La supercarretera

Vamos como en vuelo a ras de asfalto. Raudos rumbo a ninguna parte o acaso la rutina. La prisa por llegar al departamento y encender la televisión, tomarse el refresco de cola o la cerveza. Dentro de los límites de velocidad -y a veces no- el laberinto de la mente entrecruza ideas para estar seguro que esta es la vida, en el concepto de la prisa, lo efímero, lo plástico. La noche sin remedio viene y no hay manera de esculpir a modo las estatuas. El lugar mismo es de todos, lápidas sin epitafio. El nombre propio dejó de serlo en las eternas aguas abisales.

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