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Mostrando entradas de octubre, 2014

Mientras tanto

Mientras tanto el paseo dominical. Jalar dos o tres nubes. Abrir el libro de Sabines. Asomarse a la ventana del pasado. Mientras tanto escuchar canciones de la cueva, cuando desnudos a la caza. Encender el fuego piedra con piedra. Arrancar la piel por si las dudas. Humedecer la cintura. Tomar la mano como fotografías. Caminar a donde el respiro cuando el polvo. Mira. Mientras tanto el cuaderno espera el texto. La loción. Cerrar los ojos. Un árbol de higo. Siempre el higo. Vamos a ver mientras tanto. Todo tiempo es mejor. Así entre las siete vidas que tenemos en una de ellos chocaremos las nuestras palabras y las juntaremos con los silencios. Hay tiempo. Mucho. Dad la calavera al juego de la vida. El sueño. De la barca: La vida es un sueño. Y los sueños, sueños son. (Borrador)

Te recuerdo

Te recuerdo siempre. Cuando las nubes a la mano, me digo: por allí anda, con sus poemas y la sonrisa de luna o diadema. Te recuerdo cuando la noche. Cuando la lluvia te recuerdo en esa humedad resplandeciente. Y en el colibrí miel de flor. El frío se hace largo y ancho en dominio total en tu ausencia de recuerdo.  Cuando la nieve de limón y el tiramisú. Te recuerdo cuando el día del arcoiris con esos colores bien prendidos bajo tu falda. Cuando las hojas caen y se lanzan a la incertidumbre del humus polvo de la dicha. Te recuerdo en la vida y muerte, con esos besos caramelo y el abrazo. Hoy como siempre en la nada que me abraza. Y en el silencio que circunda como el más grande grito. Sabes recorro galerías. Centros de reunión. Cementerios e iglesias. Entro a supermercados. Y sé que me llevas de la mano aunque nadie te mira. Mía ma. Solo yo. Solo.

Bienvenido

Bienvenido el día. Transparente, sutil y gris. Algunas sonrientes nubecillas húmedas de por sí. Día de oportunidad para la sonrisa, los abrazos, el saludo cordial. Día para las palabras aquí o allá, en cualquier parte. Día para pensar, oh, sí, pensar. Bienvenido por la oportunidad que da: soñar, elucubrar, humedecer. Bienvenido el día para leer, escribir. No dudo que la incertidumbre de lo que habrá es mejor que ya saber, de por sí. Grande es el día. Esa su luminosidad se cuela en muchos actos y aspectos. Tus sonrisas, palabras, donde estés. Señorial palabra pronuncio: café.

A Dios

Hay tantos conflictos, angustias, tribulaciones. Hay mucha hambre, desempleo, guerras. Enfermedades en pueblos enteros. Tanto odio contra el hermano. Tanta mentira y falsedad. Abandono de niños y ancianos. Hay tanto pendiente y seguro escuchas tantos pedidos, tantas oraciones. Seguro que atiendes todas por esas lineas de comunicación sin wi fi que tienes. Seguro estoy que tienes a tantas personas trabajando en ciencia, arte, conciencia, actitud, servicio, para mejorar las condiciones de los que sufren. Tú sabes de mí, de mis pensamientos. Y agradezco esas líneas que me mandas para mis textos. Y sabes bien que encuentro en mis escritos la paz que necesito y más cuando llegan a alguien y ese alguien en algún rincón de la tierra le pone un "me gusta" que me hace bien. Mis pensamientos se encuentran por caminos intrincados. Lo sabes. Lo mío es nada al lado de muchos. Tu voluntad se haga siempre y en todo lugar. Hay tanto por hacer. Y puedes tanto en hacer. Hay una persona en quie

Para ustedes

Yo me incluyo. Porque escribo y soy usted para los ustedes. El nosotros queda fuera de contexto. Menos símiles o paralelismos. Algo extraño. Ustedes barda y timón con sonrisas de futuro bien construido. Un barco como palacio donde todo sonrisas en las Antillas; más selfie para el dato. Y camelot caramelo, Fotos. Posters. Una historia para carrera de caballos. Historias como guion de telenovela. Llama el dentista y pregunta que si siempre sí les espera. Y tiene razón, el tiempo. Dame una galleta holandesa. Mañana la cita con el nutriólogo. Sano ejercicio para una mejor sonrisa. Ustedes es la canción del Obladí o el sencillo tralalalá. Miami con los discos en inglés. Y los nuevos juegos con las cremas especiales. Aire nuevo respiren bajo frondosos árboles de la alameda. Y un dulcito de coco. Me miro al espejo y digo usted. y reverenda sonrisa como luna en plenitud. Son palabras con tema. Dice el libro instrucciones para vivir bien con sonrisa de por medio. Y soñar despierto. Es el moment

Para nosotros

Para nosotros, loba de la infancia, el camino por transitar entre lluvia y neblina. Sesgo desde el juego y fuego donde cristalizaron los sueños. Y se veía largo y ancho el horizonte azul con naranja del crepúsculo para amanecer de nuevo otra y otra vez. Esperanza de saldar deudas de emoción por eso de causar o causa de lágrimas. Pero se impone la sonrisa. Para nosotros nada y todo. Es un decir. Por las cosas que se presentan como lujo en propiedad privada, ya verás. Playa azul. Cabaña. Y atardecer con canciones. Un disco o dos para el olvido. Libros. Y otros libros. Y la nada donde todo por hacer. Hablo de frutas en almíbar. Higo de nuevo. La manzana no debe faltar- Y naranjas, sobretodo naranjas. En franca huida no hubo más. Nosotros no entendimos que alfil o torre son solo para el juego. El tablero es parte solamente, terreno de estrategia mayor. Somos piezas. Para nosotros un velo como cielo. Y las nubes formen notas de vals. Aquí y ahora. ¿Y quiénes somos nosotros?

