Ríe, la vida es corta

 


1. Hacia la risa voy y de  la risa vengo. No sé a usted, pero a mí,  riendo se me hace más llevadera la vida. Haga ese experimento en sí mismo. ¿Cómo se siente cuando ríe? Y se dará cuenta que mejor que cuando no. O haga memoria de las personas que conoce. E imagínelas riendo o serias. ¿Cómo las prefiere? De seguro que riendo. La risa le genera a la persona que la expresa, sensaciones de bienestar. Es curativa y terapéutica. Claro, no nos vamos andar riendo por todo y en todas partes. Y es cierto que los ataques de esa expresión pueden ser catastróficos. En el extremo se habla del filósofo griego Crisipo de Solos, que murió de un ataque de risa , a los 73 años.

2. Tampoco exageremos. Nada con exceso. A veces estamos en una comida, escuchamos algo gracioso, tenemos el bocado en la boca, masticándolo, y la risa puede provocar un accidente, y nos atragantes con un hueso de pollo. Pero en términos generales la risa provoca bienestar. Se dice que preferimos estar cerca de las personas que ríen, o que nos hacen reír. Aunque, bueno, no es obligatorio reír, como tampoco ser felices. Son actividades que no pueden plantearse como obligatorias, ni amar, ni leer como hábito.

3. Vamos, hagamos un trato.  Tratemos de reír a diario unas cinco veces. A manera de ejercicio sonriámosles a personas que no conocemos. Por ejemplo en un elevador. Cuando crucemos en un pasillo de supermercado cada quien empujando carrito de mandado. Al momento de comprar un boleto de cine. Cuando pagamos el peaje. Y nos daremos cuenta que las personas están dispuestas a contestarnos la sonrisa, sin mayores esperanzas de encontrarse luego, en invitarle un café.

4. Hay un dicho fenicio que dice: "Si no sabes reír, no pongas tienda o abarrotes". Expresión y sugerencia que no necesita explicaciones. Como comprador si hay dos tiendas y conocemos a las personas que despachan, vamos acudir a donde nos reciben con saludo, con sonrisa, y no con mala cara. Y por extensión, me dicen que cuando queremos saber la hora, y en el parque vemos varias  personas, nos acercamos a la que proyecta en su rostro una apacibilidad dulce, dispuesta para el diálogo y la sonrisa, y no a los mal encarados.

5. "Antonio escribe de la risa y no de política, no de la violencia, no de los aranceles, no de las elecciones, no de la inflación, no de nada de eso", me dicen que dicen. Y yo me imagino que alguien lo piensa. Y en mi defensa, justifico que todos hablan de esos temas, que tienen saturados los espacios. Y que todos hasta pontifican escribiendo sobre temas tan diversos, y lo hacen como especialistas de todo. Por lo tanto yo río. Yo promuevo la risa. Si todos esos temas generan estrés, depresión, angustia, y demás, se hace necesario entrar a temas distintos, que reconstruyan dentro de uno mismo la esperanza, no el desaliento. Y en todo caso, que si se opina se haga con conocimiento de causa.

6. Hace unos 30 años yo moría de estrés. Se me iba el aire cuando me acercaba a la caja a pagar en los supermercados. Mis temas: La inflación estaba a la alza de manera exagerada. Triunfaba la liebre de la inflación en carrera contra la tortuga de los salarios. Elba Esther, la cínica lider del SNTE imponía secretarios generales  en los estados, a la más palurdos y vendeplazas; los ensayos de las graduaciones; los fraudes electorales; la lejanía de mi familia; la invasión de Estados Unidos a Irak, etc. Todo ello me afectaba sin yo saberlo. A mi me divertían esos temas (sin reírme). Hasta que me desmayé en público. Corrí como loco con un médico de Macultepec (el Dr. Márquez). Luego de una charla como de una hora me diagnosticó estrés. " Es la enfermedad de los tiempos modernos", me dijo certero. "Frisium 10 mg, cada 24 horas", recetó.

