Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2015

Mi viejo

Que soberbia. Imprudencia de la juventud en su momento. Insensatez desafiante. Desfachatez sin sentido de futuro. No quise escucharlo. No siempre, no mucho.  Me sonreía y contaba en cansina repetición de hechos. Las mismas anécdotas. Escuchas a Piero en esos años decir que era un buen tipo mi viejo. Y me gustaba cantarla sonriente, orgulloso y agradecido el Día del padre. Ahora la escucho en tiempo presente. Y sé que ahora me la canta sonriente, y orgullosa una de mis hijas. Ahora ya caminó lerdo, sin carnaval, sin comprarse.

Yo, escritor*

A veces cuando me nombran le agregan el José o el Juan a mi nombre. Y no me desagrada. Dice mi madre que ella no sabía de los dos nombres, que ella consideraba que debía ser uno para cada uno. Si no después me iba a confundir, argumentaba, entre tantos hijos para llamarlos. Cuenta que al llevarme al bautizo el cura pregunta cómo me iba a llamar. Y mi madre le respondió Antonio. Y el cura, le interroga ¿Antonio qué más? Antonio nomás, responde ella. Y así me quedó de pila registrado en la iglesia el nombre de Antonio Nomás. Aunque en el registro civil, la secretaria, luego de una sonora, festiva y larga carcajada, fue más consciente. Y no me registró como en la iglesia. Es curioso eso de los nombres. Cada quien tiene la historia propia. Yo nací en noviembre, en el norte. Frío de invierno adelantado. Infierno cruel con viento helado cauterizante. Se colaba el viento frío por entre las rendijas de madera. Y una buena parte anidó en mi garganta de recién nacido. Mi madre que estaba atenta

Cascabel

Ponle, luna, el cascabel del amor al gato. O viceversa.

Luna

Te vi y te veo. Eres la misma con mas edad solamente. Triste luna. Canción. Igualita. Eclipse. Desierta de solemnidad. Donde estabas al instante no estás. Lujuria de los dioses inventados. Invertidos los cánones del valor. Paradigmas para la fotografía. Luchaste a cuerpo batiente contra la oscuridad. Venciste al tiempo presente. Te vi en dos momentos. Tu lucha contra la sola soledad de la oscuridad. Firmamento. Y tu algarabia por el derroche del tiempo presente. Luna lunera. Ponedle el cascabel al gato de conjugar el tiempo con la pasarela de esta noche. Brillen las estrellas en el tiempo eterno. Un poema representa la poesía. Pero no lo es en su totalidad. La golondrina lleva colgado al pecho el letrero de verano.  Exacto reflejo de la luz. La luna.

Tiempo dos

Una piedra sabe del tiempo y no le importa. Un árbol lo sabe también y tampoco le importa. El polvo que fuimos sabe del tiempo. Casual el momento de decir de bienvenidas. Dorados cipreses para la sombra. Una tumba blanca con palabras escritas para los paseantes. Fuimos torpes poseedores de verdades y de odios. Escribimos en piedra para que quedaran inmortales las palabras. Hicimos piruetas en la vida para ver si alguien en algún momento pronunciaba nuestro nombre. Y todo fue inútil. La rueda de la fortuna solo fue un sueño mecánico del hombre. Y el algodón de azúcar. Y los caballitos. Extraños sortilegios que ya no están. Ya no fueron. Y las cartas de amor ridículas. Y los besos. Esa carne de los labios con dulzor dónde la encuentras. Mientras sigas escuchando el tic tac del reloj recuerda. Y si sonríes al recordar es que algo bueno hiciste en tu paso por la vida. Extraño paréntesis que separa una nada de la otra. Y algo extraño dentro. Tomemos mientras tanto agua simple.

Tiempo

Transcribo a veces. De José Emilio Pacheco: Tiempo. Ella es. La belleza. De antier.

Su nombre

Normalista cabal. Atento y servicial. Con iniciativa y visionaria. Entusiasta. Llegaba temprano. Se iba tarde. Entregaba documento y organizaba cursos de actualización. El origen de su nombre de pila y registro civil. No lo contaba. Aceptó su nombre con resignación. Las burlas nunca lo dejaron en paz. Era acosado siempre. Nadie. Mejor o peor nombre no podía tener. Todo lo bueno que se hacía en la escuela decían que era él. Y todo lo malo, lo negativo, lo peor, también decían que él era. Entre luces y sombras, desatino o atino de su nombre, su destino. ¿Quién es el mejor:? ¿Quién se quedó con el dinero de la cooperativa?  ¿Quien le pone apodo a los alumnos? Nadie discutía. Todos coincidían en ese nombre. ¿Quién se actualiza de manera constante, quién es solidario? Quien visita las casas de los alumnos que tienen problemas para aprender? Y la vida del colegio seguía su ruta de manera normal. Predispuestos a los resultados que sabían.  A las probabilidades de buenos resultados. Y el nombr

Cómo se da cuenta

Cómo se da cuenta el rey que es rey y el esclavo que  lo es. Cómo se da cuenta la noche que es oscuridad y que la luciérnaga brilla indiferente. Como se da cuenta el elefante de su fuerza.  Y el,pájaro de la belleza de su canto. Y el comején de su destrucción. Es imperativo  saber de la telaraña y la araña. Del pescador que pesca y del Páramo. Mañana me descalzo para saber de piedras del camino con mis pies plomo. Mañana es otra vida como dijo el gato. Como sabe el aguaque devino nube y a ella vuelve. Es un misterio el misterio de la voz y la sonrisa.  Como nos damos cuenta si el sueño de la vida es sólo sueño

Amanecimos,tiempo

Usted me entiende, amanecimos,tiempo. La soberbia bocanada de aire que te inspira. El mundo aquí de nuevo, luego de los sueños, del mal o buen sueño. La historia personal contenida en un bus o una canción recién escuchada.  Amanecimos cama. Amanecimos cuna. Rocīo de la mañana. Pasarán hoy de nuevo los canarios amarillos. Y el agua destilada es manera clara de desterrar el tedio. Música, maestro. Cucurrucucú, Paloma. Amanecimos tiempo aún, los hechos,consignados de las miradas a tres centímetros de distancia. Tiempo como oportunidad de gritar en voces con sentido. La imagen de las hojas secas tienen un significado especial. Somos especie. Somos especiales. Sobretodo somos fragmento breve de tiempo. Conciencia del concepto inasible del tiempo. Carne trémula. Polvo ligero. Burbuja ingrávida de jabón.  Aceite tirar por la rotonda de las ilusiones ilustres. Sueño que tiene sus explicaciones lúcidas. La cábala tiene sentido. El oráculo tiene su fórmula de hechos casuisticos. Usted me entiend