Para mí

Todo y nada, lo mismo como triunfo y derrota. La moneda de tres caras suena sugerente arriba o abajo en la fortuna. El texto o la página en blanco es lo mismo como decir polvo o lluvia. Pareciera trivial el plástico o papel. O el humo del cigarro o la fábrica. Ayer vagón de tren como casa y el plano de tu rostro en el otoño. Y siempre el higo en la mochila como el libro. La manzana a vos, bien lo recuerdo. Para mí el verso de rumba con palabras de nada o todo. Para mí la sonrisa o la mueca en el adiós. La despedida lo mismo que la bienvenida. Adiós, que bien que de nuevo estás. O lluvia interminable en estos días de humedad. Para mí el disco rayado en las canciones de la historia personal. Para mí principio y fin, carta y cartel, como siempre, dato para encontrar el camino de regreso. Para mí el olvido significa lo mismo que recordar. Me acuerdo aquí del paso de los años como registro de la historia sin fin donde hoy no estás.

A usted

Usted duerme entre colchones con poemas de ganso. Y escucha radio Miami para ver si las noticias le hablan de algo distinto a lo diario de rutina. Usted sabe de memoria la historia de la media azul y naranja. Las ofertas. La moda. Usted busca en el camino lo que lleva dentro y no lo sabe. La flor palidece siendo flor, ante la cercanía. Cuenta los días, las horas, para que suceda lo que nunca. Y deshoja la flor. Usted recibe cartas y las contesta a veces y nun ca si la veleta de los vientos indica hacia el Norte. Usted mira las nubes e imagina lluvia permanente por noches y noches. Lluvia para caminar y bailar aún mojándola toda, mojándose todo. Sucede usted en los encuentros. Los fantasmas rondan. Y usted pierde la memoria cuando le preguntan de mi nombre. "No recuerdo", respondes. En sueños usted cuenta cuentos a si misma. Cuando se despierta termina de soñar y se le cumple. Bien.  Y llega la tarde.

A ti

A ti que escupes a las nubes y lluvia cae mojándolo todo. A ti que escribes con la mano izquierda y los textos son todos de derecha. A ti que escuchas canciones de trova y sueñas porque vuelas, y suspiras. Allá lejos en la historia el dios de todos, a cada parte, tramo geográfico o de piel, escribe guiones en el desvelo. A ti que escribes cartas pájaros con canciones para arrullar los días. A ti que abres los ojos y amanece, así de calavera siempre sonriente por la vida. Colinas majestuosas rondan por tu cuerpo. Flores aroman sueños para asegurar la especie. A ti las naranjas. Vuelco de libros para el asalto de la noche. Café para ti por las palabras y el acompañamiento redundante con fichas de dominó. Es el destino nuestro de gitanos, para tus ojos verdes, dices. Leo tu mano, dices, pensando en los doscientos pesos tarifa única, para el amigo. Y yo reclamo la ternura de tu pecho. Leche de miel. los versos  van. A veces en silencios de misa. Dedico estas palabras. No estás pero estás e

Lo otro

Lo otro sería guardar silencio. Y resguardarse en la sombra muelle de lo inicuo. Y negar la negación de lo que somos. Y entonces sí estaría todo perdido. Mientras haya personas con esa categoría en busca de lo fácil. De lanzarse en chapuzón en la alberca. Con alambrada de seguridad por miedo. Y guardias especiales por miedo. Y dejemos que otros nombren, digan , manden. Y sean otros los que piensen tomen las riendas. Y nos suelten migajas para sobrevivir. Mientras haya quienes desde el cepo clamen por la democracia dirigida y el hambre dirigida y laman el cepo. Mientras haya quienes avestruces guardan su cabeza en el hoyo de la avaricia, del solo yo, y "se lo ganaron", y el oro loro. Mientras el becerro de oro sea la imagen y semejanza. Habrá motivo en lo individual, en el uno mismo sol, para mantener erguida la cerviz. Y desde la derrota cantar el canto de esperanza. Y mientras haya quien guarde la luz de la luciérnaga. Mientras haya quienes soplen para buscar fuego en la cen

Usura 3

Flores sonrientes de la usura son la diabetes y el cáncer. La industria de las armas construyen relaciones entre naciones para la ganancia mediante las guerras. Precocen personas al fuego lento del hambre y el desempleo desde siempre. O muy bajos salarios. Al final hambre, deudas.  Apenas unos céntimos al día para nadie. Escribo para la publicidad. Rima y ritmo desprovistos de contenido. Yo sin Klèenex no puedo vivir. Viene la función con otro muerto más. Y otro más. Cuarenta y tres.  Es apenas un dato para la estadística. Y al día siguiente la nota es otra. Cortinas de humo. Chivo expiatorio para el sacrificio. Es la usura. El sistema de créditos y cobranzas con ley en las manos. Las estaciones de radio al servicio de la ganancia. Las televisoras al servicio de la ganancia. Inyectan en la sangre el deseo del lucro. Que la mirada no vaya al horizonte, al libro. Vaya la mirada hacia el anuncio, el maquillaje, la pasarela. Las universidades para el mismo modelo. ¿Casi todas? Las escuelas

Hoy

Aparecen las palabras en reclamo del olvido. Francas hablan del silencio como gota que derrama el vaso. Queda la hoja en blanco. El sueño sin sombras ni nombres. Solo yo me entiendo en este mar de sílabas. (Y tú también lo sé). Sucede que al acostarme cierro los ojos y aparecen los recuerdos. Entonces hago un hueco a la nostalgia. Y el disco, el poema, el libro. Y solo tú me ayudas a construir futuro. Hoy es la historia del momento. Sal y limón. Salvedades que bien caben en un segundo. Escribo al viento, al sueño, al vacío, a la nube. Por allí andas, sublime. Hoy es el mejor día. El hoy del siempre.

