Algunas veces

Algunas veces, algunas voces. Y pare usted de contar. Sucede por las noches, cuando la vigilia. No son duendes, ni espantos, brujas, hadas o fantasmas. Solo voces. Algunas veces me levanto de madrugada y como mermelada. Solo para ver si así. Con leche tibia. Y una más vez la voz que me dicta. Todo en si, por si las dudas. Neblina y bruma. La voz aguja se incrusta. Y busca salgan palabras. Insiste. Solo sonidos guturales. Con la aguja pincho un globo. Y sale agua y nos inunda la humedad y dulces caramelo.  Por la mañana es muy distinto. Inicia con la calma. El baño y desayuno. Y viene el bullicio. Las tantas voces que se juntan como orquesta. Y los ruidos en palabras redundantes. Mil veces repetida la afirmación del posesivo solo yo, lo más importante. Algunas veces me demoro en escribir. O salir a caminar. Y cuando lo hago las cuerdas de la garganta se suavizan. Y las de la guitarra quedan listas para acompañar en el cantar. Suele suceder entonces la alegría. Algunas veces me levanto con ganas continuar en el sueño. Sábado, hoy, por ejemplo. Una maravilla el despertar.

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