Apuntes sobre mi nombre

A veces cuando me nombran le agregan el José o el Juan a mi nombre. Y no me desagrada. Dice mi madre que ella no sabía de los dos nombres, que ella consideraba que debía ser uno para cada uno. Si no después me iba a confundir, argumentaba, entre tantos hijos para llamarlos. Cuenta que al llevarme al bautizo, el cura pregunta cómo me iba a llamar. Y mi madre le respondió Antonio. Y el cura, le interroga  Antonio qué más. Antonio nomás, responde ella. Y así me quedó de pila registrado en la iglesia el nombre de  Antonio Nomás. Aunque en el registro civil, la secretaria fue más consciente. Y no me registró como en la iglesia. Es curioso eso de los nombres. Cada quien tiene la historia propia. Yo nací en noviembre,  en el norte.  Frío de invierno adelantado. Infierno cruel con viento helado cicatrizante. Se colaba el viento frío por entre  las rendijas de madera. Y una buena parte anidó en mi garganta de recién nacido. Mi madre que estaba atenta empezó a escuchar un chillido de esos como d

Escribimos tiempo

Escribimos tiempo en la piel con otros nombres. Nombres de árboles o pájaros. Nombres de piedras minerales para ser precisos en el tiempo a recorrer. Tiempo preciso y necesario. Margen  con frontera de paréntesis para elevar a rango de sueño nuestros anhelos.  Estero de luz. Caverna iluminada. Escribamos tiempo aún dentro de lo,posible. La lluvia no espera detenida. Más la nostalgia del porvenir es imperativa. Y el porvenir en tiempo sabe  de nuestro destino.

Ante un cadáver

No te asustes. Lector. No estoy ante un cadáver. Es un poema de Manuel Acuña, el que escribió perdidamente enamorado Nocturno a Rosario.  Viene de entrada en un libro titulado Aprenda a declamar sin maestro. Y al hojearlo encuentro decenas de poemas que fueron declamadas por compañeros de escuela desde la primaria hasta la escuela preparatoria. Vienen Los motivos del lobo, La Chacha Micaila, Por qué me quité del vicio, El seminarista de los ojos negros y muchas otras, viene también Naela. Es grato recordar la emoción en los ensayos. Los declamadores individuales. Los grupos corales. Era una verdadera fiesta los concursos de declamación y oratoria. Los siguen siendo donde se hace. Anécdotas de cuando se olvidaba a la mitad del poema. O los triunfos de los compañeros. Yo quería participar. Buscaba poemas breves. Algunas rimas de Becquer. Que es poesía, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. Que es poesía. Y tú me lo preguntas. Poesía eres tú. Claro  que siempre ganaba en esos

La noche colectiva

La noche referida. La de la luz negra mortecina. La de la guerra y el desaliento. La de las minas para el explotar del hombre. La noche de la plusvalía. Y la sangre derramada. La noche donde se queman los libros. Donde las lágrimas se utilizan como referencia de las piedras. La noche que refiero. La del insomnio. La de los ojos cerrados o abiertos sin la conciencia. La noche del sí señor. La del imperio de la traición. La de los puñales por la espalda. La noche de las calumnias, de lo vacuo, del vacilón moral. La noche donde se hace de lado la ética, la Moral y la filosofía. Es la noche de todos, de todas. La noche es vuestra.

La noche

Larga la noche. Sin aliento ni música. Se ahondan los abismos. Impera la nada. La vacuidad. La muerte adelanta las horas cuando se duerme sin sueño. Y cuando los ojos abiertos avisan de desórdenes en el universo del hombre. Larga la noche. Tiempo suficiente para calibrar la perspectiva. El encono manifiesto, la ira sin razones, el lucro como meta. La indiferencia al otro. A lo que se cuela veneno por las venas. La noche resplandece en la negritud. Caverna cerebral histórica sin luz. Nocturno dad de la angustia y del desasosiego. Oscuridad donde aviesa habitas carne trémula. Oscuridad en la que sin embargo brilla tu mirada en el insomnio como el brillo de las estrellas.aluvias de alimento.edad media del hombre, actualizada. La noche es imperio de los ladrones de tiempo, de los que imponen como moda la prisa. Abrazó la noche. Y amanece con la luz del nuevo día.

Soy templo, dijo

Soy templo, y tu profesta. Quiso decir ya ni se sí poeta o profeta. De todas maneras no le atinaba, aunque lo decía con gracia. Estábamos sobre la arena de una playa en Grecia. Un castillo hicimos. De arena, que el viento derribó dos veces y tres veces lo levantamos. Estuvimos platicando mezcla de palabras, arena y piel. Había pocas personas que por cierto nos miraban de soslayo. Pasaba ella de triste a alegre. De enojo a algarabía. Me debes una canción. No es cierto. Un libro entero. Yo le hablaba de proyectos profanos. De flores exóticas. Y de pájaros azules. Ella escuchaba y se metía puñitos de arena en la boca. Soy bipolar, ya te dije. Así qué no te espantes si me sale espuma de la boca, después de la sonrisa. Traíamos una botella de tinto italiano de cinco dólares. Sabroso pero veneno puro para efectos del día siguiente.  Tomaba una copa. canturreaba mientras se estiraba unas de sus mechas. Torna a Sorrento y Volare. Yo cantaba Oh, que gustó y El amor, amor. De pronto se quedó dor

Mi banda

Había una banda de guerra en mi secundaria. El uniforme era sencillo. Camisa y pantalón caqui, corbata y kepí. La motivaba con su sonrisa y entusiasmo el maestro Raúl Torres Torres. Le mando un saludo y un abrazo. Y siempre mi agradecimiento. Nos reuníamos por las tardes a darle duro al tambor en mi caso y otros a la corneta. Rompimos algunos cueros y baquetas. Y nos sentíamos parte de la historia. Sabíamos la intención de cada marcha. Tres de diana; Toque de bandera; Marcha triunfal de algarabía; Toque de queda. Toque de luto. Entre otras. Aprendimos ritmo, disciplina, trabajo de conjunto. Y el entusiasmo del maestro Raúl nos motivaba a ser colaborativos, a ayudar a los otros, a los que no podían. Y tomamos el camino del aprender. El camino de la tranquilidad con entusiasmo. El de la solidaridad. Volverán esos tiempos.