En la memoria

En la memoria un pez resbaladizo con tanque de oxígeno. Una canción en la que se cuenta la historia breve del universo. Una cita con el dentista. Un rollo fotográfico sin revelar. En la memoria juegos aritméticos y adivinanzas para pasar la tarde con palomitas al vuelo. Feria del postre. En la memoria los cantos malabares, los cuentos incompletos de los besos sin trayecto. Humedales. El disco aquel de canciones en inglés. Credenciales de otro tiempo. Pasaporte donde la maravilla de Alicia es el país de ninguna parte. Canto de ranas mientras tanto. Mirlo al vuelo en la rama. Cama de colores para pintar el rostro de los festivos muertos. Festivales. Todo eso en la memoria. Ah, y el acordeón y el bajo sexto. Y una caja con cartas, resguardada en la memoria.

Lo otro sería abrazarte

Lo otro sería abrazarte y esperar en las noticias que se diga lo cierto, lo nuestro. Lo amoroso. Solo para saber lo que se siente. Abrazarte por la espalda o que me abraces, significa ni menos, la respuesta humana ante lo propio a la orilla de la corte. Abrazarte y sentir por ese solo hecho el cielo. Ya de tarde. Acariciando crucigramas. Y dando al clavo en el resorte del ingenio. Y vas a decirme texto, hoja, mango, calabaza. Al final de eso se trata. De crear mejores horizontes, para que de pronto el corazón paralice la ciudad. Para normas de uso. El manual ahora sí. O no. Eso es lo importante.

Lo otro sería no escribir

Sin escatimar esfuerzo, lo otro sería no escribir. Y quedar solo como zombie sin ansia por cualquier lugar, demonio o cosa. Dejar pasar viscosos días sin esperanza de que suceda algo extraordinario. Y ya van miles de miles en ese peregrinar sol, sombra. No escribir. Solo eso. Cerrar cuaderno. Poner punto final a las historias donde se escribe como cuento. Y cejar en el empeño de que algo debe quedar resuelto a causa de las letras. Poderoso amuleto disminuido luego que el anzuelo quedó prendado en la carnada. Dejar de escribir y hacerlo. Solo eso.

Lo otro sería callar

Lo otro sería callar y esperar que suceda el milagro. Lluvia de lluvia. Durazno en el durazno. Y esperar. Lluvia de oro en la nostalgia. Iridiscencia permanente mientras tanto. Esperar a detener la nube y que la lluvia permaneciera quieta. Lo otro sería. Veamos bien. Desesperar ante el anuncio, la cola en el quirófano, lo desafinado de la guitarra. Y sucede entonces que esa sonrisa, precisamente esa en la memoria, hace que el interior resplandezca como si fuera precisamente ese el milagro de la espera. Estamos bien eso es lo importante. Lo veo en la sonrisa. La del espejo. Lo otro sería callar, poner mordaza o bozal a los sueños. Solo porque sí. O por la atractiva carnada del anzuelo. Hola, digo a la princesa azúcar de este cuento. El viento levanta polvo, falda. Nada.

A quien ya conozco

A quien ya conozco no nombro para evitar contratiempos. Brisa hizo nuestra cuando las tardes se iban. Un policía notó el retardo. Era de noche cuando la luna, y preguntó. De entrada el silencio. Y luego el pretexto del motor caliente. Risas como de programa de humor. Y el policía mejoró en la imagen. Vayan a guardarse, dijo. Y se fue.  es un sueño. Vale. Comíamos higo y durazno. Éramos niños apenas aprendiendo el abecedario.A quien ya conozco miro cerca o lejos y es la misma. Ruiseñor. hada madrina. Potencia sideral de la aritmética. Y como en pasarela camina normal, con esa sencillez de la colonia. El tranvía. La tarde. Compra su revista del corazón y se entera que ha muerto De la Renta. Y murmura para sí. La elegancia no muere. Oscar se aprovechó de nuestro porte. Busca el verde y el azul. Y sigue la ruta. A quien yo conozco sabe de estas letras.

Mira bien

Que el poema te de una medida del tiempo. No son solo palabras, sino ganchos de nube amalgamados con sonrisas. Sin dejar por supuesto de lado las lágrimas, el miedo, la pesadumbre, las tribulaciones. Que el poema se defienda solo. Si estás o no, para el caso es indiferente. Se escribió un día para dejar constancia del roce, las palabras, caricias, las manos bajo lluvia. Y queda siempre,e no por los nombres, que pudieran ser, en el rescate del olvido, sino que simplemente es un hombre y una mujer en distintos tiempos. Usted y yo somos otros, aunque seamos siempre los mismos. Mira bien.

