Mi viejo

Que soberbia. Imprudencia de la juventud en su momento. Insensatez desafiante. Desfachatez sin sentido de futuro. No quise escucharlo. No siempre, no mucho.  Me sonreía y contaba en cansina repetición de hechos. Las mismas anécdotas. Escuchas a Piero en esos años decir que era un buen tipo mi viejo. Y me gustaba cantarla sonriente, orgulloso y agradecido el Día del padre. Ahora la escucho en tiempo presente. Y sé que ahora me la canta sonriente, y orgullosa una de mis hijas. Ahora ya caminó lerdo, sin carnaval, sin comprarse.

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