natural, lo dices. No claudicar en el afán de seguir. El agua del río sigue su curso. Y las aves allí están. Y aunque todo pasa y todo queda (que es de la canción) y aunque lo nuestro es pasar, no olvido ni nunca el ser por el estar. Hecho realidad, el sueño. Es tan difícil, es tan difícil.  Lo cierto es que aquí estoy escribiendo a medianoche.

Poema y canción

 El inmemorial tiempo tuvo de todo a su alcance: el vaso, la alhaja, la cuchara de plata, la bandeja del pan, la vajilla de cristal, la máquina de escribir. Sin embargo al fin por uso, o abandono, quedaron en el cuarto de cachivaches, donde está lo que nunca o algún día se usará, según las circunstancias. Y allí también los regalos celosamente guardados: el libro autografiado por su autor, las fajillas de cartas con almidón y perfume, en las que un día se escribió la historia. Cada objeto tuvo su tiempo, su momento, su razón. Un día alguien entrará a este cementerio, y encontrará el rastro de la vida luminosa. Y dirá en el discurso de las cosas, que el amor fue la constante en la construcción del todo. Y nombrará un rabo de nube, y un unicornio azul, y estos libros donde celosamente se guardó el poema y la canción.

Cementerio de autos

Luego de años o meses de circular los autos llegan al cementerio donde finalmente reposan. Marcas y modelos distintos, de varias nacionalidades, de lujo o austeros, su fin es el mismo, donde, al paso de días y meses, acuden a quitarle una pieza solicitada: un faro, un espejo, un birlo. En ellos iban las prisas y las confidencias. En velocidades bajas o altas se deslizaban por calles y carreteras. Entre los suburbios de ciudad o colonias de la periferia. Unas luces de noche indicaban que el auto venía, estaba cerca, para cumplir la cita. Allí dentro se tejieron historias donde el amor hacía  ronda entre los barullos de la vida. Y las manos hacían sus propios ejercicios de libertad.  Recordáis los nuestros recorridos diurnos y nocturnos, con puestas de sol y asomándonos a la luna. Otros autos vienen de agencia. Nosotros recordamos aquellos, que fueron los nuestros. Y hasta hubo bicicleta encantada que tuvo el propio fin. Estaban allí los sueños y entresueños, ajenos a los autos y su lucr

Rostro

Este rostro que aquí ves. Este con sus años y sus sueños. El de las arrugas con canas. El de las cicatrices profundas como surcos. El de la máscara imposible ahora de quitar. El de las patas de gallo, prueba del paso del tiempo. Con las canas, pocas aún por poco tiempo. Este que tiene boca natural para engullir y decir palabras. Este es mi cédula de identidad, mi cartilla de presentación. Expreso a su través, como espejo, el guiño, la sonrisa, la preocupación, la desazón, la ira, el fracaso. Tengo un ceño adusto que refleja la vía crucis recorrida. Hambre pocas veces es cierto. Pero rudeza en el trato recibido por la forma del ser. Nunca incliné mi alma ni mi rostro. Y nunca me pongo de rodillas ante tiranos de pacotilla, aún. Río ante los gatos de papel, que no tigres. Como truco aprendí a decir verdades y mentiras blancas, creo. Y mi espada y hacha saco a la mejor provocación, mas parecen ahora sin filo o poco para ser exacto. Saludo y miro movimientos. Este rostro encara al sol y de

Cuaderno

Cuaderno en cuaderno, este texto. Una reflexión del pesar, de las piedras, de esta semana donde la espina y la cruz. Y "ese hágase tu voluntad", no la mía, doloroso. Y percibir que las piedras las quiebro con mi propia cabeza. Todo el dolor caiga sobre mi, condena eterna, si es porque nadie sufra ya de por siempre. Las lágrimas vertidas son cristal traslúcido. Y ese viacrucis es el camino del valle donde andamos todos. Sin embargo hay luces que ciegan y otras que guían. Y hay también oscuridades claras donde habitan las palabras o los silencios. Mi rostro no es otra cosa que una máscara adherida donde hay antes otra máscara. Bien de las edades, bien las del adulto o niño que se disfraza como payaso para hacer reír. Cuando escribo de trenes, refiero a las vidas, estaciones, y al viaje nuestro, de todos, por una sola vez con boleto sin regreso. Cuando escribo sobre el valle, refiero también a este geográfico y sideral donde lágrimas humedece el camino por donde vamos. Cuando es