Los sueños

Un conjunto de abalorios multicuolor en un punto semioscuro de la habitación. Algunos libros. Piso de madera. Los tiempos  marchan paralelos. Los fantasmas sonrientes se reconocen ligeros, libres ya de afectos terrenales. Quedan palabras a la espera como huellas del pasado. De puño y letra los anhelos, las dudas. El requiebre de un cantar a dos voces imitando a los cantares. Se miran y por efecto de las miradas, como rayos, desaparecen. Para luego aparecer como si nada. Ahora mismo en este instante la gitana explica los sueños: "significan medianía, esperanza de una vida con sustancia. El tiempo se va. Y saben reconocerse como material de una historia. Dos puntos insignificantes en el universo". Estira la mano para sus monedas. las recibe y se va con la sonrisa de satisfacción que  le conocen bien en la comarca.

Atardecer de domingo

Atardecer de domingo, dolor en el tiempo, duelo por las horas y los pétalos marchitos, la alegoría del lenguaje en versos desafinados. Atardecer, nomenclatura de verbos sin movimiento, adjetivos grises. De esto se trata. Los olvidos son cripta con hierba alta en el cementerio, derrota de la esperanza. Es el camino paralelo a otro donde nadie camina ya. Ni afrenta de lobos cansinos. O caballos viejos, libres ya sin carga de jinete. Atardecer significa ausencias con humo registrado como marca. Olvidos son recuerdos idos en noches oscuras y días luminosos. Pero no tardes ahora que hay granadas maduras, higos en su punto. Tengo suficiente tinta azul y negra para seguir escribiendo historias de duelos con besos como trofeos del triunfo. Todo bien. La tarde oscura o gris es un sueño que antecede a las fiestas del mismo sueño. Hay un libro y otro más otro, escritos y por escribirse. Hay cerillo para hacer fuego, pedernal aún para la chispa. Este atardecer de domingo es preludio de semana dond

Ojo al muro

Ojo al muro mira bien. Oro muro, ojo gris o azul. Mira muro, al fin. Y en domingo cuando el sol tímido no está, para qué. Ese mirar lejano mirada no encuentra. Solo muro es, pared donde se estrella la esperanza, el sueño. Una estructura de barro bien cocido. Aprende entonces a utilizar el muro, y esboza nube otra vez, por si las dudas, traza lineas donde león rupestre aparece con sus garras bien afiladas corazón de león o búfalo. En la pared estampida de búfalos para búsqueda de oro en oferta o plástico por oro. Es pecado, dijo el pastor de ovejas tiernas, en referencia a dejar la sábana húmeda tarde. Y recibió que la envidia es pecado. Repelió rápido y cáustico el somnoliento en la mirada lote de palabras. Lote de oro es mejor, le aseguraron. Ande, anda rauda la vida. Dar pasos o no, es lo mismo para el que hizo la maqueta donde puntos negros, blancos y amarillos se desperezan y se multiplican. Moscas al fin, sin vuelo.

La distancia

Distancia donde quedan inertes los tigres. Agua tibia de la caricia.. Recodo del camino donde la curva apenas es el punto en el espacio. Miro el polvo.o piedra del camino. La estrella negra de la farándula brilla en ese resplandor de utilería. Un libro blanco o dos para escribir la historia de los pétalos que xe utilizan en el desprendimiento. Ninguna luz es suficiente. Tampoco el oro. Este pez pasa indiferente ante el anzuelo alegórico del gallo y la serpiente. En el camino las piedras lanzadas fueron recogidas para construir la casa deshabitada. Vamos bien en la distancia. Es esta la alegoría final del destino para llegar indemnes a la penúltima estación. Higo nada. El coche es el coche, nunca calabaza. La distancia se mantiene aún. Calle calla.

Viene al caso

Oigo en este amanecer las campanas de una iglesia. Y sé que habrá personas allí de edad mediana a grande con alguna oración para aligerarles la carga. Y yo escribo mientras tanto como si no hubiera nada a mi alrededor más importante. Amanece. Un día más para la breve historia de los encuentros. De la risa o el gesto adusto. Amanece y agradezco la vida. El jugo de naranja. El desayuno y el boleto para seguir el viaje a ninguna parte. Mejor dicho hacia la última estación. Que envidia a quienes viajan ligeros. A quienes apenas juntan sus manos para beber agua. Y solo llevan lo puesto. Y ni libros que les hagan peso. Viene al caso. Dejar constancia. Tanto por seguir descubriendo en el viaje. Bienvenida la luz. Dame tu mano.

La eternidad en la mano

Camino como en un set. Entre las calles limpias y el cielo azul de Victoria de Durango. Miro construcciones antiguas. Y las personas en un caminar lento y alegre. Con la tranquilidad de quien se sabe amo y señor de la tierra casa. Pásele señor. Aquí está lo mejor. Mire usted estos cuadros de nuestro artista capital Angel Zárraga. ¿Y estos ángeles? Es el eterno peregrinar entre los demonios y los ángeles, con sus lanzas e improperios contra los rezos y el cielo bien ganado.  Sonría para la cámara. No hay mejor cielo azul en la república. Este es el caldito de acá. Mazatlán, a dos horas y media. ¿Cuándo vuelven? Y me quedo arrobado por las voces multicolores como pájaros en primavera. Es el aire, el rumor, el ruido suave de los autos, las canciones. Y volver se escucha por todas partes. No decimos adiós. Sino volveremos.