Volverán las golondrinas

Volverán las golondrinas. Y el presente será nítido. Volverán a ser importante los centros de reunión para el juego donde se aprende a pensar y a vivir. Las risas multiplicadas. Los salones repletos de juventud, primavera de la vida. Cantarán y bailarán en los excesos. Dibujarán miles de mundos por venir. Construirán visión de un mundo nuevo. Volverán al ábaco. Rutas promisorias con los números. A la mirada transparente, ausente del miedo. No queda de otra. El optimismo y esperanza,  necesarios para seguir la ruta de la utopía confiscada  ahora tristemente por lebreles.  Es nuestra hora.  Apartad la sed de lucro. Tened lo suficiente, lo necesario, lo útil. La vida es corta. Vivirla a plenitud. En una ocasión nos detuvimos. Era momento de respirar profundo. Las entelequias estaban poderosas en la cima. Los valores estuvieron por un tiempo abajo del oro, la baratija conseguida con sangre. Luego vino una etapa nueva. El poder de servir, confundido, con el poder de mandar y tener. Lúgubres

Gracias, Don Antonio

Gracias a Antonio Medina por la capirotada. Llegué a La finca, su restaurant. Un espacio natural generoso por la naturaleza, rumbo por el aeropuerto. Bella vista al río Grijalva en una curva que hace en este lugar.  Había quedado de estar un rato allí en la hora de la comida. Miro a Don Antonio, me acerco y lo saludo. Y le agradezco que días antes me haya enviado capirotada de la noche mexicana en el palacio. "Ahora no tengo, pero a ver que le hago", me dice con esa tranquilidad de monje budista, que transmite. Es una quinta el restaurant. Mas bien una finca. Tiene caballos y dos pastores alemanes, sin grasa, muy vigilantes y con gracia. Una vez andaba yo en auto de un amigo. Y nos quitamos del lugar. Mas cuando me llevó a donde estaba el mío, busqué mis llaves y no las tenía. Entonces regresamos. Y al entrar en el enorme patio que tiene con jardines al frente, vi que uno de los pastores estaba sentado donde había estacionado su auto mi amigo. Y me acerqué por si era donde a

Algunas veces

Algunas veces, algunas voces. Y pare usted de contar. Sucede por las noches, cuando la vigilia. No son duendes, ni espantos, brujas, hadas o fantasmas. Solo voces. Algunas veces me levanto de madrugada y como mermelada. Solo para ver si así. Con leche tibia. Y una más vez la voz que me dicta. Todo en si, por si las dudas. Neblina y bruma. La voz aguja se incrusta. Y busca salgan palabras. Insiste. Solo sonidos guturales. Con la aguja pincho un globo. Y sale agua y nos inunda la humedad y dulces caramelo.  Por la mañana es muy distinto. Inicia con la calma. El baño y desayuno. Y viene el bullicio. Las tantas voces que se juntan como orquesta. Y los ruidos en palabras redundantes. Mil veces repetida la afirmación del posesivo solo yo, lo más importante. Algunas veces me demoro en escribir. O salir a caminar. Y cuando lo hago las cuerdas de la garganta se suavizan. Y las de la guitarra quedan listas para acompañar en el cantar. Suele suceder entonces la alegría. Algunas veces me levanto c

Amor

Amor el agua transparente. Las noches de vigilia. Los poemas de Virgilio. Amor las palabras y el silencio. No me sobre estimes. El tiempo tiene turno. La cita se transfiere. Amor el lienzo con tu rostro. La cruz y las espinas.  La ruta fácil del deseo. Amor las circunstancias y el discurso. Contraemos las estrellas y la arena. Amor la rana y el príncipe celeste. La fórmula y la escoba para el vuelo. Amor has llegado tarde de noche. El perfume de las flores a medianoche. El alba y el rocío. Amor las caminatas, en las que aparecían las reflexiones del futuro y la eternidad del polvo. Somos esos seres extraños que mantienen los ojos abiertos en la madrugada. Y por nada. Los apegos. Las tribulaciones. El por qué yo. Y dónde estás. Amor Leonor y su mirada de paz aderezada con sonrisa y abrazos. Amor la música, trinos y voces. Las legiones de ciudadanos que disfrutan la vida a pesar de la guerra y el lucro. Bienaventurados. Amor la filosofía. Diga usted. Respuesta a esas preguntas desde siem

Vamos a guardar el hacha

Son palabras. Son del corazón escafandra. Pero vamos a guardar el hacha y las tijeras. Cuello y ojos necesito.. Los envases de vidrio guardemos. Par a quė guardar objetos de peligro. Necesario guardar La Paz. Proteger La Paz de su sonrisa y la tranquilidad. Guardemos los cuchillos distintos.  El revólver del abuelo. La escopeta del padre. Guardemos todo lo que pueda ser usado punzo cortante. Duele el corazón cuando la tarde. Iluminado el camino. La caverna con luz. El despliegue militar de tu sombra. Guardemos los misiles y la fórmula de la bomba anatómica. Guardemos las flechas y el arco de Cupido. Guardemos también los lápices con punta. Las sábanas blancas. Guardemos los dardos envenenados de tu mirada. Habrá un tiempo disponible para el recuento y recuerdo de los daños. Guardemos el libro de poemas. La guerra ha .terminado

Capirotada

Leonor, mi madre, hacía capirotada y tortas de camarón para Semana santa. Era una dicha la llegada de esos días por la alegría de comer con gusto esas dos maneras de saborear lo hecho en la cocina. Ahora refiero sobre la capirotada. Rodajas de pan frito. Luego meterlo en una olla de barro con caldo dulce de piloncillo, mas nuez, queso y canela. Nosotros recibíamos nuestra porción para la urgencia del hambre y gusto de entre diez personas. Luego a escondidas nos escabullíamos para tomar otro tanto. Siempre llevo ese recuerdo de sabor y olor de la cocina cuando lo dulzón del ambiente con la capirotada. A donde ando lo platico. O lo escribo. Hace días me llama una amiga: te consiguió nuestra amiga común capirotada. te lo entregará hoy si vienes a Villahermosa. Raudo nos pusimos de acuerdo. Y raudo fui. Efectivamente me tenía un platito minúsculo con una buena porción de capirotada. La real y original capirotada. La comí. Recordé mi infancia. Me comenta: "Anoche en palacio. Me dieron

Debussy

Debussy, sí, al instante. Música a la carta. En lontananza las historias cien mil veces repetidas. Agua, eternidad, muerte. Un vaso. La lluvia. Un vacío como espectáculo de la muerte detenida. Pero estaba Debussy. Y yoga. Sí. Había construído un sueño. La guitarra estaba rota. La llevé a reconstruir en una cita sin casa. Reparación total. Y enfrentaba el sueño de la realidad confrontada con el futuro. Estaba Debussi. Nada que ver con esos rayos de Tchaikovsky. Rayos y truenos. La vida es corta. Atrévanse, muchachos. Eran tiempos de caminos inciertos. Primaveras sin flores. Otoños sin hojas. Y estábamos despiertos hasta la respiración del último instante. La moda siguió su curso. El río su cauce. Y estaba el vals de la vida en su punto culminante. Y fue Debussy. Chopin también. Pero fue Debussy, como un salvavidas para el ancla. Fiesta de los apegos. Ahogos nocturnos. Mas, oh. Estaba la primavera al alcance de la mano. Y los frutos a punto. Y el botón para la flor. En sueños la vida seg