Tromba

Viento huracanado, en un radio no muy amplio. Caen avioncitos de papel y se desploman los árboles. Los pájaros ciegos por la contaminación chocan contra las ramas. Corren despavoridos los niños abandonando sus juegos. Y los animales se separan de la cópula por el estruendo de los rayos y la caída de los árboles. La tromba arrasa en todas las edades, oficios y profesiones. Solo en los templos se respira paz aunque se rompan los vidrios. la campana suena descontrolada. Es el fin del mundo como profecía cumplida. Es el hacha que se activa degollando ovejas. Son las serpientes que hacen fiesta por esas nubes que ocultan a la luna. El ciprés se mantiene en alto. Y de la nube caen goterones. Es entonces que viene la calma. Alguien canta al oído. Y callan los tambores naturales de la guerra.

Nada cambia

Nada cambia cuando todo cambia. Una vez en clase lo explicó el maestro: si se mueve no se puede fijar; si está detenido se fija, pero no cambia. Entonces es necesario moverse para detenerse y viceversa. Y quebraba la cabeza el pensar sobre estas. Ya estamos. Y seguimos. Carreras por las prisas, y al respirar detenernos para que los suspiros lo sean, porque de otra manera, la vida se va en esas prisas donde todo es urgente y nada es necesario, entonces lo necesario lo dejamos en la borda, al margen de lo diario. Dame la tarjeta para firma. Y corte yo el pantalón viejo para dejarlo de cortos, como antes, cuando los juegos. De madrugada llovió, y refrescó la mirada lumbre. Ahora me lavo la cara, legañas en los ojos, y doy pasos al frente. Oigo noticias. Doy dos pasos al frente y me regreso uno. Para seguir adelante, debemos ir al frente. No sé tú, que sé yo.

Pasajero

Por un tiempo pasajero, en un tren previsto, entre las brumas de la noche y las añoranzas del día. Florecitas de papel en venta cada estación. Las despedidas sin plan fueron para siempre. El viento mueve cabelleras de niñas que se asoman. Y los niños sacan su mano para sentir el vaivén. Detenido el tren, se asoma un ruiseñor y al tratar de escapar choca en un vidrio de ventana. Pasajeros suben y bajan sin emoción, como rutina. Nadie te espera, pasajero, en tu arribo. Nadie te despidió. Y pasó el tiempo dice el espejo.

El tiempo

El tiempo es breve y largo, la percepción no es única y uniforme. Se percibe lento en la nostalgia y las distancias. Lento en la espera cuando los minutos son eternos aunque terminan.  Lentos en las madrugadas con los ojos de búho, cuando las historias personales se escriben con desazones y lentas agonías.Rápido en los encuentros esperados, cuando las horas apenas son minutos y vienen las despedidas. Rápido cuando la felicidad se aparece con sorpresa y con la misma sorpresa se termina. Todo pasa y todo queda, dice el poeta. Mientras aquí estamos, en la espera.

Brevedad del tiempo

Cuando miro el reloj, no miro el tiempo, sino una  maquinaria exacta que mide la rotación del planeta. Una ocasión, en la diferencia de 15 y 30 años, respectivos, nos dijo el profesor de música: el tiempo es breve, se escurre y va como si nada. Un buen día ustedes amanecerán con la conciencia de cumplir los 30. Y mirarán que fue breve su paso en esa distancia de temporalidad. Y sucedió que un buen día desperté en mi cumpleaños 53. Es entonces que uno valora los aprecios y el afecto. Y destierra esas ideas de la noche, soledades, odios y rencores, no digamos ya de la guerra. Cuido el amor, como conciencia. Además la vida esta, predispuesta al ego, un buen día amanecerá extraviada en algún confín del universo. El cuerpo quedará inerte y al tiempo, el polvo, como constancia cruel, de lo que significa la vida en su brevedad. Mientras esto sucede, toquemos nuestro violín, ese mismo de las rosas.