Llueve

Llueve en miércoles. Incontenible el caer de gotas simples, transparentes. Sonrisas húmedas del asfalto a la noria. Melodía de jazz el sonido de la lluvia. Miro por la ventana pálidos tonos. Ocres. Grises. Vacía la calle, vacío el parque. Busco salvavidas en el mar adentro de los recuerdos y los olvidos. Escucho serenata clara, nítida, en sueños. Mi corazón se alboroza. Busca naranjas y luna mi mirada. Nubes negras como otro rostro de la vida. Llueve. Sigue lloviendo.

Para un miércoles

Llueve a medianoche de amanecer miércoles. Me detengo en la pagina principal del libro. Página en blanco donde escribo este destino de luminosidades caribe con copa. La palabra adiós se fue con el trueno. Miro surcos con tierra en abono, savia del sauce nuevo. Los días anteriores llevaron su aluvión de desórdenes. Una moneda. Triunfo del ego. Vanidad de vanidades. Me mostraron hoy una lonja sanguinolenta quitada de un cuerpo para asunto de estética. Volteretas. "Lleno mi formato. No aparezco en la lista" Una amiga me golpetea y reconforta: "es que no te mochaste con la japonesa". !Ella, la japonesa fue mi maestra de ética. Y qué desilusión". En fin. Cantemos al miércoles. Nada es verdad o mentira. Salvo usted que es toda verdad. Sí y siempre. A la mentira el velo de siempre. La historia me absorberá.

El asunto es simple

La palabra sola, entre viento y marea, se sostiene. Aún por sobre el silencio prolongado, por sobre la indiferencia. La palabra sigue su curso pronunciada o escrita. Entre el polvo o la nada. Entre la bruma. La palabra brilla y carga una historia entre sus sonidos que la integran. Si digo ave. Inmediatamente se concentran imágenes de canto, vuelo y color de plumaje. Si digo hoja, al instante como rayo se mira un color verde en primavera u ocre por el otoño. Y la savia de la vida, la poderosa savia. Si lluvia, entonces vienen a la memoria alguna canción, la humedad a causa del roce pedernal. La palabra es así, convocante de sueños, de ideas, de alebrijes, al contrario del silencio. De piedra a piedra el silencio se entiende. Sólo así. El asunto es simple.

Mil quinientos

Solo para dejar constancia. El anterior es el texto mil quinientos, de algo que inició hace ya casi cuatro años, con el formato soporte blog, de nombre Cuaderno Calvillo. De los primeros se hizo la selección para el libro Señal de humus, publicado a finales del 2013. Y los demás están disponibles para integrar otros dos o tres volúmenes. O más, si fuera este el caso. O menos. Satisfacciones y amagues representan estos textos. Satisfacciones por poder contar, gracias a la disciplina de escribir, con textos para seleccionar con ruta de lecturas públicas o libro. Y de los amagues refiero las veces que intenté cerrar el cuaderno con un basta, hastiado por los avatares de los días. Aquí seguimos. Indemnes. Aguerridos. Rotas flechas. Naves rotas. Brújula en pedazos. Solo con la convicción que si nada salva, entonces por qué no escribir. Porque hasta el caso se puede dar, que mientras seamos polvo, todos, algunos textos quedarán por allí para indicar del paso por la vida. Y esta fuente no se

Hoy amanecí pájaro

Hoy amanecí pájaro. Alas remando en aire. Canto de amor al viento . Amanecí pájaro y remonté kilómetros sobre pavimento, planeando a cientos de metros de altura. Y miro como pájaro las nubes y las pequeñas hormigas que distingo desde lo alto a lo lejos. Pájaro de los mil colores. De las notas de esperanza.  Amanecí pájaro y te invito al vuelo. Hay tanto por recorrer. Tanto por soñar. Por volar. Amanecer pájaro es milagro de la vida. Es el mejor sueño.

No le quito nada

No le quito nada ahora a lo escrito. Ni punto o coma muevo. Ahora que llego a cierto número de textos en los que dejé y dejo pistas de mis vuelos y caminatas. Allí queda lo planteado desde una aspiración o deseo, hasta las caídas en las banquetas de cera cantando canciones que nadie escucha. Escribí para lanzar al mar cartas sin destinatario ni destino. Y me regresaron húmedas y saladas a la playa soledad donde de vez en vez acudo para escribir en la arena nuestros nombres. No me arrepiento entonces de las palabras que se han ido acumulando engarzadas de acuerdo a pulsos de emoción y menos razón. Donde escribí canción es lo que dice. Donde nostalgia y olvido, lo mismo. Celebro la palabra. Hoy siempre. Quede constancia. Nada quito, nada muevo. Escrito está. Salvo correcciones.  Leo a Oliverio y me mueve a risa las verdades que dice. Higo digo. Y muerdo la fruta.

Nosotros los de entonces

No somos los mismos nosotros los de entonces. No solo de hace diez o veinte años. Si ni los mismos de ayer o antier cuando hablamos del poema y el polvo o las nubes.  El pensamiento fijó fotografías y música como si pudiera quedar inmóvil lo que tiene como esencia el cambio. Somos otros siendo exactamente los mismos por el origen, el nombre, las cicatrices, los lunares. Pero mudó lo que fue. Porque lo que llega necesita su espacio. Esta sonrisa de hoy no es la misma de ayer, lo mismo digo de los sueños. El tiempo es el resumen de todo tiempo. la percepción del mismo. Gitanas por las calles es un sueño, como la vida.

