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Mostrando entradas de diciembre, 2016

2017

2017. Gracias por estar. Prometo ser autocrítico espín. Radicado en el corazón. Y hablar menos. Que la palabra sea dicha con responsabilidad. Dar la sonrisa de manera natural. Y desterrar aquello que aqueja. Profesionales de la queja. Y no dar cabida al optimismo bobo. La ola viene y va. La luna vuelve llena y plena. 2017 es la oportunidad. No olvido el 2016. Porque me ha dejado cosas buenas. Motivos Para reír y llorar de emoción. La música sigue rítmica jazz y blues. La poesía es la realidad. Ojos. La pie tira es fiesta de luz. La fotografía es el rayo de luz al corazón. Bienvenido 2017. Lapso como oportunidad del bien vivir. Para ti. Para todos. Salud. Dicha. Plenitud. Y la hilacha alas al vuelo. Yo tengo un sueño. Uno solo. La vida feliz. Y pan en todas las mesas del mundo. Feliz año 2017.

Salud ahora

Salud ahora. Para ti, todos. En lo que cabe un buen destino. Un buen respirar. Profundo. Un buen mirar. Acucioso. Un corazón robusto por la felicidad y las risas. Se necesita luz, más que dinero. Se necesita claridad en el pensamiento sobre el destino del hombre. Del origen habrá versiones, entre la leyenda y el mito. Y la diosa ciencia. Mas el destino. Sobre un presente y un futuro. En lo individual y en conjunto. Rescatad la música, los versos. Rescatad la pendencia por la alegría. Por el amor. Por la utopía. Y por ese caminar intenso sin rumbo. Cualquiera sea este, como los caminos a Roma. Salud ahora. El mañana es una incógnita. El pasado es ya inexistente en los hechos. Nos queda el presente. Este, el de hoy. Salud por los silencios, por las palabras, por las obras. Salud por los saludos, el ingenio. Por la creatividad, la imaginación, la iniciativa. No es fácil. Mas tampoco difícil. Pensar bien es reconocer lo efímero de la existencia. Y tomar aromático café despreocupado después

Me detengo a verte

Frente al espejo me detengo a verte. Y miro a quien mira desde un espejo que mira a quien mira desde un espejo que mira a quien mira desde un espejo. Salto hacia atrás y salta. El espejo refleja nada si no hay quien se asome. El tigre lejos de la nieve se acerca al lago y mira su reflejo que mira a quien le mira. En los juegos de espejos somos acaso la imagen de alguien que en la galaxia se asoma a un espejo.

La historia

La historia se repite. Entre comedia y tragedia. Como el gran teatro. En el que la vida es un sueño. Una representación grácil o grotesca del destino del hombre. La historia se repite en cada rostro. Distintos nombres. Coincidir en la fugacidad de la vida en el tiempo.  En lo efímero. Aquí vamos fantasmas cabalgando el futuro.

La nada

Soy la nada. La negación de lo positivo. La ausencia de todo. Contra mi se estrella la vanidad y el orgullo. La soberbia se minimiza ante mi y se humilla. Ni el polvo de lo que fue existe para mi. Ante mi se estrella la ciencia, la filosofía, las religiones. La nada donde navega el tiempo infinito. Los elementos químicos desaparecen como por arte de magia. Soy la nada. El amor fue una ilusión. La vida es un sueño que nadie sueña. La amistad es un buen detalle, metáfora de lo humano. El instinto solo un garfio para sostener la vida en el universo. El universo es una imagen de la nada. Las galaxias. La bóveda celeste, un sueño. Un juego de ajedrez universal. La nada sin imagen. Sin jugador. Una estulticia las leyes. El sistema económico. La política. Sin embargo hay tiempo para seguir el juego de la vida. Pasadme los naipes.Pasadme los dados para el juego en el destino.

La eternidad

La eternidad acumula anhelos. Y sed de tiempo. Nos lleva y trae entre escudriños de las magnitudes. En el amor, sobretodo. Y en el polvo mineral de las estrellas. Luces extinguidas en millones de años. Un fuego nuevo en flama sucede al viejo en la nueva flama. Es un viaje en el devenir del tiempo. Como nuevas metáforos en el viejo castillo de las imágenes y espejos. Usted acude mucho al espejo, me dicen. Borges: la cópula y el espejo son abominables, multiplican al hombre. Algo así. El exacto escritor. La eternidad es un juego de palabras. Donde vamos de paso en una estación de tren. A donde no llega tren. Y los pasajeros son fantasmas del pasado. Y nos vamos ubicando de generación en generación.

Mañana

Mañana al alba. En ese asomarse por la ventana y mirar que en efecto todo sigue. Haré los planes necesarios. Desde el aprender a respirar bein, con algunos suspiros. Y hacer ejercicio. Los proyectos vamos dejando para mañana y pasado mañana. Mañana es el destino del hombre que vive en el pasado. Todo para mañana lo dejan. decía el viejo amigo Juan.

Bien, estés bien

Bien, que estés bien. Tú, todos. En pensamiento y obra, bien. Se construye con el buen pensamiento. Decir el disfrute de la vida viene junto. La música, los poemas, el libro viejo guardado como joya. Para uno mismo, no tanto para el mercado. Como el puñado de poemas que son nada en cuestión de monedas. Pero sabes, sabemos. Sin ellos la vida sería otra. Menos racional, menos corazón. Bien, que estés bien. Que estemos todos bien, los amigos, los compañeros, los vecinos. Que desterremos al alba lo que nos mete en circunstancias de prisas, de ansiedad, de enojo. Sé que no es fácil. Puedo escribir los versos más tristes, escribió Neruda. Cómo no volver a los versos de Neruda, y de tantos otros, que nos han dado fuerza interna para continuar en este tránsito de vida y muerte conciliadas.

Me suena un nombre

Me suena un nombre en la garganta. Soy de la generación del olvido. Los recuerdos vienen con su bolsa gel para abrirlos o dejarlos inactivos. Vienen sin etiquetas de identificación. U otro modo de volver a ellos. Me suena un nombre que no identifico con los tantos rostros que desfilan al espejo. Un nombre que refiere vegetal y roca. Un nombre que refiere miel y lluvia intensa, Que refiere naturaleza viva. Y escudriñe de razones en las galaxias. Un nombre para un Dios que no existe o un sin nombre porque no existe. Un libro hace referencia. En él una página, un poema, un verso. El nombre hace referencia a lago, río o mar. Me suena un nombre, Repercute en el corazón como tambor agitado. No hay color alguno. Ni tiempo en la infinitud. Un nombre, un nombre. Oca, garza, sirena. De fábula o mito. Un sueño de utopía. Polvo. De estrellas polvo.

Literal lluvia

Cuando escribo de tormenta, lo sabe Debussy, no es que sea mi interior, que ande en problemas de emociones. No os preocupéis. Yo cabalgo la tarde, y el día en general. Y cuando escribo llueve es porque de verdad llueve -no es que llore.  LLuvia es la imagen de humedad. Pero ese es otro tema. Escribo rayos, es porque el cielo se asombra y alumbra paz. Entonces escribo y velo por la patria.

