Sueño con serpientes.

Los conocidos tres tristes tigres caminan por las calles de esta ciudad. Buscan su alimento hasta por debajo de las piedras. Y agua para su eterna sed. El oso hormiguero busca la miel y no la encuentra. Desespera. El mono gramático baila dicharachero y sueña con encontrar la aguja del pajar. Escribirá, aduce, como una forma de su ser. Un león de La Cibeles ahora sigue su ruta franca con el pecho descubierto para tiro al blanco, sin melena ya. El ratón con sus anteojos de cuarta dimensión vislumbra su mejor momento. Porque dijo ahora sí, pero no. Un pez pescado donde siempre. Los gastos dice, los gastos. Mas caro el caldo. La generosa mariposa cerca ya del exterminio total. El sol ha sido del infierno. Y sus alas parecen disecadas. Solo una cirugía mayor. Hablará con el veterinario estético. Todo ha sido un sueño de zoológico. El problema es la víbora. Ha sido real el lanzarme con el hacha sin considerar el nulo o poco filo. O estaba dura su piel. He ahí las variantes. Consignemos el hecho. Es que sueño en realidad también con serpientes acostado bajo un palmar. Dunas de mar a la vista para el regocijo del cangrejo. Al despertar me dispuse a cantar. Tra la lá.

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