La orden

La orden se da en el momento justo de la hora exacta. Suelta los globos al aire. Baja la manzana roja transportada en la nube. Bebe agua. Son ejemplos. Hay de órdenes a órdenes. Por ejemplo mandan a la goma de mascar. O quieren que escriba uno un poema a la fuerza. Arrogantes. Vanidad de vanidades. Ahora es distinto. El mandato -como guerra de las especies- dicta caminar un rato y salvar la vida. La orden a veces es contradictoria. Pare, camine. Brinque, quieto. Y uno sigue la corriente, para que no se altere el nervio óptico. La mejor orden es la que se da uno mismo: duerma, sueñe, escriba, pinte. esas órdenes de guiñar o sonreír, o decir cantadito gracias, ya perturba. Mejor silencio. Y viva la vida.
Casi no ordenar feliz, como entregar sonrisas. Servicio a domicilio. Una vez...una vez. La historia se repite. Mañana será otro día. No es cierto, ya fue, es hoy.

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