Noche de tormenta

Noche de tormenta. Rayos, truenos, lluvia. Literal. En sonido ambiente Aute dedicado. Entre el ay, amor mío; y pasaba por aquí. Y los grillos interiores que continúan con su frotar de élitros para romper permanente el silencio. Gnomos de la noche y duendes dormitan la noche eterna. Y yo hablo de las luciérnagas. Y de los poderes de la luz. Dicotomía entre la noche y el día. Los besos que no me diste guárdalos. Algún día los necesitarás. Los versos que no he escrito los guardo por la misma razón. La guitarra roja del jazz ha recibido el aire de la calle. Para dejarse llevar por el asombro. De las canciones par. En la agenda los fragmentos de discursos. A la nube y el mar. O a la lámpara de Aladino; o a la de Diógenes. Una de dos. Y las canciones rey. Ajedrez de la música de la imaginación. Siento espejo que te pierdo.

Ramo de luz y carta

Un ramo de luz, una flor de sonrisa, un dulce de saliva de enamorados. No sé. A veces creo que se abusa de la vida. Ocasiones de vivir siniestras la rutina, el odio, el chisme, el morbo. La carta escrita con dedicatoria es lanzada al mar. Recorre su ruta en la geografía marina, entre el ritmo de las mareas y olas, y muchos años después llega a una playa extranjera, donde un niño la recibe, la abre. Y lee. Su madre escucha. Y llora. Cuarenta años atrás ella mandó una carta al mar, en als mismas condiciones y ahora le llega la respuesta. Canas, polvo, experiencia. Es otro decir. Solo para rescatar el árbol de la melancolía y regarlo con la humedad milenario del roce pedernal en el silencio. De la piedra la humedad brota como el polvo de estrellas muta a la vida.

Vuelvo a Debussy

Lentas notas de piano. Vuelvo a Debussy. Por la alegría con el motivo que fuere. Sea la salud, los libros, la sonrisa plena o la lluvia. Marcan un sendero. El de las utopías y sueños volados. El desatino incluido. Y los dos polos. Es un decir. Vuelvo a Debussy. Transmite la paz interior que se alcanza en el mito de la vida. Tan necesaria la paz y tranquilidad. Y el amor con la paz. A la Patria, al barrio, a la naturaleza, al ser humano. La serena costumbre de andar como dos centímetros por sobre el suelo. Ah, mas dice la literatura sobre el tema: amor son borrascas, tormentas, tragedias. Esa correspondencia biunívoca de ser en el estar. La naturaleza es sabia. Debussy traslada todo a serenidad. Agitación en el pecho a serenidad. Reclamo recalcitrante a serenidad. Debussy traduce a Dios mediante notas. De aquella vez a la fecha el Claro de luna se percibe distinto. Reminiscencias de un peatón perdido en la oscuridad. El mismo peatón, Claro de luna de fondo. La oscuridad. Mas las luciérn

La gente

Nace. En oro o miseria. Y aprende a caminar y un lenguaje. Va creciendo entre mitos y leyendas. Juega con mucha responsabilidad. Aprende a cruzar la calle. Hereda gustos e ideologías. Y conforma su propio concepto del mundo. Y coincide con muchos y con otros no. Cae y se levanta. Se mira al espejo se reconoce como el tigre ante su reflejo en el lago. Sueña y persigue sus sueños. Llora ante las derrotas. Las olvida en los triunfos. Sufre decepciones. Sonríe ante la adversidad. Enfoca su vista. Afina el oído. Tiene hijos. Les dice la niña de mis ojos. Asume la vida con mascotas. Escribe cartas al mar o para nadie. Toma café o vino. A veces agua. Ha quedado a merced de ideologías políticas. No escapa fácil del consumismo. Activa claves y tarjetas de crédito. Se mueve en estereotipos y paradigmas. Reconoce la belleza en la belleza misma. Y el mar lo ve más grande que en la adolescencia. Deja para mañana lo que puede hacer pasado mañana. Construye y sigue utopías y revoluciones. Reflexiona

Pasando el presente por agua

Soñaba un pino y un viejo. Era Juan y era yo. Sonrió al platicarle de mi presente. Todo lo sé, me contestó. La felicidad es soplo de vida, alcanzó a decir antes de irse. Para volver. Desperté en una casa. Un extraño. Amigo de mi amigo. Ahorita viene ya. Cristóbal traía una guitarra. Nos pusimos a cantar. Pregunta el sicólogo: ¿es recurrente una guitarra en sus sueños? En la vida real, le contesté. Y sonrió. En los sueños, volar y desnudez. Acuda a Jung, ordenó. Papá entró de pronto. Pino gigante caído. Cadáver vegetal. Un asesinato, pensó. Y me dejó decenas de días de hablar. Hasta que. Por esos días yo andaba de buen humor. En los sueños me platica la anécdota papá. Sí, me enojé por el pino, y por el miedo a que la casa no la fueras a terminar. Y nos dimos un abrazo. Yo Juan con Antonio. Yo Antonio con mi papá.

Ir y volver

En fin que damos vueltas a la noria del destino. Entre ir y volver la vida sigue. Quédate si necesitas irte. Y vete si necesitas quedarte. No es contradicción. Solo que nada es un deber. Ni la felicidad misma. Ir y volver es una dialéctica moneda. Como cara o sol. Moderna o antigua. El destino material del individuo es la muerte. Como colofón a una vida feliz o infeliz. Irte es que vayas a darle lecciones al espejo de la vida. Y recorrer caminos, en los que el destino ha de juntar las partes. Si no para qué. Quedarte es ponerle filo al amor. Filo con las palabras. Con la sonrisa. Para verter miel donde lo amargo. Para acercar compañía a soledad. Salvo que la soledad es un estado de reconciliación con uno mismo. Irte o quedarte. Lo que sucede en el pensamiento, al decir del corazón, es conciliar el movimiento en humedad. En savia de la vida. Mira vamos a cantar. La vida es bella. Quédate porque te vas. Y vete porque te has de quedar.

Partido final

El partido de la final de fútbol, al servicio de la publicidad. Como escenario cumbre de la fiesta del consumismo, ensimando de manera grosera por todas partes las marcas en la pantalla. Además árbitro Lala, un equipo de la Tecate, otro de Corona. Bardhal; Bancomer; Berel, etcétera, entre las mencionadas. Del partido en sí, se rescatan algunas jugadas, los goles y los penales. Lo mismo el saludo de los jugadores americanistas y del Director Técnico a quienes les ganaron ¡Viva la fiesta en la celebración genuina de los aficionados!

A la salud de todos ustedes

A la salud de todos ustedes. Todos. De los locos de capirote que ríen sin razón. A los que recorren camino lento y mejor en el aprendizaje de vida y que les llaman en retardo. A quienes crepita lenta su vida en la flama final, en el último andén. A la salud de quienes inocentes arriban en la vida y a sus madres venturosas y valientes. A la salud de quienes habitan provisional en la calle y se ganan la vida limpiamente. A quienes gritan por las calles las noticias en la venta de sus periódicos. A la salud de quienes nada tienen más que su corazón para ayudar y lo hacen sin decir a los vientos que se suman, ayudan, contribuyen. A la salud de los invisibles en los distintos trabajos. A los que barren de mañanita las calles. A los anónimos y desterrados. A los soñadores, lunáticos, utópicos, quienes  alientan, motivan. Por ustedes se entiende lo complejo del mundo. Y con su actitud de espera y esperanza se da de piedras figuradas a los indiferentes, ciegos morales, reyes del ego.

