Escúchadme
De poca monta el tiempo para llegar al polvo. Al fin arreglar el árbol torcido, el edificio derribado, el camino y el cauce del río, desviados. Necedad en la esperanza. Nada reivindica el error, o el temor. Por eso el perdón anticipa represalias peores. A ver. El músculo disparado, muestra que algo interno lo disparó. Más aún, perdón, si el culpable soy yo. Pronóstico local: truenos. Barruntos de lluvia para mañana. A mí mismo me pregunto sobre la melodía Un hombre y una mujer. Correspondencia biunívoca. El cóncavo real y el convexo real, también. Y la respuesta: Francis Lai, para la película homónima. En la música nunca se percibe la palabra perdón. Pero sí, debe ir, y más si yo me muero mañana. Escuchad la voz del corazón. Este demonio azul es el que habla.
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