Primavera

Inicias primavera, y es abrir del botón de flor, verde saturado y renacer. Así van los poderosos ciclos de la vida. Aparece la sonrisa mejor, las palabras vibran,  prometen, acceden. Y todo llanto es algarabía. Y toda distancia es menos, y la geografía no es la gran muralla. En cambio el sol abraza a todos. Y la flama no calienta, sino que acaricia. Además el libro sigue vivo si lo leemos, está allí para nosotros. Y no hay otro violín que ese de las rosas. Y por D en su carta André no miente y ese descubrirlo es allí en ese lugar donde el libro  saltó a la vista. Mira allí donde va la linea del pensar de ese austriaco, filosofar sobre la izquierda (va mi corazón), va ese trato al hombre por la usura (ni nunca aplastar al hombre), por eso vamos, a pesar de nada y todo, donde las miradas se reconocen como en espejo la misma. Todo inicia siempre. Y ese renacer es propicio hoy, cuando la primavera inicia, marca y señal que todo va bien, mejor. Lo de uno, guardar, cuidar, preservar, por ti,

Se de cierto

Son ciertas las distancias, la geográfica, sobre todo. Ciertas también las diferencias, si no fuera así, que chiste tendría todo. Y el conjunto todo de palabras como un discurso total sobre el miel y el mal, o el bien y los abrazos. Sé de cierto que el bálsamo cura heridas, como amor generoso. Sé de cierta la vorágine. Estas huracanadas andanzas que hacen doblar los bambúes pero no vencernos. Sé de cierta la vida, la generosa con todas las ocurrencias del señor Díos como del polvo y la nada. Por eso las certezas se fundan en dudas antes o después de las batallas. Los sueños rotos, los huesos hechos añicos.

Medianoche

Parte por la mitad. Aquí y allí nada antes, nada después, solo un texto que nada dice. Galleticas con café. Y la mirada. Recordad tiempos mejores, que en el presente están, a Dios gracias. Pero es noche y los gatos pardos se persiguen. Y aquí no sucede nada más que el silencio. Humo, nada. Aunque es de cierto, qué buen café se tomó allí. Aromático, y motivante. Ahora sigue, dormir. Algo va por allí. Nada más. Medianoche es el latir de corazón con el músculo dormido. Y los recuerdos en huracán, sobre el beso aquel, a lado del qué dirán. carretera de viernes, y amanecer en domingo. Mientras buscas razones para el olvido, más se presentan razones para el recuerdo. Es un decir, la verdad. Si ya de qué, cuando nada más, suspiros. Biografía de un hombre solitario que ama su mano izquierda, ideología, creo yo. Suplantación de persona, al delatar.

La noche

Qué hacer ante la noche mala. Ante la cantidad de fantasmas que salen de su cueva para dictarme conferencias al oído. Historias pasadas. Tristes o alegres es lo de menos. Cantos de sirenas roncas que al fin y al cabo lo son. Aletean cuervos y palomas mientras no se escuche el canto del gallo. Escribo noche y quedan lejanas  las estrellas en la bóveda negra  y la misma sonrisa de luna aparece como lejana, extraña, indiferente. Como grillos monocordes, que solo yo escucho, extraño luces tus de bengala. Lo siento.