A la salud

A la salud del hombre de bien que transita por el camino. A la salud de quienes rezan por un bienestar común y accionan en actividades concretas, sencillas quizá, pequeñas cosas que se suman al todo. A quienes procuran a los enfermos y a los ancianos, generosos, solidarios. A la salud de quienes ganan el pan con el sudor de su frente, altivos, señoriales, orgullosos de ser quienes son. A los hombres que siembran el trigo y a quienes hacen el pan. Salud por las sonrisas, las palabras, el poema, los libros. Salud por el canto, y en general a quienes hacen posible la música, el poema. A la salud de los niños veloces en el juego; de los jóvenes briosos que buscan ya el destino alentador e incomprensible. A la salud de los viejos que sonríen al ver el camino recorrido y ven aún de buen ánimo y humor el camino por recorrer, hacen planos para el futuro. Y planes y panes..

Más y menos

Más abrazos y menos compras.  De veras que cambia todo radical. Aparte de menos deudas. Loa abrazos conectan con lo humano y con el cosmos. Las compras te llenan de lo superfluo. Prueba.

Paz para todos

Así dice: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad". Respetuosamente le agrego: y paz también a los que no tienen buena voluntad. Paz para todos.

Este 24

Este 24 quizá no tengas las mejores viandas. Quizá tu cena sea de las más sencillas. Quizá no haya el glamour de las grandes nochebuenas. O a lo mejor los hijos están lejos. O un familiar falleció, o un amigo. O en el balance andas en déficit. Quizá no hayas tenido esos pesos no pocos para compra de ropa nueva. Mas si tienes tranquilidad, amor y paz, lo tienes todo. De eso se trata. No de lo grande. Si no de lo pequeño. De lo sencillo. De compartir el literal pan y sal; y la charla y la música. De compartir sueños y anhelos. Se trata de tener pensamientos a la altura de lo humano. De desear con toda nuestras fuerzas la paz. De contribuir con la paz. De prodigarnos sonrisas y abrazos. En los caminos de polvo haya navidad al igual que en las mesas humildes. En los hospitales, cárceles y asilos, haya Navidad. Abrid los corazones. Nos es tan necesario. De veras. Felíz Navidad a todos y a todas. Donde anden, donde estén, con quien estén. O solos, aunque no en soledad..

Si no lo crees

Si no lo crees, bien por ti. El café seguirá pendiente para la buena charla. Una tarde en café París. Cualquier tarde. No hay más de tiempo que el día a día. Viene ya el inicio de otro año. Y el balance con altibajos nos dice que así es la vida. Doy pequeños sorbos al café mientras escribo. Si no lo crees, bien por ti. El jazz y blues, el gospel y soul, van con nosotros. Como himnos triunfales a la dicha. Como esa entrada del tigre y la nieve. Porque aunque no haya nieve en Roma y tigres caminando por la calle, la vida sigue en esa sensación de marea suave y ruleta rusa. Cuando lees es el espejo que hace maniobras de la imaginación. Cuando el roce de páginas cercanas en las historias son las señales de humus que nos alientan. Si no lo crees, bien por ti. Por ahora dejad al destino que nombre los números de la suerte. Que lance los dados sobre la mesa. Lance al aire la moneda. Y dejémonos llevar. Si poeta eres tú. Si la belleza es poesía. Si no lo crees, bien por ti. El monólogo es mi m

Para ti

Para estos 24 y 31, que llegues (tú el que lee) con bien si vas por carretera y que regreses con bien. Si es por avión que aterrice bien. Que se comparta el pan y la sal con armonía entre los tuyos, queridos familiares y amigos. Que se compartan las palabras y la música (que no solo de pan vive el hombre). Y que haya salud. Los regalos, si los hay, valóralos por las manos y miradas que los entregan, no por su costo. Que sea más por el aprecio, y no por el precio. Sean pródigos en risas. Sean Pródigos en abrazos. Y en buenos deseos. Ah, y canten con la emoción con la que viven. Que la vida es bellísima.

Las palabras

Qué decir de las palabras. Vienen a mi encuentro. Y las recibo con cariño y estima. A veces huyen. Luego vuelven. Amorosas, nunca sumisas. Rebeldes reveladas. Imantadas. Y me dan alegría y deleite. Me susurran al oído. Se me ponen de frente retadoras. En ese juego que tenemos desde aquella vez de las primeras. Y nos son tan necesarias. En este devenir del tiempo y de la vida. Son como agua tibia o fresca donde son necesarias. Bálsamo. Pan caliente.

Recuento

Recuento de las voces nuestras. Y las hormiguitas recorriendo la espalda. Las manos buscándose. Claro, soñar no cuesta nada. La sonrisa son vacaciones al instante. Recuento de las besos con sabor a durazno.

Cada noche

Cada noche reflexiono. Antes de dormir. Y a veces durmiendo. Sobre el día, el pasado, lo que viene. En general como balance. Entre las tantas sombras y las luces. Entre las mas derrotas y los pocos triunfos. Es un decir. Porque sucede que vivir ya es un triunfo, desde donde se mire. Cada noche alucino. Me acerco un vaso de agua o café. Y pienso en los mismos temas de siempre. A qué venimos. La razón última del ser. Si dominan haberes o deberes. Si de verdad el cangrejo es terno. Si la ranita de gusto canta. Y vienen en caudal los recuerdos del camino recorrido. Las nostalgias por el fervor del caminar. De escudriñar en lo que sucede. Los primeros besos. Y mis manos de ciego, tratando de conocer el mar y el amar. La vista atrás del camino recorrido. Si piensan en mi, lo agradezco. Sobretodo si piensan bien. En el arte del pensar cada noche te pienso. Como ejercicio nocturnal.

Aquella tarde

Aquella tarde. Sol débil al poniente. Nos vimos. Años ochenta. Traíamos poemas en los bolsillos, como pasaporte hacia la sonrisa. Era el inicio del mundo. Al menos el nuestro. Canchas de basquetbol. Y la sonrisa tibia de la amistad. Teníamos palabras a flor de piel. Y el universo eramos nosotros. Los juegos revelados. Pensamos futuros labrando en campos de batalla. Nos hicimos al camino. Despiertos. Aquellas tardes bien recuerdo. Caminábamos por las calles de la ciudad. De la mano. Cuando el frío calaba, sacamos la bufanda gris y el saco oliva. Pan tibio y café. Anhelamos futuro. Sed de futuro con besos y versos. Y aquí andamos. Hermanos míos. Con los mismos locos sueños de unicornio.

Intuiciones

Los gatos negros pasan frente a mi. Y subo las escaleras de espaldas. Cruzo el Rubicón. Suele suceder que me olvido de mí mismo. Y mi sombra lo sabe. Y a pesar de todo nunca me abandona. O si. La tierra se va acabar, gritaba desenfrenado José, el Ciego, por el centro de la ciudad. Y daba bastonazos a siniestra y diestra. Vamos a derribar el muro. La indiferencia es ceguera moral. Demos voz de nuevo a la palabra. Intuiciones de que algo sigue en tiempo presente. Perpetuo gerundio de sucesos. Entre ellos la poesía. A quienes ven sin mirar. Los que tienen oídos sordos califican a las palabras de necias. Intuición de que llegas, te marchas y vuelves. Que la muerte aún no, al menos por ahora. Que es al fin el destino en el instante presente como un rayo. Vamos mirar las hojas que el viento arrastra. Y alzar la mirada.

