Nada cambia

Nada cambia cuando todo cambia. Una vez en clase lo explicó el maestro: si se mueve no se puede fijar; si está detenido se fija, pero no cambia. Entonces es necesario moverse para detenerse y viceversa. Y quebraba la cabeza el pensar sobre estas.
Ya estamos. Y seguimos. Carreras por las prisas, y al respirar detenernos para que los suspiros lo sean, porque de otra manera, la vida se va en esas prisas donde todo es urgente y nada es necesario, entonces lo necesario lo dejamos en la borda, al margen de lo diario. Dame la tarjeta para firma. Y corte yo el pantalón viejo para dejarlo de cortos, como antes, cuando los juegos. De madrugada llovió, y refrescó la mirada lumbre. Ahora me lavo la cara, legañas en los ojos, y doy pasos al frente. Oigo noticias. Doy dos pasos al frente y me regreso uno. Para seguir adelante, debemos ir al frente. No sé tú, que sé yo.

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