Apuntes sobre el fin de semana


 1, Ay de aquellos que esperan vivir su verdadera vida el fin de semana. Como si los otros días fuera de duras penas y sacrificio. Sin tener un poco de amor a las actividades que realizan en su trabajo. Ay de aquellos que en la tarde sienten que el domingo ya se fue y el despertar lunes lo sienten como dura carga.

2. El verdadero disfrute de la vida es tomarle sabor a todos los instantes que se deslizan raudos y se suceden unos a otros, para formar los minutos, las horas, los días, los años. Y la vida se va como si no hubiera existido, quedando apenas vestigios que se olvidan a los pocos años de la visita final al cementerio.

3. La jornada laboral puede ser dura por los horarios y la actividad que se realiza. Por los traslados de casa al centro de trabajo y viceversa. Y decepcionante por el salario que las más de las veces no cubre tal cual debiera las necesidades de familia. Todo eso y más. Sin embargo hay que mentalizarse para disfrutar las circunstancias y los hechos que la conforman. La vida es única, fugaz e intransferible.

4. Yo miro los rostros con los que me cruzo. Y parece, por el gesto,  que unos van  como res al matadero, como cochino al sacrificio, como si fueran a realizar lo más complicado, lo más difícil, lo más pesado. Y es probable que en muchos casos así sea. Pero la actitud que se asume es la que determina la salud mental y física. No diré como Kaliman que quien domina la mente lo domina todo, pero algo de eso hay de cierto.

5. No hay fines de semana. A lo que se llama así son dos días en los que podemos hacer cosas distintas. Tan o más importante como de lunes viernes.  Y digo lo anterior porque literalmente cada uno es la vuelta sobre el propio eje de la Tierra. Sábados y domingos duran exactamente lo mismo que cualquiera de los días de la semana, aunque percibamos que se van más rápido.

6. La jornada laboral hasta parece que dura más cuando realizamos cosas que no nos gustan. Si por ejemplo, corresponde atender al público, la vida se hace mejor con el saludo y el buen servicio. Creo que se generan buenas vibras saludables a todos, con el saludo, y las gracias, además, claro, las explicaciones necesarias sobre el trámite.

7. Cada quien andamos en lo propio. Y es cierto que otras personas están en peor condición porque no tienen trabajo. Y otros, que están jubilados, no le encuentran sentido a su tiempo sin horario, sin ruta y sin objetivo. Vegetar no debe ser destino de nadie. Ay de aquellos que con cuyo propio cuerpo no están conciliados. Ay de aquellos sin empleo y sin esperanza. Ay de aquellos que no valoran su trabajo, por modesto que sea.

8. Si yo tuviera más tiempo libre me metería a conferencias, a museos, a concursos de declamación y oratoria (como público), a bibliotecas. Si la vida no tiene sentido, y vegetar no es la opción, uno debe darle sentido al día, a los minutos, a los instantes. Disfrutar la lluvia, el calor, el fresco, el viento, la neblina (como si fuera Londres). Disfrutar la vida en su conjunto. Con sus vaivenes, huracanes emocionales, pesadumbres, incertidumbres. Lo vida contiene todo eso.

9. Comer y disfrutar un helado, por ejemplo, hasta poema debería sentirse la sensación de disfrutarlo. La charla con amigos y amigas. La caminata por el centro o la periferia (con cuidado, sí). El viaje en autobús o tren asomado a la ventanilla. El traslado por el aire, si se están en posibilidades, es disfrutar andar entre las nubes. Circular en bicicleta por los caminos del Sur o Norte. Y  en barco mirar alzarse las olas y el salto esporádico de los peces. Comprender la ida al cementerio a pesar del dolor sentido. Mirar las lápidas inscritas. Imaginar la propia. Saberse y sentirse mortal es necesario para vivir realmente  la vida.

10. En armonía las viandas más pobres saben a gloria. En discusiones las comidas más caras saben insípidas, y hasta hacen daño. No hay mejor comida que la que sea gana con el esfuerzo propio. Y mejor ambiente que comer en armonía. Y recordar a los que ya no se encuentran con nosotros. Sea por muerte, sea por lejanía laboral. Sea por lo que fuere. Aquí me levanto. Me preparo un café. Y me alisto para ir a mi jornada laboral. Ya está a la puerta el fin de semana. Y lo abrazo y tomo como si fuera cualquier otro día. Y los otros, como si fueran fin de semana. Así de sencillo.

 




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