Pasaba por aquí

Pasaba por aquí. Por la avenida de siempre. Desde donde iniciamos el viaje. Música aparte. Todo asesino regresa al lugar del crimen. Y nosotros patos en vuelo torpe. Regresamos a ver si nos encontramos de nuevo. Para nada. Solo recrear el futuro, como el pasado remoto que no ha sucedido. Pasaba por aquí. Hojas secas arrastradas por el viento. Música de recordatorio. Canciones originales con soporte distinto. Y reímos. Viaje a nosotros mismos. Navegamos nuestras costas delimitadas por la mirada. Motivadas por la mirada acuciosa. Vamos a vernos. Para entender aquí en el presente, es donde paso cada instante. Pasaba por aquí barrio del presente. Nuestro único tiempo. Perdón Aute, que tome prestado este título de tu canción. Es que yo también escuchándote pasaba por aquí; por allí.

Conclusiones

No hay principio ni fin. Todo es un fluir eterno. Como entre ramas y nubes. Escribiendo en cuaderno las peripecias del espíritu. No hay fronteras. Ni caminos seguros. Cada uno en su tiempo y momento. En la ruta del destino fiel.

Sueño con gel en otoño

Soñé desesperado buscando gel fijador de cabello. Dije a la sicóloga. Había llegado. Me acostó en el diván rojo. Previo cuestionario sobre datos, familia, obsesiones, deseos, anhelos. Gel, sí, gel, le reiteré al volver al motivo de mi consulta. Para peinarme. Ella buscó sobre el tema en un índice digital que tenía a la mano. Movía la cabeza de un lado a otro. Volteaba y reía conmigo. Me daba confianza. Al final. Luego de platicar sobre diversos temas a los que yo respondía con cautela. Ella me maravillaba con su sonrisa, bella toda. Yo entrecerraba los ojos desatando mi imaginación. Al fianl hizo una receta de antidepresivos, lo cual cambiamos por tes de las doce flores, para alcanzar estado calmo. Y me dijo: consiga un buen gel. Compre tres porciones, para que tenga en los distintos lugares donde se estaciona por horas; casa, trabajo y diversiones. Y aplíquese. De seguro ayer salió sin gel de su casa. De seguro usted se sentía inseguro.

Síndrome del amor

Síndrome del amor tu ausencia. Has de volver mañana. Porque la vida es cíclica. Sobre todo en asuntos de amor. Síndrome es decir de las causas y efectos, aún con sus afectos o defectos. Una luna mineral nos da cuenta del diluvio. Delirios de estar en otras partes. Donde la vida es terreno fértil para el amor sin condiciones. Apuéstale al rojo, me dijiste. Compramos cachitos de lotería. Para probar suerte, sabedor en estadística de las casi nulas posibilidades. Para la rifa de la lotería. Otro asunto en este tema es el del amor.

La casa es vuestra

Decir casa es recorrer los tiempos de infancia y adolescencia. Detalles por el concepto. Entre las tantas casas una es la que corresponde. La única y verdadera. Mas sirve de ejemplo. Para aplicación del entorno. Nuestra casa era un palacio de papel trenzado. Por donde corríamos al futuro. Imaginando sueños del mejor mundo posible. E hicimos trato con el futuro. Para incidir sobre nuestro tiempo. La casa fue el puerto. A veces de pueblo de pescadores. Tiempos de la añoranza por el futuro que viene. Y de incertidumbre por no tener mayores datos más que una dirección y nombre.

La mirada

Solo un mundo es posible: el que se abarca con la mirada. La luz infinitesimal llega vía ojo al cerebro. Y es allí donde se construye la imagen. En metalenguaje las metáforas. La belleza de la poesía. Y en la imagen, percibirla nítida o borrosa, de trazos simples o complejos, van todos nuestros antepasados, con sus vocaciones y perversiones, su ingenuidad y su malicia. Abarcamos con la mirada un mundo detrás de lo que vemos. Y ese mundo tiene sus historias, sus histerias y sus sueños. En la mirada quedan grabadas las imágenes del amor. A veces es el libro, un chocolate, el ondulante cabello. Mientras tanto callo ante la mirada que refleja el espejo.

Aclaraciones

No hay preguntas. Acaso invento una sobre las razones de lo que escribo. O motivaciones. Sucede que me va pasando la vida hasta ahora. Y he escuchado y visto. Y se fijan en mi pensamiento algunas imágenes. Luna, ola, guiño, por ejemplo. Y aparecen en forma reiterada en combinaciones que suenan bien a veces, u otras combinaciones que luego borro. No dedico el tema a nadie en especial sea de amor o amistad. Cuando hablo de indiferencia no se refiere hacia mí o hacia otros. O cuando escribo sobre desaires o momentos gratos no son sucesos relacionados conmigo. A veces se parecen, pero no. Tomo café por ejemplo, y esto sí hago en este momento. Y sonrío, lo que también hago. Es domingo. Pasa el día. Y escribo. Así de sencillo. Si mueve algo en alguien, entonces hay razones para seguir escribiendo. Lo contrario es lo contrario. Aquí vamos galopando en el viento montado en las palabras. Caballo cerrero y brioso. Por cierto, escucho el Claro de luna.

Feliz

Adusta me amenazó: ¡atente a las consecuencias!. Dijo a manera de conclusión con una sarta de improperios: tonto, loco de capirote, lunático, comecuandohay.. Y en efecto. Gran cambio. Las consecuencias son que soy feliz. Respiro tranquilo. No necesito yoga. Duermo bien. Corro por las mañanas. Ya no consulto a la psicóloga. Tengo tiempo para reflexionar. Alucino palabras. De colores son los sueños. Admiro a la luna. Y sonrío sin razón. Las consecuencias son perfectas para un alma de solaz. Ahora me dice entre resignada e indiferente: sigue escribiendo, que te seguiré leyendo. Y río en mis adentros. La prueba es la luna de día, cuando la melancolía es el traje nuevo para cambiar a polo neutral.

De sol a sol

De sol a sol. Y de sombra a sombra. Como tal nos vamos en la percepción del tiempo. Ayer. Hoy. Tiempo. Día a día hasta el último andén al que nos acercamos poco a poco. En la dicha de vivir la vida. Ahora sí, mañana también. Adjunto el deseo. La mirada inquieta. El guiño. Lleguemos a la meta. Ahora sí. Mañana no. Así me dice de pronto. La golondrina que se aleja. Lo mismo repite la que regresa.

A Debussy Traigo a cuenta

A Debussy traigo a cuenta cada vez que necesito recrear y alimentar el alma. Taciturno y tierno, evoca esos momentos del hastío. De cuando las golondrinas cantaron a tiempo del delirio. E insomne me aguijoneaba el alma cierta duda del ser. Y anduve canturriando blues por tejados sin destino ni descanso. Y buscaba respuestas en el silencio más atroz. Momentos de desvarío. Palabras sin son. Perdido en la penumbra, a ciegas, sin ruta, en soledad más sola, el apego arrancaba piel del alma. Fue entonces -recordando anoche juguetón pronunciaba la palabra luciérnaga en punto de brillo aparecido- que me asomé al audio de Debussy. Mi alma paró su oreja, sí mi alma. Y entonces tranquilidad vino con los brazos abiertos. Y a dormir como ángel. Por eso cada vez que pienso en el camino recorrido. De cuando aguijón marcó retorno, traigo a cuentas a Debussy. Y la paz reina con tonos de nostalgia. Por el futuro bello que se sucede a cada instante.