Estúpidos

Mirar un río estúpido y  caminar por calles estúpidas.  Es el caso de la reflexión sobre el tiempo, los espejos, las cópulas consignadas por Borges.  Escuchar canciones cursis estúpidas. Y sentir el viento estúpido.En un campo estúpido y una banca estúpida se sientan parejas con sus risas y besos, estos sí, estúpidos. En todo caso mis palabras escritas o pronunciadas también son estúpidas. Limpio mis lentes. Escudriño silencios. Recuerdos de sueños estúpidos para la nada estúpida donde ya no estamos.

Este domingo

Domingo de zanahorias. El conejo afila el diente. Hice limonada. El libro que adoro está junto a mi, ahora. Me asomé a la ventana para ver el cirio y la hoguera: basura amontonada solo hoy si el lunes no queda rastro de nostalgia. Los datos falsos de este día muestran a El tigre y la nieve como opción para el delirio e hipocondria. No es posible que aún, no.Tallar la sonrisa con otra para ver si como pedernal salta la chispa. Juego a los dados yo mismo para encontrar el ritmo de la suerte, la punta de la madeja. Recuerdo, claro, la Despedida de Alejandro Aura. "...nadie ha tenido la holgura necesaria para sentarse   a deshacer el apasionante intríngulis de la creación, de modo que se queda como estaba... esperando a que alguien tenga tiempo para ver los planos y completo el panorama lo descifre y se pueda resolver...". Hace tiempo vine, por Fátima,  a recordar los hechos, testigo de mi tiempo. Y me encontraré en la memoria el recuerdo de una fotografía, una carta al ma

Y bueno pues

Y bueno pues, que se va el sábado. Otro más, como otros días. Reyertas internas de bacterias contra bacterias. Y al ton del son se busca acabar con ellas, para que siga la risa. Continúo en la lectura de El dinosaurio, de Monterroso, ya mero lo termino. Y entre tientos y tiendas, palabras escurridas y espabiladas, me entero de notas del día. Buenas y malas. mas las regulares. Y dar paso a la sonrisa. Donde estés, es escribir un clishé. No importa. Las canciones de cantina cuentan tantas historias. Entre ellas oigo clara la de paloma querida. Pero es sábado de box. La cama espera paciente. Para esperar el domingo que traiga nubes de algodón bajo su brazo.

Esta tarde

Esta tarde cono de nieve. Esta tarde cianuro de luz para tus ojos. Tarde para cantar humedad vegetal con higo. Tarde para las nupcias. Naranja. Vaso de agua. T onalidad crisol tu cabello. Turno tarde el horizonte. Barco capitán. La escritura es uniforme los corazones. Esta tarde la nostalgia no llegó a pedernal chispa. Los poetas celebran con vino agrio. Salud por el buen tiempo. Por tu risa. Fricción con razón votiva. Escribo silencio con palabras. Aquí escribo. Aquí está tarde hay humo, nube vacía. Esta tarde no se. El camino viene en versión Rosa de los vientos. Vamos.

Los libros (3)

Decir otros libros no significa que estén en segundo lugar de preferencia. Significa que la memoria los acomoda de esta manera. Macario, de B. Traven, ese enigmático autor. Me ayuda en los momentos de hablar en público cuando la promoción a la lectura. Y de él mismo Canasta de cuentos mexicanos. Varios de estos cuentos describen el ingenio de los indígenas mexicanos. Uno de los libros que me ha hecho pensar siempre en el destino, es el de Cartas de la True marget, de William Saroyan. Escribe a Dios, a algunas maestras de básico. A un tío. Y en ellas va contando de manera sencilla la manera de ver el mundo. Los de JJ Arreola ni se diga. La ficción, el humor, la inteligencia festiva en la palabra. Mención aparte merecen los libros de Augusto Monterroso. Por cierto hoy escribí que me he tardado mucho en leer El dinosaurio, y que tan pronto lo termine leeré un libro que me comentan acaba de salir: El dinosaurio, edición comentada. O algo así. Ya dije que el de Masa y Poder de Canetti me lo

Los libros (2)

Un buen día leí Crímen y castigo, de Fiodor Fostoyevsk, en la Editorial Progreso, de Rusia. Tensión permanente conocer a Raskolnikov, seguir sus pasos, su razonamiento sobre el concepto del crimen.  Diametralmente el cambio con Epigramas, de Ernesto Cardenal, en el que tomo datos, flores, para el envío con flecha de miel al corazón.  No funciona siempre. Acompañarlo sí, con uniforme y tarjeta. Ah, esa desfachatez de Kafka en llevar por sinuosos caminos de lógica y entendimiento. Razón rota. El absurdo en su esplendor en Proceso y Metamorfosis. Ya dije de Borges: escritor perfecto, para mala fama del Nobel de literatura. Cortazar el juego permanente. Ibarguengoitia: cómo no le voy a reír. El de 20 poemas de amor y una canción desesperada, desespera para entregarlo con flecha dirigida. Estás y no estás, como un divino tesoro. No me preguntéis lo que recuerdo de mis lecturas. Yo mismo soy el reflejo y recuerdo en todo ese recorrido  Como una especie de olvidar en mí lo que de lecturas tu

El cuadro

Es un cuadro. Allí fijas las estampas de colores de un momento. La alquimia mezcla y lineas. Una manera de desaparecer en cámara más lenta que el común de los mortales. Es el dato de la lluvia y la fugacidad de la luz en su rapidez. Artista del olfato, ciego, deja constancia de fe. No hay fórmulas. El viento barrió todo. Las hojas secas se integraron en humus. Rica la soledad en la sonrisa ante el espejo. "¿Y esos quiénes eran abuelo?" "Es la voluta de humo que dibujó rostros de desconocidos. El artista del viento hizo el milagro de fijarlos. Solo eso"."Parecen dioses, abuelo. ¿A dónde te llevo ahora, abuelo?" "Al viento, que me de el viento, hijo. Para que se termine el tiempo, mi tiempo".