Demonios

Es la usura y el silencio, la manera de saber que el bien mejor, no llega a ser, solo por anunciarlo. Sacrifican al hombre (no siempre), aunque en la usura sí, siempre. Es el castigo de cien latigazos por el mendrugo de pan, la usura, sí. Hay que leer, para entender. El que tenga oídos, etcétera. La usura es demonios, quitarle parte del trabajo y darle la sobra, al esclavizado. Allí va también, el crédito, por sobre todo, y el auto o la casa de granito y mármol, y la madera fina. El ebanista no comió aunque terminó, al fin, el alcohol, para olvidar. Luego viene también, a manera de ejemplo, el sembrador, y al fin importan desde el confín del mundo, ese maíz, que hay que comer y el frijol, así lo digo, no hay fruto mejor que el que sembré ayer, y ahora a disfrutar, esas toronjas o la sandía. La fruta debe ser para el que la siembra, aunque con la usura no. Demonios, el silencio es peor, porque en la usura se pueda gritar, claro que sin llegar a ser opinión a publicar, porque el ostracis

Sol

Para la ocasión de cámara el maquillaje con rubor; una máscara mejor, y la sonrisa. es un decir, porque voy hablar del sol. Por aquellos días, sin dinero para el carbón, o tabla vieja que sirviera,teníamos la esperanza que saliera el sol, lo esperábamos con ansia. Era la infancia sin patinete, solo caballo de madera. Ya en el patio de la casa el señor sol nos abrazaba y quitaba el frío de febrero. Aprendimos a amarlo. Así que si bien se disfrutaba la noche con frío, bajo las colchas. Y el frío se colaba hasta los huesos, peor cuando la helada. Esperábamos el amanecer como la posibilidad del calor del sol. Y débil en la mañana, la luz, girábamos sobre nuestro eje, para recibir la caricia. Así hoy, siempre es la posibilidad, del abrazo aquel, como el esperado calor de otro sol (luna). Aún si no volviera a salir, volviendo a esos días de la infancia, siempre quedaba la posibilidad de otra noche para espera de nuevo el sol. Hasta que al fin. No sé. De pronto. Por lo pronto buenas noches, c

Madrugada

La madrugada termina cuando aparece la luz. Y aquí se espera ese mandato de hágase la luz, y se hizo. Pero no. Mientras eso no suceda la madrugada sigue misteriosamente larga. A contar borregos en lugar de estrellas. Y es que el sueño bosteza y se espanta. No hay silencio más atroz que el de la madrugada. Y esa aspiración de querer reír en la penumbra. En el recuento de los hechos desfilan los recuerdos de la vida. Como si este fuera el fin y en la madrugada apareciera la señora muerte. No olvides el violín. O la carta donde van las lágrimas. O el ya morí primero. Escribo en esperanto para ver si así, que son las claves de los iniciados, me entienda yo en la pesadilla. Donde no hay camino es necesario conjurar la canción a la que de vez en cuando acudimos. Vendrá de pronto el amanecer. Por que si no. Caminante. La hora no esperada ya arribó. Amanece ya al fín. Y a otro cuento con el compromiso de las palabras. También de dolor se canta.

El fin del mundo

Un día, exactamente un momento, todo terminará (si no es que ya terminó). Altas lenguas de fuego. Búfalos y caballos galopantes. Yo estaba allí sacando punta al lápiz para escribir mis última palabras. Un día después del fin del mundo. La historia del violín. Sí. Pd. Si muero antes que suceda, no dejes de pensar, en que pude fallar, ya ves falta de tino, el obstáculo mayor. Y yo sigo pensando en ti. Me digo a mi mismo: el fin del mundo no sucedió. Pd.... la heredad está en litigio. El fin del mundo es ausencia de ti, en los términos en que puede ser. El libro ya no está. Ni llamar al pan por algo de polvo de luna. Y el encarnado aroma de ti.

Y sin embargo (2)

Sin embargo la tarde se fue. Mañana me lavaré la cara una vez más. A ver si de tanto, la mirada se ilumina. Como antes. Un decir, que las palabras presas, desesperadas salen al aire, a oxigenarse un rato. Me lavaré la cara para ver si la sonrisa se anima a aparecer y el canto, viva voz para mi mismo. Y las manos, también, que por supuesto, dirán discursos mañana. Domingo de utilería es cuando nos sirve para el teatro. Por si de pronto se necesita, tener a la mano este día. En la calle el cilindrero, extraviado de lugar, con su sonata diurna, nostalgia y melancolía.