Soñamos palabras

Soñamos palabras, espina y humedad de aliento en el camino. Palabras cristal de roca y almohada con plumas de ganso que describen viajes alrededor de uno mismo. Soñamos palabras, brillo en el camino. Alegría traslúcida en guiños y miradas. Soñamos  vuelo del colibrí frente a la flor. Vuelo de pájaro y su canto. Soñamos palabras dormidas que nos conducen por otros sueños entre nubes. Soñamos palabras despiertas que cantan rítimicas en nosotros. Y nos mueven vegetal verde entre las ramas del bosque. Arboleda de palabras, soñamos palabras flor y canto. Desvelo de amor en las madrugadas. Sábanas blancas, palabras donde moramos

Luna

Oro blanco en la penumbra, redondez con brillo de amaneceres, a ti dirijo la mirada, con el afán de confortarme en la dicha, de saberme merecedor de tu belleza.  A ti, de órbita preclara, que discreta das color al corazón y brillo en la morada de los enamorados. Anoche no te vi perdido en la penumbra. Mas escriben los amigos de tu belleza radiante al natural. Cristal roca de gran brillo en las alturas. Polvo de luna en la mirada

Donde no estás

Te busco donde sé que no estás para no encontrarte. Y donde sé que andas garza no te busco. Vanidad a prueba es una contraluz que se forma en la suma de oscuridades. Lo efímero es lo inmediato. La ligereza es la marca de los tiempos modernos. Desechable todo. La sonrisa parece mueca en esos rostros del hastío. La recepcionista del hotel imagina historias y escribe la novela del tiempo. Y ella misma se transforma en personaje. Y su imaginación desborda por sobre las sábanas blancas. La humedad soñada en el rocío de las flores de mañana es suya. Te busco por rutina, por hastío, por ejercicio. Solo para engañar al espejo que me reclama atrocidades. Yo lo calmo retirándome de su frente. Y le quito la existencia de mi imagen. Donde no estás dime para seguir la ruta. No vaya ser que si no nos ponemos de acuerdo un día muerte estemos frente a frente y te arrastre hacia la vida.

Todos los tiempos (1)

Todos los tiempos confluyen en el instante fugaz del presente. Decid caverna, fuego, feudo, es apenas el esfuerzo inútil de volver la vista atrás para explicarnos del origen. Chispa de fuego, origen del mito y la metáfora. En el pasado quedan la cantidad casi infinita de imágenes de referencia al tiempo. Como almanaque del pasado, como línea del tiempo donde los besos e indiferencia son apenas recuerdos vagos de lo que fue y más no es. Lo que sigue son repeticiones aburridas en el cíclico devenir del tiempo. Como el movimiento circular de los caballitos en la feria. No busques solucionar tu presente con tu pasado. Ni esperes vanamente que en inercia el futuro sea mejor por lo distinto. Será como será, de acuerdo a nuevas circunstancias y factores. Los puntos del pasado se conectan con los del presente. Los rostros y más rostros de todas las generaciones, en pasado y presente, son solo repeticiones que los hace ver distinto el guiño y la sonrisa, ilusiones del presente. El carrusel del

Todos los tiempos

Todos los tiempos confluyen en este instante. El tiempo de amar, del entrecejo duro, de la amistad, de las palabras, de los sueños y anhelos. No hay más. Por eso baraja los segundos del día con calma. El viento ayuda a llevar las cuentas. La luz y la oscuridad, ambos, son rostros de la vida. En cada uno encontramos lo bueno y malo de la vida y los cien mil matices correspondientes. Este instante es el reino de todos los tiempos. Solo en este instante es en el que existimos. Lo demás no existe. No existirá. Por eso haz en conciencia lo que corresponde. Di tus palabras. Traza las líneas. Acaricia las hojas. Toca las nubes. Toma un poco de sol. Todos los tiempos se unen en el presente. Es aquí y ahora la oportunidad de levantar los castillos de arena, de besar la muerte, de sorber la savia de la vida. El respiro del pasado ya no lo es más. El del futuro no sabemos si llegará. Solo este nos da la seguridad de estar aún. Vino de vino tinto cuando vino. Con guitarra.

Secuencia

Y a la vez suceden cosas distintas. En coincidencia la mirada. Las palabras. El pensamiento en ideas lo mismo. Solo que lo contamos en secuencia. Lo perciben mis en secuencia. De eso trata la vida. De las percepciones y sensaciones. ¿De qué otra manera? LO ligero. Lo propio. Antonio Rivas decía que Cervantes con el "y a la vez" relataba dos hechos suscitados en el Mismo instante. Secuencia es nacer y morir y nacer. Amar es poder, perder, soñar, ganar. Secuencia son miradas una a otra. Y las manos surcan vuelos mariposa. Ligera la estancia con secuencias aterciopeladas. Aquí vamos.

De modo práctico

De modo práctico la realidad se impone. Vuelas y vuelves a la tierra. Sueñas utopías y anhelos y regresas al día a día en las condiciones de rutina. Como Cenicenta. Entre nubes, divertida y digna garza divina. Las zapatillas del cuento. El aterrizaje forzoso de ir por el pan a las 10 30 y a por las tortillas. De modo practico ensayas. Y encuentras que cada movimiento en el latir es distinto. Como distante es el pasado. De modo práctico el dolor. Para vencer recelos. Escribo miente. La felicidad andar entre nieblas. Ya me voy sin vueltas. Como ir arribando a estadios nuevos. Te vi en el estadio lleno. Y te vi como si estuviera vacío. Solo tú. Gracias Cardenal por este encendido discurso profético. Metáforas al breve vuelo. De modo práctica tomo mi bicicleta. Y me echo a andar. Para ver si musas sin misa aparecen. Ya va siendo hora.

El tiempo 2

Los niños que me buscan de otros tiempos, de cuando su maestra les encarga sobre conceptos. En otros momentos del amor y la belleza. Ahora sobre el tiempo. No nos diga del reloj, adelantan jubilosos. Yo me quedo más que absorto, atónito, así tan de repente el disparo de la socrática pregunta. Y en la charla me remonté a los padres, abuelos y bisabuelos. También a los adelantos en la tecnología, y me fui hasta los primeros hombres en la cueva como casa y caída, y a la recolección de frutos. Perdido en el divagar me fui hasta la caza del bisonte y luego al descubrimiento del fuego. El agua es la mejor alforja y metáfora del tiempo. Ellos escucharon del juego, y se fueron a jugar dejándome saltarines con la palabra en la boca. Sobre el Concepto del tiempo. Ya no supe qué decir. Solo que me ponen a pensar. Y me puse a pensar que también fui niño. Y sobre los tiempos del pasado, presente y futuro. Sin olvidar de la relatividad. Puse música de Navidad por mientras vuelven. Me acordé de mis p

Tiempo

El tiempo dura. De durar y de dureza. Leve concepción sobre el discurrir. Efímera la identidad personal. El tiempo leduquiano es filosofía pura para jugar profeticamente con las palabras. Inefable el tiempo, que se deja ver sereno y se rebela luego como pez en su agua natural. No has de poder atraparlo. El tiempo es una máquina trituradora. Sí, la vida es bella, pero te vas. Yo tengo adorno de segundos. Y despilfarro sin piedad, lo he dicho y hecho. He pronunciado el no tengo tiempo, o aquí matando el tiempo. En el que permanecemos apenas segundos. Harina es el tiempo con el que se hace el pan tibio de la existencia. Aquí andamos, divagando aún de la posibilidad de la dicha infinita, buscando la fórmula de la eterna juventud. La belleza acaba.

