Sin embargo

Sin embargo los gatos, el perro y las pantuflas. Es normal lo que sucede, ya ves, el cansancio de ver el mismo verde o azul y las alondras. No sé. Las campanas repican con el mismo sonido como invitación al fastidio. Normal que la pintura tarde en secarse y las goteras sean mayores cada lluvia. Yo, la verdad, me acuso a mi mismo, general sin soldados y con guerras. Fabrico medallas al mérito y las pongo al sol para que brillen. Y me dan descuento especial en la fábrica de diplomas por los nombres que escribo, que al final de cuentas es el mío propio. Me acuso de visitar rotondas de hombres y mujeres sencillos. Sin embargo por las tardes escribo también tu nombre en la agreste tierra. Y como milagro empieza a crecer la hierba. Escribo versos que generan suspicacia. Y cartas para nadie y que nadie lee. Son cartas al polvo, a la estrella, al tedio. Allí en esas hojas escribo que sin embargo los gatos, y nada tiene que ver con lo que vivo, polos opuestos de un mismo sol. En fin que estos textos de cuaderno reflejen caos.

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