Cuando ya no esté

Cuando ya no esté, tiras las miserias al campo. La vanidad. El ego. El orgullo. Tira. En la criba tierra cernirán destinos con la nueva vida. El brote de semillas. Las hojitas nuevas. Gracias a la vida habitarás sepulcros en el desconsuelo y llanto. Imitarás las voces del desacierto. Las voces del ángel. Abrirá ventanas el mundo solo para que entre el nuevo aire. Cuando ya no esté riega las plantas. Imita las flores. Tramita el cese del reino de la tristeza. Es tan necesario. Busca el oro en el tiempo, no en la naturaleza. Toma agua simple. Cuando ya no esté grita que has encontrado la pieza faltante del rompecabezas. El pájaro con su canto no estará. Ni el pez pescado. No estará la sangre. Ni las vidas vacías. Ni el noble canto para ser diferentes. Cuando ya no esté. Será solo eso. No estar la carne a la altura de las discordancias. Y serán historias conocidas´las loterías pasadas. Lo no visto. No presentido. Cuando ya no esté préndele fuego a los recuerdos en los que habitamos. Es ne

El honor es mio

El honor es mío. El hecho de platicar con vos. La cantarina voz escuchar. Canto de calandria. Río de voces sostenidas en el tiempo. El hecho de mirar la luz del solo tiempo. Las voces de las tantas mentes brillantes de las generaciones. Los poemas Invictus. Y Sí. El canto mismo monótono de la chicharra que atraviesa por las rendijas de la noche. El honor es mío en la palabra o el verso. Provocado o promovido por las tantas circunstancias. Helecho de río. El hecho donde se escondió la mano al tirar la piedra. El lecho de piedra por la canción misma para el descanso eterno. Las siete vidas de los gatos pardos, que todos de noche son grises.  El honor es la vida misma sin arrastrarse por lograr por sobre todas las cosas. El honor de transitar sin derribar a nadie, solo muros. El honor de no vender el alma al demonio del lucro. Luces de Nueva York, mariposas amarillas. De los contratos duales, me das te doy. El honor es mío. No lo olvides. Mentiras blancas o rosas. El cantar de los cantare

Patria

Qué es la Patria, la inasible, pregunta el viejo profesor, para encontrar respuestas reflejo en el espejo de la conciencia. Y responden festivos los muchachos y muchachas, en ese juego de palabras e imágenes: apareces el día dos de noviembre, pidiendo tu calaverita  La escuela y el libro, en un pueblo escondido, en montaña o pantano. La sonrisa del niño que busca en la calle dulce y alimento. El sepulcro de los dioses, a donde habita en pena el hombre. El llanto del anciano abandonado. La zafra con sus cañaverales en el fuego. Un corazón roto y esperanzado a la vez. El hospital de pueblo con la sonrisa de blanca dentadura de doctores y enfermera. La ceiba augusta y el nogal certero, en su ruta ambos hacia el cielo. A la orilla del río se bañan tritones que dominan la brazada y el juego. El púlpito del decoro, donde la palabra del origen y la pasión es transmitida. La calandria cantarina y el gorrión anaranjado que suple al amarillo. Usted me entiende, profesor. La golondrina con su con

Nuestros horizontes

Nuestros horizontes fueron definidos hace más de mil centurias. Y por lo tanto nuestro juramento y destino fueron escritos por un dios inasible y exigente. Un dios supremo y lógico que ventiló palabras para renovar el discurso. Escrito el destino manifiesto la sonrisa y la lágrima, uncidas ambas hacia el ser y el todo, descifrados por la nada, queda al arbitrio del viento. Los sucesos fueron narrados en tiempo real. Sin embargo el diario acontecer tomó partida en el juego. Ti ... ramisú. Bien. Un poco de dulce para amielar el ambiente. Y que lo real como jalea se debata en el devenir de los tiempos. Macizos los dientes, sugerente el labio, modelar la sonrisa. Enero o junio. La historia fue escrita a dentelladas y con sangre. Quedan para el análisis las páginas blancas, el hueco en el alma defendible, la esquirla rota, el verso blanco, alejada la rima para el llanto en llamas. Páramo el alma. Inolvidable el guiño

Creí

Creí. Si. La tarde. Eran poemas como ahora son. No poemas en si, como tales, sino belleza de la vida, momentos poéticos. Brillo en la mirada. Vuelo de colibrí. Hola que cae. Guiño. Creí. Creo si. La tarde. Este 15. Rumor de futuro. Nostalgia por el futuro. La manzana. La balanza sobre datos precisos de peso piedra. Pesó pluma. Crei. La esperanza retrata tiempo futuro. Aquí andamos. El estilo es el tiempo mismo.

La tristeza

La tristeza de la flor. Un acaso, un quizá, un hasta luego. Un poderoso afán por desterrar el tedio. La vacuidad del día a día. El no pasa nada mientras todo pasa, incluida la vida. Cerrar puertas y ventanas. Subir alta la tapia. Ha quedado demostrado que el mal de ojo viene con el viento. Café para palabras. Un viento de tromba en domingo. Pesar por los idus de marzo. La sonrisa como buenos días. El saludo de mano. La sorpresa de lo que va, de lo que llega. Crónica del pensamiento. Par de palomas mensajeras, con el conocido estilo barroco de la especie. La tristeza de la flor. El tiempo indiferente. los pétalos secos. La voz callada. El pensamiento de no sé lo que sucede. Por qué a mí me pasa eso. Escribo tiempo. Y al instante lo escrito queda en el insondable pasado. El preciso nombre del instante en el que ya no estamos.

Para que todo

Para que todo vaya bien, se necesita respiración profunda. Tres o cuatro veces. Y la risa. La risa a borbotones. Para anidar al tope la alegría. Cuéntame un nuevo cuento. Aduces. Las historias aquellas repetidas. Los palíndromos de ida vuelta en los amores. Las imágenes de la luna, siempre. Y los libros. No dejes de lado los libros. Conste en hechos. Ya sabes. Lo que está escrito son palabras que representan parte de la historia. Los carros viejos en los cementerios. El cruce del río. Y el idioma propio con lo signos especiales. La oscuridad donde brillas. La claridad conque alumbras. Los repetidos cantos de los dioses. Y los cantos de sirena. Para que todo vaya bien bastan las nuevas hojas. El árbol, el bosque, el libro. Para que todo vaya bien basta la vida. En la serenidad de la presencia. Un andén. Y bienvenida.