Estar presentes

Estar presentes es fijar el rayo de la vida en la existencia. La única. Es tener la conciencia despierta en esa lógica de las decisiones. Ayer es la suma de presentes. Mañana son los presentes que vienen. Como regalo el mejor presente es la vida misma. Estar presentes es levantar la mano para decir aquí estoy en el nosotros todavía. Estar presentes es articular el discurso en nombre de lo humano, de lo bello, de lo sublime, de lo tierno. Tú, por ejemplo, que soy el yo de todos modos ante el espejo, sigues presente en mí más allá de la distancia. Y el tiempo nuestro es el coincidir es el discurso de nuestra cercanía, discurso del tiempo en cada generación. Nos damos como presente, regalo de dicha, conciencia de estar en el presente. No sé mañana si habremos juntos de escribir la crónica de nuestros hechos cotidianos. Mientras tanto yo presente.

A ustedes los locos

A ustedes, los locos. Los que levantan la mano y hacen preguntas y todos ríen. A quienes fueron corridos de casa, de escuela, de trabajo, por sus sueños, sus propuestas, por revolucionar el área. Ustedes que sonríen en altibajos. Y a veces la carcajada abierta y sonora muestra la dentadura blanca. A ustedes, incomprendidos, señalados. Ustedes que proponen un cambio en paradigmas. Y que son señalados, vilipendiados, corridos. A ustedes a quien sacan de las fiestas. A quienes toman mucho café o té de las doce flores. A quienes leen en público. Y venden libros de viejo sin afán de lucrar con la lectura. A quienes hablan en público para nadie. A quienes proclaman utopías y revoluciones. A ustedes que en solitario vislumbran sueños nuevos, hipótesis nuevas. A quienes deliran. A quienes les tachan de juicio perdido. A ustedes quienes sueñan un futuro mejor, y que mantienen la esperanza de que todo cambie para bien. A los que avivan la llama de la esperanza. A los que enseñan a leer y a escri

Mañana

Mañana, como ayer, no fío. Y tampoco dejaré al libre albedrío mi corazón, de afectos pleno. Mañana seguiré mi ruta de admirar las estrellas. Y sorprenderme con el paso de hormigas en hilera. La luna miro y admiro noche y día. Haré la parte que me toca como la he hecho. Así, sin aspavientos, en el yo no sé qué. Mañana camino así, saboreando la vida, como savia corriente, no en almíbar. El fruto sí, fresco o guardado para el tiempo disecado. Al fin dulce. Mañana me fío como de siempre en todos los demás. Así inicio el nuevo día. Mañana como ayer a cantar. A cantarle a la vida. Que a fin de cuentas la muerte ha de llegar, aliada de la vida para el cambio y recambio en el tiempo.

Sueños

Soñé que soñaba. Y sentí el aire en el rostro. Y la humedad en la piel. Entre la neblina de la mañana iba raudo en bicicleta por la orilla de mi ciudad. Y miraba en derredor las casas hacia atrás. En el velo del soñar que soñaba, capas de la conciencia, sentí la felicidad de ir de uno a otro lugar. Las palabras al vuelo. Cantando una canción. Y en el rostro el aire tibio, y la humedad sugerente de un bienestar afín.  Entre los sueños me encuentro yo mismo. Y sé que aún despierto mi sueño sigue en carne viva, mientras toco la guitarra.

A veces

A veces sol. A veces nada. Yo me entiendo en esta fiesta de la vida. Arrojo siempre al aire la moneda. Y cae en canto. Y gritan  trampa. Arengan los tristes contra la felicidad . Y prometen libros libres las saltarinas liebres. A veces de amarillo  el canario y el cuervo intercambian sus colores nunca el canto. Yo no canto dice el Cuervo y hace su lucha cuando el karaoke solo por quedar bien. A veces dudas o duras. El campo abierto surca el viento. Adalid de la esperanza. Me acurruco paloma como en tu canto. Verde y húmedo halago en las mañanas. A veces tiempo, a veces modo. La flor brota del botón como si nada. Santo y seña mientras espero voces. A veces callo. Y el silencio convoca aliadas hadas. Por las noches a veces sueño. Y es cuando deslumbran las imágenes. Metáforas del tiempo.

He visto (2)

He visto cuevas llenas de seres asustados. He visto iglesias de personas con miedo y resignadas. He visto mujeres fuertes, sudorosas, festivas. He visto niños comiendo pan de la mano de sus abuelos. He visto gatos enseñando a volar por si se ofrece. he visto la barbarie y sublimes actos de lo humano. He visto amantes amorosos declarándose la guerra. He visto  residuos de odio batidos con residuos de amor. He visto despedidas alegres y bienvenidas con nostalgia. He visto llover tiempo y saborear café por seres melancólicos y lunáticos. He visto sobre el mar millones de peces que se preguntan el por qué de su agonía. He visto espejos multiplicados como la cópula, Borges.

Los poetas

Edgar Allan Poe, Ezra Pound y las valquirias. Grupo de palabras para otros tiempos que son los mismos. Gnomos que glorifican las palabras para dar cauce a las miradas. Brazos para cintura con abrazos de la dicha. Hemos, poetas, encontrado los ladrillos literarios para lanzar a la cabeza de los cautos, de los indiferentes. Poetas uníos. Poetas míos, las metáforas cabalgan briosas. Los adjetivos quieren entrar en grupo. Sensibles las palabras para consignar incendios internos, los sueños, utopías. No sirve la poesía para comprar zanahorias. Pero nos jala hacia adelante para pensar que es posible la dicha. Como diosas las palabras aparecen y desaparecen. Con el poder de transformarse en castillos de arena, caballos galopantes, serenos caballitos de mar, sirenas metafóricas, las palabras se adueñan de la escena. Nosotros somos poeta, poesía y poemas, aducen. Los poetas escuchan cantos de sirenas. Y se duermen en la bruma a la espera de las musas. Y por aquí andan ellas, sensuales, líquidas

He visto

He visto bailar a una pulga en una plaza central de ciudad platónica. He visto al hombre sentado a la orilla del camino tocar con flauta dulce melodías de su añoranza. He visto sangre derramada a nombre de religiones y paz. Al gusano en su telar de seda. A la diva garza que ha perdido lo divino. A rotas y descarriadas ovejas negras que han sido felices en su balar. He visto sombras separadas de los cuerpos. He visto subir y caer reyes. He visto el tiempo pasar silente frente al muro de la indiferencia, ceguera total, moral. Las moras cuando caen del árbol ya maduras. He visto caer la mariposa. He visto pájaros ciegos cantando en tu oído. He visto niños cantando alabanzas a los dioses de sus padres y abuelos. He visto a los bárbaros cuando degüellan memorias y queman libros. Este tiempo es de amaneceres y anocheceres.