Sin embargo

Sin embargo los gatos, el perro y las pantuflas. Es normal lo que sucede, ya ves, el cansancio de ver el mismo verde o azul y las alondras. No sé. Las campanas repican con el mismo sonido como invitación al fastidio. Normal que la pintura tarde en secarse y las goteras sean mayores cada lluvia. Yo, la verdad, me acuso a mi mismo, general sin soldados y con guerras. Fabrico medallas al mérito y las pongo al sol para que brillen. Y me dan descuento especial en la fábrica de diplomas por los nombres que escribo, que al final de cuentas es el mío propio. Me acuso de visitar rotondas de hombres y mujeres sencillos. Sin embargo por las tardes escribo también tu nombre en la agreste tierra. Y como milagro empieza a crecer la hierba. Escribo versos que generan suspicacia. Y cartas para nadie y que nadie lee. Son cartas al polvo, a la estrella, al tedio. Allí en esas hojas escribo que sin embargo los gatos, y nada tiene que ver con lo que vivo, polos opuestos de un mismo sol. En fin que estos t

Día

En el amanecer de la noche alivia la luz como caricia. Tomo café y me desperezo. Acuso recibo del hastío, de la desesperanza. Este día no es normal. Tránsfugas en los centros comerciales desfilan como en pasarela. Me conocen, los conozco. Son gatos sin memoria con chanel. Son polvos de oro transformado. Ahora sucede que al día tiendo para ver si se cansa de transcurrir solamente. A ver si se ofende por escuchar la verdad de especímen de lo rutinario. Hueco ocre. Tacón cercano. Sin embargo conciencia dice al humo que se va. Buen día, buenas noches. Nada sucede.

Demonio

No descansa ni duerme, el demonio compra y reparte manzanas rojas, vegetariano. Salud en el azufre respirado. Cruza la calle rápido, por los autos. Y se incrusta en el corazón para perjudicar. Cierra puertas y ventanas, para que nadie entre a bibliotecas. Y da palmadas a la usura, la motiva. Y hace el demonio que se enciendan los ojos cuando se ve la falda levantada por el viento. El conejo come zanahoria. Pienso, el caballo. El demonio rompe paradigmas. Divide. Vacía los ojos de mirones a quienes acoge en su seno. Y al ciego pone vista, por si acaso. Es la vanidad, el morbo, cáncer de la vida social, el demonio. Dibujo al demonio niño, para observar desde lejos, a ver, si se corrige, ahora a la distancia. Tengo sueño, ya mañana. Esta soledad es el demonio. Tu enojo. Ojo que no es hoja.

La noche

La noche es lo tangible en el paso lento de las horas. Gira el universo y la luz define. Hay noches estrelladas tristes y noches nubladas con incendio. En vigilia uno revisa el trayecto del día. Las ausencias y presencias. Y en el balance duele la costilla y las rodillas. A veces es la soledad reflejada en las huellas de la mano. Incierto el resultado. Hay noches en que la hacemos de búho, aunque la risa nos gana. Escudriñamos la película de la vida. Y nos sobran fragmentos que cortamos por censura y hacemos una película para contar nuestra biografía ficticia. Y son eternas las horas de la madrugada. Interminables también los minutos que no los mide el tic tac del reloj. Tomo las bridas. Salto sin moverme. Y San vito toma el control de mí. No digo adiós y mi mano se mueve. No bailo, y mis pies se mueven a ritmo de tango. Es en esas noches de insomnio que trato de viajar con Mefistófeles a ver si me lleva lejos en su espalda. Cansado de la manada. Caprichos a mí, me digo. Y apenas empie

La orden

La orden se da en el momento justo de la hora exacta. Suelta los globos al aire. Baja la manzana roja transportada en la nube. Bebe agua. Son ejemplos. Hay de órdenes a órdenes. Por ejemplo mandan a la goma de mascar. O quieren que escriba uno un poema a la fuerza. Arrogantes. Vanidad de vanidades. Ahora es distinto. El mandato -como guerra de las especies- dicta caminar un rato y salvar la vida. La orden a veces es contradictoria. Pare, camine. Brinque, quieto. Y uno sigue la corriente, para que no se altere el nervio óptico. La mejor orden es la que se da uno mismo: duerma, sueñe, escriba, pinte. esas órdenes de guiñar o sonreír, o decir cantadito gracias, ya perturba. Mejor silencio. Y viva la vida. Casi no ordenar feliz, como entregar sonrisas. Servicio a domicilio. Una vez...una vez. La historia se repite. Mañana será otro día. No es cierto, ya fue, es hoy.