Vamos a lograr

Vamos a lograr la tarde. Aparece azul intenso entre las nubes. El sol candente aún. Pero la tarde, los textos para libros. Lejos la rutina, el morbo, la vanidad, el ego. Aquí de tan intensa. Vamos. Es el día a día, pleno con todos sus colores. Globos. Papalotes. Y las risas. Los rostros expresivos con el canto. Vamos. Hemos transitado el pasado con barcas sobre el proceloso mar. Y tenemos disponibles suficientes palabras y risas para compartir el tiempo que nos corresponde. Paréntesis abierto mientras tanto. Cuando llegue la música habrá pétalos integrando los nuevos tiempos. Nuevos vientos nos arrastran hacia nuevos horizontes. Los gorriones amarillos cantan. Acaban de pasar de nuevo.

Jugar por jugar

 Jugar tiempo de la nada. Abrir la cortina para asomar al futuro. Y romper paradigmas de la saciedad. Del hastío. Jugar a las dichosas palabras. Comején. Jugar al escondite galáctico. Y buscar a quienes andan por otras rutas. Cartas escritas con sangre. Derramada sangre por la justicia. Palabras encendidas, dictadas desde la conciencia de la historia. Palabras cien mil veces repetidas. Común denominador el tiempo. Hoyo negro, vida mía. Conciencia de ser. Jugar con el guiño y el café con leche. Jugar palabras donde habiten recuerdos y olvidos. Donde poemas sean hálitos de vida. Donde el ronronerar del gato solo sea un punto felino de lo que nada es. Apenas la diferencia entre sonido, imagen, palabras. Jugar al vino, verso, minuto, al beso. El tiempo indiferente juega a la nada. Lo posible en entredicho. Lo que sucede ya pasó como un sueño.

Temas

Temas. Cono escribir tiempo. Y saltar de edad en edad según los hechos. Crónica de los años por venir. Mirar desde el punto exacto hacia el punto mismo necesario. Dilema planteado desde el inicio. Transparencia que oprime lentamente. Por si acaso se duda. El tiempo detenido. El tiempo necesario. El que determina inicio y fin. E inicio nuevamente. El que escribe datos en la piel de polvo futurista. El que se escurre entre los dedos. El que deja cicatrices en el alma. El amoroso. El paréntesis de rosa y espina. La canción detenida en la nota, como fotografía o estampa. El solo instante o la centuria. Cumpleaños feliz en la rosa y sonrisa. Detenido todo para reflexionar tiempo, esencia, burbuja de jabón. Nada.

El sentido

El sentido del niño ante la fuente. Una mirada de gigante que vislumbra un nuevo mundo. Un cíclope marmóreo indiferente ante el ocaso. Distintos en la oportunidad de la derrota. Oportunidad cimera para valorar el temple personal. El sentido del triunfo personal, línea que se agota en un instante. Más si es sublime el panorama. Cementerio de flores vivas. Mirada furtiva para definir momentos. La cámara oculta de lo que escribiste un día. Flores negras. Una canción a lo lejos. Escribe azul en el día soberano. Instantes fugaces de brillo en la carretera. Luces comunicadas entre sí. Luego las sombras nada más. El sentido del joven y la soberbia, reina de todos los instantes. Vanidad sin límites. Narciso frente a su imagen en el laguito de siempre. Agua marina, sortilegio de los sueños rosas. La revolución. Justicia social. El hambre con menos nombres. Un toro de lidia ante paredes que cae y se levantan. Como la hidra de las cien mil cabezas. Divino el tesoro, sueño de las angustias y la in

Desde Altamira

Altamira. Búfalos asediados. Bisontes caídos. Alegría. Horas de lucha. El hambre de mirar luz mañana. Y el reparto común de la carne hacia el polvo. Rayas y puntos, círculos concéntricos, espirales de sueño.  Dibujos al interior como motivo de risa. Me hacen señal desde lejos para indicar que hoy es tiempo presente. Y que de la flor se percibe aún su aliento y aroma. Caminos sin memoria. Ruta donde andamos con brújula descompuesta. Ayer es todos los días. He aquí el fuego de la vida. Cremación general, servicio económico. 

Sueño con la hidra

Silvio soñó con serpientes. Yo sueño con la hidra. Le mato un recuerdo y aparece otro mayor. Refiero a las cabezas.  Es recurrente este sueño. La hidra de los tantos momentos. Escribe de mi. Escribe de ti.  Un nosotros aletargado en el sueño. Y aparece una serpiente.  La mato. También sueño con la hiedra. De las tantas ramas adheridas a la pared. Una y mil paredes como sueños. La hidra en cambio me acompaña a donde ando como sí fuera mi sombra. Le mato una cabeza y le aparecen otras. Refiero a la hidra no a la hiedra.

Contradicción

Contradicción, el tango de la vida, el tango de la alegría. Venceremos la derrota. El hastío. La caída de las hojas. Venceremos a la muerte. La condición del polvo. Los helechos marinos. Venceremos la indiferencia. Porque la nube está en todas partes. Como la humedad y el musgo. Los datos consignados en el acta. Venceremos. Ya no digo la utopía. A ella la dejamos correr por delante de nosotros. Seré la tortuga en la lucha contra el tiempo. Un bello sueño. Ahora a dejar correr el amanecer del nuevo día. De nuevo la constelación de las nubes. Y el color rojizo del crepúsculo. Buenos días de miércoles. Venceremos. A pesar del tango de la noche.

Espero

Espero pronto tu llegada, clama amorosa la tierra seca a la lluvia. Y tus manos o labios dicen los instrumentos musicales. Espero tus repetidos besos, dice la playa a la ola. Tu necesidad de ser, dice el libro  al hombre. Y déjame jugar contigo, se lo dice al niño. Espero tu pico suave, dice la miel de la flor al colibrí. Y tu suave mecer le agradece el polen al viento.  La modelo sonríe ansiosa al fotógrafo. Espero tu melancolía dice el otoño a los peces libres. Y la hoja verde espera el hastío. O a que seas pescado, dice el comedor al pez.  El tiempo espera al comején y el polvo. El tiempo espera  a la vanidad, quien ama al vacío. La mentira corre por delante de la verdad.  Espero me acaricies para bien le dice al gis el pizarrón. Te espero dice el hambre a la comida. Espero me sorprendas, dice el sorprendido. Y el rubor al tímido, la sorpresa. El cementerio espera las palabras vivas y lo expresivo del silencio. Y el loro espera al pirata. La piedra al necio para su torpeza. Y la bel

Perdón

Perdón por el imperio de la  plusvalía. Por el sistema de bancos que agranda brechas por el interés y la mora. Perdón por fijar fronteras donde habrían de construirse fuentes. Perdón por las minas donde quedan dentro los sueños y la vida misma de los mineros. Por las minas que estallan huesos y tendones de gente inocente. Perdón por las toneladas de basura que producimos a diario. Perdón por el sistema esclavista donde se promueve el lucro. Perdón por nuestras cárceles aplicadas a la pobreza. Perdón por elevar a trono de Dios al oro, metal frío y  de dudoso origen. Perdón por el papel moneda, que no tiene un valor por sí. Por la tala de los montes. Por incrementar las tierras áridas. Perdón por el afán de ganancia que infla a los animales comestibles. Perdón por nuestros niños y jóvenes en las calles.  Perdón por las guerras. Por las bombas. Por la apropiación de tierras. Por las mutaciones inducidas. Por la lluvia ácida. Por el veneno vertido a mares, ríos y lagunas  Por la moda que s