Amanece la ciudad

Amanece la ciudad. El sol tímido se asoma. Un frío leve le da sabor al clima. Varias personas salen a caminar en un parque. Algunos sacan a pasear al perro. Levantan la cortina de comercios. Pasan vendedores de pan. También de periódicos. La gente con chamarras y bufanda. La ciudad despierta con esa sensación del nuevo día. Cobija a todos. Los autos siguen un trayecto. La prisa a la rutina suave del trabajo. O de la escuela. La fábrica fuera de la ciudad espera. Grafittis por toda la ciudad. Los jóvenes tienen sed de comunicarse, sed natural de rebeldía. La ciudad canta canciones que nadie escucha. Dicta las noticias. Se despereza y sabe que en el tiempo queda la esperanza de la mejora continua. En el Metro Balderas de Lora los usuarios hacen fila para abordarlo. Es diciembre. Es jueves. Viva la ciudad y su gente.

Soy jueves

Soy jueves. Me nombra el día en que despierto. Y me siento feliz en el destino que me ola. De mar el olor. Salada, tibia y sensual. Hola u orla. Al fin el tiempo es distinto con su nombre. Decir jueves no es decir cuál quiere de este u otra hay su diferencia. Por ejemplo si respiro bien. Si acudo al doctor. Si llevo una rana en la bolsa o un libro. Hoy jueves por ejemplo he soñado que he volado. Y por ese sueño canto y río. Me he levantado a respirar profundo. Y a darme un baño con el agua fría. Subo y bajo las escaleras del destino. Habrá un jueves que también me nombre en ausencia. Y diran que fui un jueves el primero de mi ausencia. Este el de hoy es distinto a otro. Y yo no soy ni por mucho el hombre que fue jueves o se fue en jueves. No por ahora.

Nostalgia

Del futuro la nostalgia apenas te sonríe. De saber nada del mañana. Y del osado a causa de tareas inconclusas. Por no saber que el tiempo es un fluir constante. Y nosotros apenas leve paso entre las hojas que vegetal nos habla. Nostalgia por esos días de gloria en los que fuimos en parvada a volar los sueños. De amar hasta caer rendidos de la dicha. De alcanzar las nubes con las manos navegando austral en el tapete mágico. Nostalgia por no haber dicho las palabras precisas en ese instante. Porque estamos a medio dolor del universo. Sin saber siquiera de la filosofía como diccionario clave para entender la circunstancia del palpitar con metáforas sugerentes. Por las miradas que rehuyeron las miradas.  Nostalgia al leer ese discurso vago y vano por la vida. Por el epitafio que debo escribir hoy por la tarde por si mañana. Por lo que debo escribir que dicte el corazón. Nostalgia por los instantes de la dicha que hablaban otro idioma. Por la página blanca donde apenas borroneamos algo que

La tristeza

La tristeza es un tren que nos espera en cada estación. Y esta cerca cada vez una de otra. Con la paciencia de saber que buscamos viaje. Y que de momento es el único para abordar. Nos ofrece maravillas. Como temas para las composiciones. Y sospechamos que algo esconde; es la tristeza abrazadora y tibia. No mala de por sí. Son reminiscencias de algo que no sabemos. Origen incierto en aquel inicio de la conciencia del tiempo. Las dudas, la incertidumbre del futuro, de lo que sigue en nuestros corazones. La tristeza es sabernos solos e infinitos en el hilo del tiempo, concebir la vida eterna sin este cuerpo que nos deja poco a poco. Y que a veces se despide sin pensarlo. Y así de pronto nos vamos alejando. Estos temas. Aquellos. Las miradas tristes. El no saber mañana. O el creer que sabemos de mañana. La tristeza es mía, solo mía, le refuto al espejo grandilocuente, amo y señor del ego. Música de blues y jazz alternados al fondo.

La felicidad

El tren de la felicidad permanente ha pasado lleno. El tren de los instantes felices a veces pasa y no lo reconozco. Merezco este estado de cosas, incluido el espejo. Y cuando lo reconozco tardo en decidirme en la subida. Que me revela y se rebela contra esta mirada mar que no descansa de buscar lo que no encuentra.

Caminar en el viento

Este diario caminar en el viento, por sobre todas las cosas, pequeñas o medianas. Esta grandeza mineral de los sueños, cuando nada queda ya. Este palpitar del corazón que a veces se cansa, y me ordena: para ya, o más lento. No en el soñar, ni en el caminar, sino en el concebir vida y muerte como dos rostros de la misma moneda y estacionarse allí. Este devenir del tiempo que ahíto me encuentra con sueños de presente y futuro. La historia musical de mi vida, con poemas de otros que me hicieron elevar la mirada. Y no cejar en tocar la luna. Los sueños se rebelan. Y salen de los márgenes y buscan el centro de tu mirada. Aún la mirada del espejo sigue mirando a contraluz. A veces digo enfermo que la mirada de los ciegos son las manos. El viento me manda y me dirige.

He triunfado al alba

He triunfado al alba, con este despertar. Y mirar de nuevo el cielo y escuchar al grillo. De sentir mi movimiento dispuesto para el día. Imagino el día mientras me asomo a la ventana. Escucho los sonidos del despertar de los vecinos. La noche se impone con los animales nocturnos. Los sueños por vías de la incertidumbre. La noche es grandiosa para el descanso, el desvelo, la imaginación. Orfebre de las ideas. He triunfado por ahora. Y este lapso me da oportunidades nuevas. De mirar, mirarte, acariciar la flor, sonreir y el guiño. Oportunidad de las palabras, el abrazo y lanzar el disco de la buena suerte para alcanzar felicidad. Instantes bellos del efímero presente.

Uníos

Comunistas, idealistas, nacionalistas, maoístas, marxistas, helenistas, trostkistas, capitalistas, luteranos, feministas, proletarios, judíos, extranjeros, migrantes, protestantes, burgueses, proletarios, surrealistas, cristianos, budistas, falangistas, librepensadores, rosacruces, agnósticos, masones, vegetarianos, carnívoros, leninistas, latinistas, hedonistas, cínicos,independentistas, en el corazón del hombre, uníos. Primero pasará el camello por el ojo de una aguja. Ustedes han seguido una linea de tradición. Ustedes tienen parte de la verdad. Un carcaj llenos de ideas como flechas. Ustedes tienen razón. Mas no son los únicos. La vida del hombre ha sido de ideas, de luchas, de guerras. Han muerto tantos en la defensa de generales de oficina o bibliotecas a quienes no conocen. Hermanos contra hermanos. Carne de cañón y flechas humanas. Uníos a la marcha general del tiempo. Llegaremos al triunfo de nuestras ideas coincidiendo unidos en el polvo

Recuerdos

Te recuerdo que te recuerdo recordándote con los recuerdos del recuerdo. Y te recuerdo que un día el olvido llegará de pronto y los recuerdos ya no podrán ser recordados. Pasan aún por el corazón los recuerdos recordándote que te recuerdo.

Animales fantásticos

De nosotros en el trajinar del tiempo. Hijos de la imaginación y el sueño. Niños con cola de cerdo. Sirenas que cantan himnos al eros. Pegaso galopando el aire. Fauno intrépido del tiempo. Ave Fénix alas de polvo y fuego. Para reinar en fuerza, el centauro. Dragón que expele fuego para dinamitar la lógica de la existencia. Grifo entre las nubes, mirada aguda desde las alturas.  En el espejo el hombre sonríe y hace muecas. Olvido y recuerdos. La circunstancia.