7. "Nooo, doctor; no me quiero hacer adicto a los medicamentos relajantes", le dije realmente preocupado. Sabía yo de personas que caminaban como volando cantando canciones espirituales, motivados por pastillas relajantes. Y se lo dije. Seguro que él notó mi preocupación e ignorancia sobre el tema. Y rió. "No se preocupe, Don Antonio. Va a regresar en un mes a contarme si ya se resolvieron todos esos problemas externos a usted de los que me contó y cómo se siente". Y así le hice. Al mes volví. Y me repitió la misma medicina, la tal Frisium 10, solo que ahora un día sí y otro no. Y al mes volví de nuevo. Ya no me conbraba la consulta. "¿Y ahora cómo se siente?" Y ante mi respuesta me dijo que "ya no va a tomar la pastilla, pero sí la va a traer en su portafolio, como bastón imaginario". Y así me curó del estrés.

8. Entendí que hay cosas que no dependen de uno. Por ejemplo el charrismo sindical, los líderes sempiternos que brincaban del sindicato magisterial a cargos en la Secretaría de educación, solapado por la indiferencia de la mayoría de agremiados. La inflación de precios depende del mercado en la ley famosa de la oferta y la demanda. Y hay mercado negro de cosas robadas, que tienen demanda por lo barato (que finamente sale caro). Para mejorar la educación del país tengo mi espacio (el maestro, dentro del aula, el director, dentro de la escuela). Y más cosas así. Como por ejemplo el tratar de ganar discusiones, a lo tonto, es un mal que me aquejó. La clave fue comprender lo siguiente: si tienes razón, ¿para qué discutes? Y si no atienes, ¿para qué discutes?

9. Decía de la risa. Es una transformación de uno mismo. Y es un hábito que permite ver las cosas de la realidad de manera distinta. Ojo: siendo la realidad la misma, al tener buen o mal humor, la miramos distinta. Y ya me imagino lo que le toca de vida al final de los años, al anciano que ríe, muy distinta la situación al que no ríe, al amargado, que ni hasta las moscas se le acercan para evitar los malos humores del mal genio. Dicen por cierto que las plantas perciben dichas formas distintas de ser. Cuando se dice que una persona tiene buena mano para las plantas, es que tiene un carácter agradable, sonríe por cualquier motivo, y hasta le da por reírse y platicar con las plantas. Así hasta un tallo seco reverdece.

10. Pero cuidado. Que la risa provoca envidias. Los tristes y el poder no quieren personas alegres. Si es mujer dirán que es fácil, si es hombre, dirán que está loco. Si es niño o adolescente, dirán que ya madurará. El poder promueve la tristeza. Los tristes son más fáciles de manipular, porque se quejan de todo, pero no hacen nada. Y los otros que se quejan son igual de amargados, entonces se repelen entre ellos mismos. La tristeza separa. la risa esperanzadora une, trae. Es necesario cuidarse de los amargados que hacen complot contra los que ríen. La alegría es revolucionaria porque es esperanzadora. Es optimista, pero con razones ciertas. No es risa de bobos.

11. Yo soy aficionado a escuchar chistes. Trato de aprendérmelos, pero no lo logro. Cuando cuento los pocos que me sé, nadie se ríe, o si se ríen, es por lo cómico de tratar de hacer reír con chistes malos o mal contados. Pero aclaro que reír no depende de los chistes, no precisamente. Se ríe por estar agradecido con la vida, aún en las circunstancias difíciles en las que a veces nos encontramos. Se ríe por tener esperanza y luchar por una vida mejor, sin egoísmos ni envidias. Se ríe porque sí, con motivo y sin ella. La risa es vacaciones gratuitas, alguien lo dijo. Tiene buen humor, es de inteligentes. Un maestro con buen humor alegra a los estudiantes les hace olvidar (aunque sea por unas horas) de las desdichas de su casa.

12. Una cancioncita de Joan Manuel Serrat: "Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer un tipo que un día fue feliz. Y me han dicho que dicen, que dijo que se tropezó en la calle con un sueño y se entretuvo, y desde entonces no estuvo para nada ni para nadie. Y a salvo de su conciencia estrenó nuevas sensaciones y asombrado, comprobó que le iban bien. Y me han dicho que dicen, que dijo que recreándose en la suerte de ese sueño que atrapó, pegó un grito y se escuchó por primera vez. Era un hombre como cualquiera: ignorado, desorientado, contaminado como cualquiera, aburrido, desconocido y poco atrevido donde lo hubiera. Y dicen que creció de tal modo que llegó a alcanzar las estrellas, que se sonrió con razón como lo hacen los bobos sin ella..." 

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?