Llueve

Hoy domingo llueve. Lo mismo anoche. Abundante lluvia que persevera persistente. Humedad sentida alrededor. Y la dicha por la frescura natural. Hace horas se sentía un calor sofocante. Yo cantaba melodías de los años cuarenta. Hasta La mesera de una fonda chiquita. Y amor perdido. Un café caliente mitigó el calor. Ahora es de noche y llueve. Lo anticipó un viento furioso que hizo cantar a láminas de zinc. Unos niños festinaron  bajo la  lluvia anticipada. Color de la felicidad . A cántaros. Recordé mi infancia y los tantos saltos de alegría también bajo la lluvia. Y los regaños de mamá por temor a que enfermemos. Llueve sobre mojado. Y miro la lluvia sin mojarme. No por ahora. ¿Y si me animo?. Ahora vuelvo.  Cantaré también bajo la lluvia.

Canta

Canta, siempre canta. Cuando estés triste, sientas nostalgia, o estés alegre, canta, Cuando sientas que no tiene sentido la vida, o cuando creas que la tiene. Cuando hayas sido derrotado y estés en el suelo. Canta. Es necesario. Es imprescindible. Cuando te digan que no puedes. Cuando te pongan miles de obstáculos. Cuando el coche se descomponga. Cuando pierdas los zapatos. Cuando seas abandonado. O inicies algo de nuevo. Cuando seas juzgado por delitos que no cometiste. Cuando seas injuriado. La vida va en todos los sentidos. Nosotros mismos. cada instante es el mejor. El que sigue tiene el mismo valor. No hay moneda que valga más que el corazón. Ni puesto alguno. Canta. Canta. Cuando sientas que todo está perdido. Cuando tu mascota ya no esté. Cuando llueva demasiado. Cuando la sequía parezca que es el todo tiempo. Cuando quemen libros. Cuando los tiren como basura. Oh. Que dolor. Canta. Cuando muera tu hermano o tu padre. Cuando nazca el nuevo hijo o nieto. Cuando ganes o pierdas el

No basta

Aunque no basta, no ha sido inútil nuestro paso. A pesar de los pesares. Nunca un poema ha detenido una bala. Ni una sonrisa ha detenido una bomba. O un dardo lanzado. Sin embargo siempre será imprescindible enseñar a leer para no seguir al falso vendedor de ilusiones. Leer para entender y comprender al que se humilla. Leer para jugar y desintegrar la tristeza, los rostro serios. Jugar para destemplar la quijada apretada. Jugar para sostener la calidad humana. se hace más que necesario. Urgente. No basta firmar convocatorias para la paz. Es buscar la paz interna. No basta firmar manifiestos contra el gobierno. Es necesario gobernarnos nosotros mismos. En el hacer para bien. No basta decir bárbaros a los que queman o tiran libros. Es necesario caminar donde no hay camino. Es necesario apropiarnos del lenguaje que nos lo quieren  mutilado. Apropiarnos de él para pensar mejor. Para decidir mejor. Para dilucidar. Para decir la palabra correcta en el momento correcto. Es necesario desterrar

Mis fieles

Cuando la noche es larga y el viento sopla con rudeza. O hay calma negra o blanca. Acudo a mis fieles. Y dos son ellos. Mas dos con igual corazón y sonrisa. Serrat y Sabina. Y Silvio y Aute. Ni uno mas, ni menos. Iguales. Sus laureles son la pasión y sentimiento (ayer escuché a Patty) y hacen bajar a los dioses del Olimpo a compartir conmigo los sueños terrenales. Abundan mariposas y unicornios. Y la de Magdala nunca falta. U otra de mirada obtusa por no decir lunática. Son los sueños de presente donde nunca se licuan sonrisas. Solo se presentan para enmarcar esos momentos. Agua del río fresca o helada. Y sobrevuelan los pájaros de Portugal. Penélope se achispa y deja de bordar un rato, para construir la utopía, en esos momentos fuego, al alcance de la mano. Yo me entiendo bien con soledad con la que suspiro. Cuando la noche es larga, abarca hasta la luminosidad del día.

Café de domingo

Todos los días, todos. Mas un domingo por la mañana sabe distinto un café aromático y memorioso. Se conjunta todo el universo con sus gustos y manías en este instante. El sabor exalta esa animosidad que motiva a hacer. Hagamos por ejemplo ese mueble de madera perfecto resistente al comején, como metáfora del olvido. Limpiemos de basura el patio particular de la casa y el frente de la misma. Coleccionemos hojas secas. Escribamos una utópica novela a la que llamemos perfecta. Compongamos el mundo con sus sietes tornillos flojos. Mítico café, entre lo romántico y bohemio. Imitemos la imagen socorrida en ese instante. Es preciso no definir el instante. Solo dejarse llevar por las imágenes sugerentes y festivas. Se vive solo siete veces, refutó el gato. Y todos guardamos silencio. Está nublado. Y la sonrisa a flor de piel. Tanto delirio. Tanto tiempo. La vida misma. Es domingo por ahora y hay suficiente café. Aroma del campo bueno, noble, generoso.

Un niño

Una playa. Un cuerpecito inerte boca abajo. La arena. El color rojo de su playera. Un ángel tirado por la bala. No es del niño de quien escribo. Escribo de todos nosotros. Perdón. La indiferencia brutal. El imperio del yo. Negado el nosotros. Enciende la televisión. El lucro. El afán de tener cada vez más. Las máquinas sofisticadas. La señal de wi fi. Un niño sí. Millones de niños. Hombres y mujeres de todas las edades florecidas. La industria. Producción en cadena. El logo sin fábricas. Las fábricas con mujeres y mano de obra infantil. Bolsitas para orinar. Nuevas carreteras para sacar la mercancía. Vamos todos a cantar. Vamos todos a jugar. La producción. Doce horas diarias. Un dólar el jornal. Enciende la televisión. Cambia de canal. Los dados del destino personal. Es del niño de quien escribo. Es nuestro hijo. Nuestro nieto. Es nuestro hermano. Es nuestra sangre. Perdón por esta sociedad. Hay un becerro de oro. Apurad la cicuta. Cuánta sangre derramada. Cuánta carne calcinada. Cuan

Sábado de tarde

Sábado de tarde. Caminar por estas calles de la ciudad repetidas hasta el cansancio. Fragor de la batalla por el tiempo detenido. Un espacio cuadrangular donde quedan huellas. Imágenes de quienes estuvieron antier. No más. Sábado para cantar. Al límite de las ocasiones cuando los objetos perdidos. Los encontrados al fin. El retrato hablado de mamá. Explique usted. Bien. la conocí desde la infancia. Más no está para el abrazo generoso y especial. Más no está. Tenía sus patos y gallinas. Su afán tierno en el estar. Sábado para recordar. Café en taza de Serrat. Otros sábados fueron en Café la Antigua en el centro de la ciudad. Subir o bajar la escalinata. Y el trajinar de las flores. Nostalgia. Charlas de largo aliento. Libros e historias mil. Posiciones fijas en opinión. Y es momento de ponernos a silbar. Se ha ido el gorrión pecho amarillo. Y viene raudo el otoño. Las hojas secas volverán.