Contradicciones

Amar el mar. Como icberg del origen. Caminito por donde nadie pasa. He estado aquí. En sueños otra vida. Como amanecer rotundo con música del ayer y del futuro. Por lo pronto en este amanecer de domingo me pongo a pescar y el anzuelo jala palabras como trigo para el pan. A veces me distraigo. E inicia el día y siento que más rápido se va. Yo cuento el paso de los días en textos. Afán de permanecer. De detener instantes. Lo mismo con fotografías de personas que por cierto ya no están. Morir es vivir. Amar es perdonar. Del odio al amor hay un paso. Yo me pongo a cantar para distraer el tedio y la rutina. Y hacer reír al fauno de la seriedad. He visto ayer a un clown. He visto ayer a soledad. Y sigo con la caña de pescar. Belleza estar frente al mar. En la playa de los sueños. Caracolas de eternidad. Caballitos de mar. Y qué significa el mar, preguntaron. Vengo del mar. Y sucede el amar. El mar es un sueño de humedad.

El abismo

El abismo tiene misterio. Noctámbulos en horas de luz, caemos en el precipicio del tiempo. Y no hay poema Poe que valga. Intrincada decisión. Con cruce de razones. Antagónicas. Uno se acerca al abismo. Y siente al momento la sensación de la nada. La gravedad del precio de la vida en este instante. Me asomo y me detengo. La caverna es referencia actual de lo que somos. Reminiscencia de un pasado que está cada vez más lejano. Incluidos los minutos anteriores. Manzana, cueva, cruz. Símbolos del camino. Como señales del eros, origen y destino. No hay más. Nostalgia, dices. Poner en la balanza contradicciones. Amor-odio. Guerra-paz. Por la vereda sentimos el olor de la vegetación. Y sin embargo vamos en la autopista del miedo. Velocidad, vértigo del destino. Abismo es ese fluir del tiempo a donde caen los sueños, las palabras. Insondable abismo.

Suposiciones

Suposiciones. Un día todo acabará mientras el amor permanece. Vamos al mar. Ir al mar es volver la vista atrás. Entre el ser y el estar, viene bien definir el tener. La rosa aroma sin más. La luna, de tanto vista, se ha de esconder. Agotado el tiempo, es un decir, lo que sigue será el no ser. Ayer me hablaron del mar. Porque yo no conozco el mar. He estado en dos o tres playas, mojado los pies. He mirado desde la arena el horizonte. Castillos creativos elaboré. Y luego los deshice. He sentido la brisa marina en mi rostro. La eternidad en la humedad. Allí, en el origen. Ah, el mar. Sed de eternidad. Y a beber agua con sal. Me hablaron del mar. De las montañas sumergidas. Del pez abisal. Abismo pleno de humedad. Si yo conociera el mar. Me gustaría quedarme allí. Aquí, como en cualquier otro lugar.

Ese afán nuestro

La mañana a risa batiente. Por lo gris. Bienvenido el aromático café del ayer. La palabra viva. El recodo en la carretera. La oscuridad en el recuerdo, donde brilla la luz. Luciérnagas. Tú me recuerdas las calles de Matamoros. Y de pronto aparece el ángel Serrat. A brillo de sus canciones, motivaciones para caminar. Y de vez en vez probar con las palabras pez, quizá o paz. Hemos navegado en incertidumbre. Con los dientes a flor. Apretada mandíbula. Y mueve a buen tiempo la flor, el libro, el amor. Consideraciones aparte. Una mañana gris de sábado es bella. Perfume. E igual de bella con sol. La chicharra sigue monótona. Y es muestra fehaciente de la vida. Aquel se pone a cantar. Ese otro a escribir. El payaso a hacer reír. Si escribo libro aquí es por decirte que me acompañan fiel. Con esa discreción en palabras del autor. Entre el silencio de la quietud. Y la vorágine del hablar. Las palabras estés donde estés. Este afán nuestro de persistir en lo efímero. En el sueño tragaluz.

Mito

Una loba amamanta a los niños Rómulo y Remo, lo cual dio origen a Roma. Almidón de chocolate. Eva, mujer creada con amor a base costilla de hombre. Tra la la lá. Houdini ha escapado disfrazado de Kalimán. Advierto al viento soledad. No pases debajo de una escalera. Y a los gatos negros evita. El globo del león se ha escapado. ja, ja, ja. Tara ri, tara rá. Un venadito baja al agua muy de madrugada. Ali Babá y sus 40. La lámpara de Diógenes por las calles de Atenas. Y el águila a la serpiente engulló. Me escapo de la obra. Te amaré toda la vida. Adiós. Ya volví. Multiplicáos el pan y la paz.

Escribe diciembre

Escribe diciembre, me dicen. Sobre diciembre, quizá refieran en específico. Y vienen en cascada los recuerdos. De otros amaneceres de diciembre. Como decir abrazos y sonrisas. Como pedir posadas en las casas de dulce y chocolate. A donde la amistad multiplicaba pan y sal por sobre todas las cosas. Y la música que empuja hacia la paz del espíritu. Bailamos a medida de las horas. Para dejar diciembre que emociona. Y aquí andamos. Sudorosos y festivos. Alentando de fondo a la sonrisa. Que nos acompañe como la sombra que nos sigue permanente. Afán de perdurar en el recuerdo. Fotografías en sepia de otros años.

Me lees, te escribo

No creáis las coincidencias. Aparecen, sí. Pero naturalmente no es lo común. He allí la carta, la novela. Se construye todo con sueños, palabras y la relación con quien se le ha llamado musa. Los cuatro dados en la mesa muestran al azar su juego. Y los seis lados definen los destinos de quien cree en el azar, la circunstancia.

Grillo

El grillo no ceja en su vibrar de élitros en el fondo de la noche. Y su monotonía musical conecta la nostalgia, los años idos, el dolor trashumante. Extraños son los nombres del olvido. El grillo se ha quedado en mi cabeza. Radica allí desde la infancia. Y canta como Pedro por su casa. Y me ha enseñando con insistencia a cantar de la misma manera. No eres tú, otros o nosotros. Es el transversal sonido de lo más inquietante de la noche. Nostalgia. Sueño de cometa.  El grillo se asoma por mis ojos. Y sigue en su canto con su mirada de gato.

Ahora que inicia diciembre

Ahora que inicia diciembre la música se transforma en un gigante villancico. Ahora brindamos por todos. Ahora la manzana y las uvas estarán en la mesa de muchos. Necesario es escribir del hambre. De la sed. De muchos en todas partes. De ese libro en tus manos sobre la ceguera moral que metes a fuerza en cualquier charla. Ahora la derrota se invisibiliza, porque no importa en los corazones. Y el triunfo es paz interior, tranquilidad. Ahora inicia diciembre. Y el azar o circunstancia te acercan una mirada, una manzana. Gozne para el acercamiento. Y la sonrisa es el detalle en la fotografía. Ahora los corazones vibran de un modo diferente. Es oportunidad de ser otros siendo nosotros mismos. El espejo nos define en el tiempo como exacta materia en movimiento. Carne, polvo, sueños. Materia inmantada con blancura de cierto tono azuláceo.  Inicia diciembre. Y estamos aquí, ahora. Sigue siendo nuestro tiempo.