Demonio

No descansa ni duerme, el demonio compra y reparte manzanas rojas, vegetariano. Salud en el azufre respirado. Cruza la calle rápido, por los autos. Y se incrusta en el corazón para perjudicar. Cierra puertas y ventanas, para que nadie entre a bibliotecas. Y da palmadas a la usura, la motiva. Y hace el demonio que se enciendan los ojos cuando se ve la falda levantada por el viento. El conejo come zanahoria. Pienso, el caballo. El demonio rompe paradigmas. Divide. Vacía los ojos de mirones a quienes acoge en su seno. Y al ciego pone vista, por si acaso. Es la vanidad, el morbo, cáncer de la vida social, el demonio. Dibujo al demonio niño, para observar desde lejos, a ver, si se corrige, ahora a la distancia. Tengo sueño, ya mañana. Esta soledad es el demonio. Tu enojo. Ojo que no es hoja.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam