Me lees, te escribo

No creáis las coincidencias. Aparecen, sí. Pero naturalmente no es lo común. He allí la carta, la novela. Se construye todo con sueños, palabras y la relación con quien se le ha llamado musa. Los cuatro dados en la mesa muestran al azar su juego. Y los seis lados definen los destinos de quien cree en el azar, la circunstancia.

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