Tiempos

Tiempos para sembrar y para cosechar. A veces viene el huracán o la inundación y destruye lo sembrado. Rayos inmisericordes. Tiempos para el gozo y pozo. Sin embargo viene la sal del mar y mal mete sabor que destruye la lengua y los párpados. Y sucede que se habilitan las cortinas y se rompen las paredes. Los grillos cantan hasta altas horas de la noche. Rompen sus élitros y caen cual guerreros del sonido exahustos. La vida no tarda en voltear el espejo y mostrarnos la careta de lo que somos. Los tiempos son combinación de hechos fortuitos. Los tiempos son el escalpelo que nos abre en canal para mostrar nuestras vísceras. No cantaré hoy ni mañana. Guardaré silencio en la retirada. descalzo para que mis pasos no hagan ruido.

Me iré

Un día me iré despacio una tarde cualquiera. Como se despide la sombra, como se va el humo sin viento. Y no es por desaire a la vida, que admiro y amo, sino porque nadie es eterno, y la soledad nos abraza caliente al final del camino. No más el arroz con leche ni el salto en la piscina sin agua. Nunca más el pétalo de piel, ni la hoja seca dentro del libro. Y nunca más el discruso que hacemos juntos sin palabras.  El poema no llevará nunca más tacón alto y cercano. El texto estará sin verbo ni sentido. Mas el río seguirá su curso, y la ola vendra imperterrita a mojar reiterativa la arena de la playa. Entonces nacerá de nuevo la vida, en plan de nube blanca como barba de Dios o como producto del abrojo sin sentido. Ese día me iré despacio, sin enojo, discreto, como llegué. Ese día viene, sin duda.

Todo tiempo

Todo tiempo es un instante. Confluencia de los actos. Quedo fijo entre un pasado que me forma y un presente que pasa a la fila de atrás de manera inmediata. El tiempo es el rayo que deslumbra y mueve árboles con su estruendo. Sacude pensamientos piedra o petrifica los pensamientos ligeros. Todo tiempo es el nuestro que es el tuyo en el azar de las circunstancias. Por eso es tiempo perdido estar en el presente y navegar en el futuro. O estar instalado en el pasado y quedarse añorando el tiempo mejor que ya pasó. Todo tiempo son cicatrices, huellas, son besos. Y son las palabras que nos nombran y nombramos. Son los discos vinilo que compramos nuevos en discos nopal y los volvimos a comprar en las casas de antiguo  para escucharlos. Son los cantos de despedida y bienvenida como el llanto de las primeras veces y las penúltimas. Son las oraciones por el bien común y la desaparición de los ghetos. Todo tiempo es este. De rosas y plenilunios.

Futuro

Mi certeza es que no estaré en el futuro mucho tiempo. Sólo el necesario. El del respiro y la mirada. El de los sueños y el del caminar. Por eso no hago el aspaviento del pavorreal.  Esta teclear es finito. Pero también es cierto que me instalo en el futuro. Y allí, orondo, hago mi reino. Cuz de pies descanso y dibujo alimentos para todos. Y lápices para todos. Y que la tierra sea para el que la ara y siembra. Y la ciencia se postre a los pies del humilde. Hago mi lucha, eso si, y viajo a la luna y me instalo en un salto permanente de estrella a estrella montado en mi unicornio. Jure con Borges y Monterroso, asilarme aquí, en estas páginas.  Deja decir algo que callo. Desde la luna te veo. En mi, contigo. Despierto febril. Pasado en claro, los rostros se difuminan hasta el polvo mismo de aquella vez. Soy yo, no reniego de mi circunstancia que me dio rostro y voz. El futuro miente. Y yo aquí. Desierto de voces.