Aroma el tiempo

Aroma el tiempo. Viene a mí lo de de las hadas. Viejas historias. Un fulgor en la pupila y la luna placentera. Un fulgor de rompevientos.  Es el conjunto de sonrisas. Cursi o no. Si no se sabe reír, la vida se mira miserable. Entre al mercado y cierre los ojos frente al vendedores de ilusiones, algo de hierbas tiene y sus olores. O las frutas de formas sugerentes y los colores. fiesta. Cerrar los ojos y traer aquí en la imaginación el conejo de la luna. Y más allá el organista ciego. Una vez lo oí. Cerré los ojos. Macorina. Sí. Un altar a Guadalupe. Veladoras con aroma de simiente. Incienso que mejora el mar de amores. Sudor a fuerza de la tierra. Aroma las miradas. Tripas de pescado. Chile dulce. Pimienta y mejorana. Polvos para el buen amor. Y que regrese. Fórmulas para desterrar la envidia y curar el mal de ojo. Vamos a contar formas y colores. Las variaciones del ocre. Ha sucedido ahora el tiempo. Reloj sin manecillas. La máquina tragamonedas en lugar de labios para besos. Ahora sí

Cuenca sin ojo

Un niño. Sin refugio. Un niño. Sin caballo de madera. Un niño. Sin su pelota de futbol. Boca abajo en una playa. Sin el abrazo de papá y mamá. Un niño. De rojo púrpura. Sin  castillos de arena. En un banco el interés. En cien bancos, sangre derramada. La moda en pasarela.  Un niño. En Boca ratón juegan golf y bayonetas. Oro del tiempo a interés fijo. Los mejores rendimientos de inversión. La firma de paz contempla  letras para asegurar miradas, músculos y tendones. Sangre joven para el interés mejor. Para la mina, el campo o las fábricas de veneno. Niños, jóvenes y adultos con la marca de papel.  Esperanzas y sueños. Chicles o lustre. Un niño cosecha bombones y tomate en California. Recuerda la canción de cuna. Miro la fotografía de ella  huyendo del cáncer del napalm. Un niño. Taparán el pozo. Un niño mira comerciales en televisión.

Sueño con serpientes.

Los conocidos tres tristes tigres caminan por las calles de esta ciudad. Buscan su alimento hasta por debajo de las piedras. Y agua para su eterna sed. El oso hormiguero busca la miel y no la encuentra. Desespera. El mono gramático baila dicharachero y sueña con encontrar la aguja del pajar. Escribirá, aduce, como una forma de su ser. Un león de La Cibeles ahora sigue su ruta franca con el pecho descubierto para tiro al blanco, sin melena ya. El ratón con sus anteojos de cuarta dimensión vislumbra su mejor momento. Porque dijo ahora sí, pero no. Un pez pescado donde siempre. Los gastos dice, los gastos. Mas caro el caldo. La generosa mariposa cerca ya del exterminio total. El sol ha sido del infierno. Y sus alas parecen disecadas. Solo una cirugía mayor. Hablará con el veterinario estético. Todo ha sido un sueño de zoológico. El problema es la víbora. Ha sido real el lanzarme con el hacha sin considerar el nulo o poco filo. O estaba dura su piel. He ahí las variantes. Consignemos el

Estalla el universo

Un verso es común. Estalla el universo. Y el mundo del revés se vuelve cierto. Todo vuelve al cauce de la muerte chiquita. Luz desde lo profundo de la caverna. Cómo olvidar la imagen del horror. El niño. Cuando todo conspira para un fin de los mejores. Susurra María por esas tardes de hastío. Y se olvida de preguntar el valor del intercambio.

De tarde en tarde

De tarde en tarde, la vida. Un presente continuo. Abrir y cerrar los ojos para vislumbrar oscuridad. Y nos sorprende para sorpresa la luz. Todo es relativo. Las palabras llevan en sí mismas vida y muerte. Filo de puñal. Temperatura para la sequía o humedad. Ahora podemos cantar. Canciones de cuna o heredad. Sílabas esdrújulas para jugar. Tómbola, trípode, música. De tarde en tarde, los pájaros. Llueve o hace sol. Rutina para dar forma al jeans. Tardes de viento, brisa o huracán. Lo mismo da. La vida se escapa entre los dedos, sin precisar el ser y el estar. Vamos a leer la novela encantada de la vida. El poema del amor y desamor. Reír más que describir la sonrisa. Descubrir  la vertiente alada del cosmos. El sentido literal de caminar sobre las aguas. La humedad. Quedan rastros. Con la guitarra se dialoga. Uñas y cabello no saben de la muerte.  Viene de tarde el abrazo como café caliente con pan. Miel. Olor de hierbabuena. La amistad. En duda tanta verdad. Certeza en la mentira. Por si

Es verdad

Es verdad la burbuja de jabón. El pétalo seco. El libro abierto. El poema. es verdad el discurso que no se ha dicho. Se construye día a día. Es verdad la sonrisa de los niños cuando van a la escuela. Es verdad el aroma de las flores y el canto de los pájaros. El mejor discurso es el de la guitarra. Hemos caminado por veredas. Es verdad el aliento del que no tiene esperanza. Y de pronto sonríe. La publicidad es verdad cuando se asoma a la casa de cartón. Es verdad el abecedario cuando se aprende bien. Es verdad el pizarrón y la tiza. Todo ha sido un cuento de verdad, Fugaz la estancia. Del uno al diez. La sonrisa de usted cuando mira el avance social. Cuando la injusticia le hace llorar. Es verdad el abrazo fuerte. Acompañado de palabras de que se hacen las cosas bien. es verdad el espejo que escribe la crónica de los días. Verdad la mentira cuando pretende hacer reír. Mentira la verdad cuando se pretende ocultar. Guitarra del mesón. Estancia de paso. Es verdad la hospitalidad del coraz

