Tiempo

El tiempo dura. De durar y de dureza. Leve concepción sobre el discurrir. Efímera la identidad personal. El tiempo leduquiano es filosofía pura para jugar profeticamente con las palabras. Inefable el tiempo, que se deja ver sereno y se rebela luego como pez en su agua natural. No has de poder atraparlo. El tiempo es una máquina trituradora. Sí, la vida es bella, pero te vas. Yo tengo adorno de segundos. Y despilfarro sin piedad, lo he dicho y hecho. He pronunciado el no tengo tiempo, o aquí matando el tiempo. En el que permanecemos apenas segundos. Harina es el tiempo con el que se hace el pan tibio de la existencia. Aquí andamos, divagando aún de la posibilidad de la dicha infinita, buscando la fórmula de la eterna juventud. La belleza acaba.

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