Pasado

De árbol en árbol, cojo la manzana. Y brinco con banana. Tiempo infinito, corto, pequeño, largo, en fin, inasible. Y de salto en salto en dos patas miro distinto y me descubro en poder. Hago, y hacer con las manos pelota de lodo, la hago rodar, y la rueda aparece como juego de imaginación. Tallo pedernal, como el tallar la carne viva en la caverna  y me asombra esa chispa y la luz. Trazo rayas en la arena. Y en la caverna contengo el aliento al ver vivo el búfalo en colores. De rayos y truenos un dios se abalanza sobre mi y me monta. Sin entenderme señalo mientras ruidos guturales salen de mi garganta, como diablillos en sonido. Y al fin me descubro. Solo  y otros solos. Colecto frutos y atrapo peces. Levanto con manos palos y construyo para sombra. Crece maíz que como y vuelve a crecer. De barro ollas. Y el fuego quema. Llueve. Y entre la oscuridad que sobresale a la luz, y esta intercalada. Duermo y me miro dentro de mí hacia adelante. Hojas donde están palabras. Láminas de luz. Viaj

Presente

Aquí presente. Con mi palabra y mi risa. Un guiño luego y los pasos hacia adelante, en caminos o veredas. Exultante con pulmones que se llenan de aire. Admirado ante la luz y las sombras y las voces que expresan sueños. Faquir entre espinas. Mago sin chistera. Frente a la sombra  de la muerte, no me río; y mejor vislumbro la luz de la vida. Echo moneda al aire. La cacho y luego la tiro al pozo de la fantasía y de los deseos. Me mato para vivir, no hago otra cosa que pensar en ti. De vez en vez miro las hojas que caen. Me siento a la orilla del río y me pongo nostálgico. A veces escribo que escribo. En otras acaricio la luna. me solazo con la luz para fijar lineas, colores. De pronto despierto. Y dudas aparecen. Locos giros y piruetas que conducen a la nada. Tres veces digo polvo. Y escribo la palabra nada. Con  la vanidad escribo todo. Y el espejo me refleja nada.

Tren

De niño yo me subía a los trenes. Escuchaba de madrugada el silbato y el ruido conocido de rieles sobre durmientes y las poderosas ruedas de acero. Y muy de mañana me iba a la estación a mirar llegada de otros trenes y bajar y subir personas conocidas o no. Los rostros nos inducían a saber si iban al trabajo, de vacaciones, viaje por salud, traslados de mercancía. Yo me quedaba con el sueño de ir, conocer otros valles y pueblos. Y regresar con regalos e historias. Miré abrazos de despedidas y bienvenidas. Besos venturosos y con calor. Abrazos y besos de película.  Y me subía a los trenes detenidos un ratito, recorría un vagón. Y me volvía a bajar. Allí conocí a Penélope.

Despertar

No era así el inicio. Ya ni se, al despertar el tema hecho, y al paso de los minutos, queda, en neblina, oculto. ¿Libros? ¿Carta? ¿Lo efímero? El texto mismo dicta la manera en que se resuelva. Dinero representa trabajo, y no es humana la usura, transforma esta en sangre el sudor. Las manos forjaron lo humano. Aquí mismo, ¿pensar será acaso posible sin el moldear el barro con las manos? Despertar no es salir de la cama y prepararse el café, apenas es una salida del sueño parecido a la absoluta muerte. Ni sabremos al fin si despertar es entrar a un sueño mayor de alguien que en lo lejano nos imagina. Miro un reloj sin tiempo. Miro una computadora de juegos y un teléfono sin voz. ¿Estoy despierto o lo sueño? Siento en mí la luz del sol, el viento suave. No hago otra cosa, es verdad. Y el escribir es forma de bordear el tema.

