El asunto es simple
La palabra sola, entre viento y marea, se sostiene. Aún por sobre el silencio prolongado, por sobre la indiferencia. La palabra sigue su curso pronunciada o escrita. Entre el polvo o la nada. Entre la bruma. La palabra brilla y carga una historia entre sus sonidos que la integran. Si digo ave. Inmediatamente se concentran imágenes de canto, vuelo y color de plumaje. Si digo hoja, al instante como rayo se mira un color verde en primavera u ocre por el otoño. Y la savia de la vida, la poderosa savia. Si lluvia, entonces vienen a la memoria alguna canción, la humedad a causa del roce pedernal. La palabra es así, convocante de sueños, de ideas, de alebrijes, al contrario del silencio. De piedra a piedra el silencio se entiende. Sólo así. El asunto es simple.
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