Libros (1)

Uno de los instrumentos de mi mayor afecto es el libro. He tenido varios como decir los he poseído. Aunque ha sido al contrario. Me han poseído. Sigo enamorado perdido de algunos que tuve y no tengo, el cancionero Serrat, el de Sabines, pero están a buen y mejor resguardo: las bibliotecas lo son. Y otros que están en un rincón, a la espera que regrese yo con mi emoción sobre ellos. Recuerdo la aparición de Milán Kundera con La broma, y La vida está en otra parte. Los amores ridículos. Era iniciar a leer hasta terminarlos. Hambre, siempre, del escritor noruego Knut Hamsum, en él mi corazón: un escritor vagabundo y su estilo con brillo de humor fino. Luego Hamsum obtendría el premio Nobel. Su novela me ha acompañado desde hace varios años. Cuando aparecían los artículos de José Emilio Pacheco y los de Gabriel García Márquez en Proceso, los leía con fruición, imaginando verlos algún día en libro. No ha sido posible. Salvo el de los discursos del Gabo en donde incluye el célebre que leyó e

Normalista

Quizá me explique. O no. Soy egresado de escuela normal. Allí llegamos después de la secundaria, la mayoría hijos de campesinos, obreros y maestros. Convivimos por cuatro años. Clases. Exposiciones. Prácticas. Deporte. Largas pláticas de todo tema. Análisis en clase sobre la enseñanza en nuestro país. Cómo tratar a los niños. Nuestros maestros nunca nos hablaron de partidos políticos Quizá se trató en un tema: historias de los partidos políticos. Solo eso. Cada equipo expuso lo que invest igó. Solamente. Ninguno de nuestros maestros nos propuso, en su interés, seguir rutas prefabricadas. Solo diálogo permanente. Nos dieron respuestas cautas a preguntas inocentes sobre el devenir y las condiciones del país. Aprendimos a hacer piñatas. Ensayos. A cantar canciones para coros infantiles. A construir para atletismo balas, discos y jabalinas y a lanzarlos. Hicimos un Cristo con clavos para herradura. Hicimos vistosos colguijes con chaquira y canutillo. Fueron cuatro años intensos de amistad

Luna en borrasca

Me dicen que la luna ayer era para eclipse. Y que sería a eso de las cuatro de la madrugada. No indagué mas. Vi es cierto ayer y antier, la de octubre en la canción la más hermosa. A mí me parece igual. Pero dicen de esta madrugada. Yo lo que vi anoche, ya casi a media noche, en esta parte de la geografía,  una luna entre borrasca, imagen borrosa. Ni pensé: ojalá se aclare todo. Es un decir. Lo que está a mi alrededor existe por sí, estando yo o no. Y un día no estaré. El eclipse sería en todo caso uno mismo. Los grandes momentos de confrontar nuestra luz y oscuridad. 

No estamos solos

  En la madrugada el silencio y los recuerdos. El silencio total y brutal, la oscuridad. No la soledad, esa no, porque de alguna manera es cierto lo que sucede. Un individuo solo está solo cuando se siente solo, en conjunto con los fantasmas de la autoestima, el vacío sin forma, el escudriñar sobre la necesidad de compañía y asomarse a imágenes que le corresponden. Un alacrán camina en el piso (él no lo sabe). En la oscuridad no lo ve. No se ven.   Y al encender la luz y verlo exclama: no estoy solo.

Ven (de cartas)

Iván Graciano Morelo Mi estimado amigo y gran poeta, allí donde estás, en tu pueblo de trenes, y árboles, no tienes que molestarte. Me gusta el café. Lo disfruto. Trato de ir cada tarde a una cafetería cercana a mi lugar de trabajo, en el centro de la ciudad. Se llama La Antigua. Allí llegan algunos amigos como vos, Y otros allí mismo venden libros de viejo. Vemos pasar el mundo. Arreglamos los problemas del país (es un decir). Hablamos de libros, de sueños, de idilios, de poemas. Y nuestra alma alcanza cierta paz entre los amigos y el aromático café. Tenemos la esperanza que una tarde, de algún día, se aparezca, salude a todos, y me diga :"Ven". El nombre es lo de menos. Es la musa de inspiración, es la muerte, es la vida.

Otra pared

Piedras del muro derribado quedaron para souvenir. Y se levantaron al instante otros muros por todas partes. El payaso ya no hizo reír con los mismos cuentos viejos. Un pin pan pum de feria con los restos del muro mientras levantamos otros. Cada vez más altos o con alambres de púas o vidrios punzantes. Cada quien su barda, cerca, reja. A una barda alta se le ponía de frente otra más alta. Así hasta que con cerrojos de puertas, sello de ventanas, el hombre quedó sin motivo para cruzar palabra. Se hicieron estudios, análisis. se elaboraron hipótesis sobre la necesidad del hombre de levantar muros por sobre el derribo de puentes. Tomaron opinión tras las bardas. Todos callaron sin explicación alguna. Nunca podrían concebir un mundo sin bardas. En la construcción de las mismas crecieron. Sobre los muros escribieron como graffitis sus cartas.