Sucede

Miro a mi alrededor y me deslizo en caída libre sin freno alguno. Sucede que todo es oscuro en la caverna donde habito. Y ya ni se aspira a la luz. Hay savia en la planta que cultivo y agua en el río. Hay palabras. Ritos. Símbolos. Hay un cúmulo de objetos de basura. Ordenadores rotos. Huesos de vacunos. Libros deshojados. Vidrios en añicos. Nada que decir, nada que contar. Hoy escribo de las palabras pronunciadas con risa. No invento. El hoy siempre es un milagro. Lo hacemos constar. Un abrazo es la manera de decir un discurso sobre la solidaridad y el acompañamiento. Sucedió hoy. Sucede el abrazo. Nuestro. Es día de fiesta. Y sucederá que mañana también.

Sueños

En sueños me vi altivo, orgulloso, despreciativo. Era yo mismo en el afán de ser otro ser, superior a mis alcances. Lo proyecté en el sueño, traidor de mí mismo. El sueño duró largo tiempo, en el sueño mismo, del diluvio al viaje a la luna. Rondé esteros y lagunas. Descansé bajo frondas de árbol junto a ríos caudalosos. Zarpé en la imaginación por otros ríos hacia otros mares. Y no llegué a ningún lado, porque nunca salí de mí mismo, cuadrado, obtuso. Me encontré de pronto ante el espejo y entré a través de él. En el sueño la vanidad de estar en todas partes, sonriente, efusivo. En el sueño la vida era un yo que escribe ante un ordenador. Despierto y abro la puerta. La celda.

Nada

Leo un libro. Uno de esos libros viejos editados en los años 70 del siglo pasado. Sus hojas de amarillas a café. Tengo varios así. Un nombre, un título. Un hombre que escribe construyendo su obra palabra a palabra. Piruetas verbales de ocasión con imágenes propias de los tiempos. Uno a otro en el afán de alcanzar la gloria, efímera perra que tira dentelladas a nuestro interior. El libro lo encontré como me encontró él. Ajado, viejo, desdeñado. Concentra en él las vidas contadas que se resumen en la del autor. El ser del hombre transita en la nada y su ego en el todo. Reconozco el afán por andar de prisa, saludando y despidiendo como si fuera desfile de modas o concurso de oratoria. Todos tenemos responsabilidad con el tiempo, el momento y lo que nos rodea.  Leer un libro no significa nada; no agrega ni quita. El hombre es lo que queda luego del preciso instante en el que ya no está.

Río viejo

Me río de este viejo río sin cauce ni agua. Vieja ruta -eso sí- cuando en otros tiempos pasaban palotes, animales muertos y jofainas. Aquí hicieron nido los pájaros. Y las frondas de los árboles  renacen a la mirada, esta que también renace. Sublime sensación de naturaleza viva con explosión del universo. Y este olor a sándalo en las manos donde crece el árbol de las moras. Y estas miradas tiernas donde habitamos como infantes que se refugian en el juego. Yo traje este libro para transitarlo como entre nubes que me ayuda a diseccionar y diseccionarme. El "yo" egoista en mi relación con los otros. Que me ayuda a mirarme en el espejo para luego romperlo; espejo de la nada. Una mariposa al beso estupefacta se estrella en el parabrisas. Me digo que soy yo mismo dando pasos de ciego intentando rondar la felicidad eterna.  Nada significan estas palabras para distraer el hambre y la sed de ti. Las palabras como discurso se animan a saltar donde durante y donde termina el camino. Ven

Estar

Aquí en el centro de la mirada. Con la luz plena que doblega a la rutina. En ese viaje que parece permanente, tú. Así, sin más. El regreso con la más franca de las sonrisas. Y la mirada del trópico, abrazadora. Estar es hacer de la presencia la fiesta. Por el solo hecho de estar. Es revelación de la divinidad. Sin razones explicativas, coherentes. Lo lúdico como festín de las órdenes ancestrales, desde el fondo. Yi iba y venía como tigre en jaula, en la ausencia. Recorría la misma cuadra en la ida y vuelta. Sorbo a sorbo el café de la espera. Y en la esquina a ver si la canción la repiten. Soledad, oh melancolía. Y de pronto la pared a derribar. Obtuso el día, sin embargo superable. Bienvenida. La vida está aquí, no en otra parte. En el estar y el ser.