Es mentira

Es mentira el sol de la oscuridad. Usted sonría. Y todas las estrellas han desaparecido en años luz que nada sé. Es mentira el fuego eterno. Nunca estuvo ni estará. En una vida perder por el qué dirán. O por temor a quemar lo que desapareció. Es cruel el invierno. Pero vendrá. Mientras tanto otros otoños estarán aquí por recordar. La primavera. Es mentira el amor cuando se canta con frenesí. Un breve instante. La magia del dolor sentido. Es mentira el color de la identidad referida. Usted sonría. Pasan los gatos por una eternidad. Los libros de ocasión, los libros para jugar. Para intercambiar como estampitas cuando la infancia. Es mentira la visión de un final. Donde discretos biombos se cierran. El río fluye y al instante no será. Mientras tanto los canarios pasarán. Hay una pared que cae en tiempo futuro, caerá. La frontera entre el ser y el será. Usted sonría. Extraño el caminar de madrugada. En sueños. Y respirar profundo. Usted sonría. Abre el libro en la página cien. La flecha d

Pasaba por aquí

Es Aute. No lo conocía. Te lo presento. Al pasar frente a su casa, era Madrid 1980,  escuché su voz de arena. Y las palabras plenas, que llamaban a reflexión. Una idea tras otra. La belleza. Por la conducción de ir descubriendo otra manera de decir las cosas. Pintura para interiores y exteriores. No lo conocía. Sí, claro, un regalo de la era cuaternaria, de cuando picapiedra.  Y la risa a borbotones. Pasaba por allí y ningún teléfono cerca. Era un cantaautor que venía de muy lejos, de cuando las rosas en el mar. Es fácil recordarlo. Camino abajo o arriba. No lo conocía, era verdad. Somos una generación que escuchó solo lo que pasaban por la radio. Entre españoles y argentinos. Buenos, sí, mas con una cauda de lugares comunes. Y a no dudarlo eran buenos. Ding, dong, son las cosas del amor. Entonces, luego entonces, vienen, irrumpen, los poetas por un lado. Y los cantantes de lucha social por otra parte. Y vislumbramos, junto con los libros liebres que había otra manera, de qué manera, d

Los canarios

Siguen pasando los canarios amarillos. Es la hora precisa de su paso. Van alegres, presurosos, bien despiertos aunque aùn con algo de sueño. Con sus cantos alegran los lugares a donde pasan. Jugarán los canarios amarillos. Inician el camino rumbo a la fiesta diaria. Volverán de noche como vuelven al nido. Diariamente.

De avellanas

Tengo las avellanas guardadas y el libro aquel de poemas para el declamador universal. Quizá te acuerdas. Una vez. Solo una vez nos vimos. Mas bastó para ser ese instante de fotografía del nunca olvidar. Hacía frío en el invierno aquel. La frontera de luz y lupa. Y extrañamos el polvo y sol con los vientos del sur. No hubo cinema. Ni caminatas a la orilla del mar. Tampoco cartas del nunca olvidar. O sueños en el parque los veranos. Ni el laguito del estero fue testigo. No hubo noches de claridad con la luna. Ni al festival de flores u otoño acudimos para ver. Ni cruzamos el lago, río o mar. Ni noches de París. Solo que estuvimos un día absortos con la mirada fija. Y hubo palabras y canciones. Y hubo hojeo de libros. Ahora escribo. Miércoles con polvo parecido a la ceniza. El tiempo tiene identificador de llamadas. Y la calle está libre en ese saturado color de la vida. Queda nuestra historia y los poemas.

Una vez más

Y una vez más, la mañana. Mañanita con mezcla de leche tibia con café. Hoy las nubes viajeras ocultan por este lugar el sol. Los canarios pasarán como del diario. Y las flores tienen su rocío. Canta la calandria. Una chicharra insiste en mi oído.  Miércoles nuevo con oportunidad de sorber la savia de la vida. O morir (es un decir) en el intento. Anoche en sueños viajé hacia el infinito. Y te vi. Totalidad completa. Un concepto de Dios enfrentando al consumo. Y me acordé de la Magdalena, de tanto escucharla con Sabina. No la del plañir eterno ante la injusticia y la cruz. No. La amorosa que viaja al centro de Roma de vez en vez y calma a los furiosos. Alegra a los indecisos. Da seguridad a los tristes. Convoca a los mercaderes. Alecciona a los tontos. Contiene a los envidiosos. Y escucha a los poetas. Los imperios son hasta que dejan de serlo. Con el correr de los años atravesó el mar como aquellos  pájaros en fuga a Portugal. La magdalena en la canción se asomó al abismo donde encontró

Ha pasado el tren

Ha pasado el tren. Apenas hace diez horas. Lo mismo decir que una eternidad. Ha pasado y se llevó las ausencias y los olvidos. Quedan los recuerdos en la  memoria. Lo abordaron miles en su paso. Bella y bestia como uno. Lo abordaron con los bolsillos vacíos, la mirada en la espina y la nube y un cúmulo de esperanza. Tuvieron tiempo para  construir sus sueños. A Machado escuchar. La guitarra afinar. Y el violín hacerlo relucir. Confluyen en él disímbolas personas con su origen y cultura. Quiero escuchar algo de reagguee. Balada pop en inglés. Bien puestos los audífonos. Yo quiero a Serrat. Ni duda cabe aún en los pesares. Para eso se pinta solo. Pájaros de Portugal.  Mas ha pasado el tren. Y Penélope no lo abordó. Para qué. Teje y desteje con el afán de esperar la eternidad adherida en una punta de aguja o alfiler. La galaxia toda. Ha pasado el tren con su carga de religión y filosofía. Un traje gris y miles de recuerdos lleva en él. Con los millones de sueños. Ha pasado de noche. Y sig

Ha pasado el camión de la basura

Hombres necios. Ha pasado el camión de la basura. Van allí las portadas de los discos viejos. Algunos cachivaches. Papeles irredentos guardados. Lapiceros sin tinta. Botellitas de tinta seca. Las piezas del ajedrez descompletado. Y el viento. Está pasando el viento. Nótese el gerundio y la diferencia. Un rumor ha quedado atrás. Ha pasado el camión de la basura. Los hombres con afán trabajan en recorrer las colonias con su camión y a llevar lo que nos queda en sobra de lo que se consume y se consumió. Baratijas. Restos de comida. La cáscara del cacahuate y de la nuez. Huesos de mango y durazno. Las espinas del nopal.. Cables que ya no conectaban. Medicinas caducadas. Y quienes señalan como el peor oficio, son los orgullosos y vanidosos consumidores de primera, segunda y tercera mano. A veces tarda el camión y se amontonan resentimientos como crítica mordaz y mendaz. Y un olor empieza a inundar el ambiente. Los perros saltan y los cerdos abren las bolsas y no encuentran las margaritas po