La pared

Frente a nosotros construyeron una pared. Y detrás también, por si las dudas. Una pared que fue siempre el alto en el camino. Escudriñamos sobre lo que podría haber de aquel lado de la misma. Y elaboramos prolijas ideas sin forma o con ella para poder imaginar la existencia de otro mundo si no mejor, cuando menos distinto. Cada vez que nos acercábamos a la pared se encendían las luces de alerta. Cada vez que intentamos derribarla antes de movernos nuestras piernas se paralizaron. Y en eso andamos todavía. Si la derribamos entre todos (es imposible, nos aseguran) o la derribamos solos. En el sueño doble sin la llama todo es posible. Con ella, lo mismo. Se aprende la lección, nos dicen en los textos, cuando buscamos cómo construir paredes.

Alameda

Álamos centenarios con su sombra, mudos testigos de dichas y tribulaciones de la existencia. Y en mineral  la desnudez, la libertad, la fuerza, el ideal. Piedra con piedra para la eternidad de lo ilusorio. Y los hombres discurren lucro y su aspiración mientras el presente  les mueve a deambular con prisas para encontrar en ello la felicidad que no aparece donde se busca.

Extrañar

Algo se sufre, cierto, en ese extrañar, pero también nos da elementos de tranquilidad saber que pese a todo lo del día, esquemas ya conocidos, conductas que nos restriegan que somos distintos, buscamos la manera de escondernos en nuestro mundo. Y eso nos da una sensación del domingo distinto, aunque estemos distantes.

A lo mejor no fue cierto

La memoria se equivoca con datos falsos. Suele suceder: un tiempo, un rostro, un nombre, cambiado en combinación por otro rostro, nombre, tiempo. Y es entonces que dudo de mí, de tí, de todos. Apenas ayer en el supermercado, la dentadura blanca y la sonrisa de hace años, dibujada en el rostro que miro. Un rostro alegre. Un rostro triste. Antes de salir de casa me miro en el espejo, para no olvidarme. Otro día en el ascenso a la montaña (es un decir) coincidí en el camino con alguien con ritmo, imágenes, detalles, las nubes como marco, y la humedad del agua. Otro día fue el libro, la pluma, la hoja y la sonrisa. No sé si al punto el recuerdo de ella se aleja o queda, si ella fue un sueño. Ahora es nada. La vida es simple. La vida pasa.

Rumor del tiempo

Rumor del tiempo. Hojas secas cuando caen. Cantos de grillos. Voces en murmullo. Una canción de alguna parte donde no hay nadie. El tiempo tiene lo propio: juegos, datos, estrategias, procesos que se determinan en una constante del devenir, en un flecha en ruta del porvenir. El silente mecanismo del tiempo que tritura. Yo pongo toda mi atención en la flor marchita y en el nuevo botón de flor. El canto de los pájaros no es más que un poema antes de la palabra escrita. Y los recuerdos de asuntos breves son claves sencillas que provocaban un suspiro, una lectura, un  rosar de labios. Este domingo llueve nostalgia por lo que es y será. Adiós pasado. ¿Dónde escribo mi nombre? ¡Las hormigas hacia el dulce!

La rueda de la fortuna

Que barbaridad, sin ton ni son, se presentan estos niños. Nunca los he descrito, ella es una niña flaquita, de mirada encantadora. "Como una lombriz", ella misma lo dice. Y él es moreno claro y risueño. Con una ceja muy junta. Y ahora dicen que la maestra les cambió la ruta de conceptos, ahora la tarea es investigar sobre los juegos de feria, algo así como la memoria de los viejos que recuerdan.  Y me ponen a platicar sobre "qué recuerda usted, de las ferias de colonia". "Cuando niño, entre los montes azules, se instalaban los gitanos, con una ruedita de la fortuna y los caballitos en giro. Y el tiro con carabina. Emocionante, por demás. Yo subía a la rueda. Solo el estar a punto, ya en la fila, del subir, para ver desde lo alto, la colonia y el porvenir. Mas la bajada el vértigo, la emoción. Y mirar a los otros estando arriba, viéndolos hacia abajo, y estando abajo, viendo a los de arriba, con cierto apremio, porque se siguiera moviendo en cinco o diez vueltas

A dormir

Alentado por los sueños del insomnio, me voy a dormir una noche más. Un día será por siempre para seguir alimentando los sueños del día y la noche.

La felicidad

Regresan los chicos, para seguir la tarea, encargada por su diligente maestra. Ahora vienen por el concepto de la felicidad. Y en eso sí creo que tengo para decir. Yo los veo a ellos sonrientes. Y sonrío. Antes de responder recuerdo rápido la asunción por el cerro, éramos niños, y  de cuando cruzamos el río a nado a por las toronjas. Mi madre lo dijo claro, "si te pasa algo, ya sabes que te las arreglarás conmigo", y reíamos. Los niños traían cada uno un libro en la mano. Y les dije que lo dejaran para leerlo. Y respondieron contentos: te dejamos uno, para que goces de su lectura. se trata de un príncipe feliz que tiene suerte con las chicas. Pues cómo no la va a tener, si es un príncipe, les respondo. Y seguimos platicando sobre las razones de la felicidad. El juego en la niñez. Bienaventuradas maestras, que mueven a estos chicos sonrientes a buscar las razones de la risa, y sin encontrarlas sonríen. Y eso es la dicha. Cuentan de los gitanos que leen las cartas, bailan y beb