La felicidad

Regresan los chicos, para seguir la tarea, encargada por su diligente maestra. Ahora vienen por el concepto de la felicidad. Y en eso sí creo que tengo para decir. Yo los veo a ellos sonrientes. Y sonrío. Antes de responder recuerdo rápido la asunción por el cerro, éramos niños, y  de cuando cruzamos el río a nado a por las toronjas. Mi madre lo dijo claro, "si te pasa algo, ya sabes que te las arreglarás conmigo", y reíamos. Los niños traían cada uno un libro en la mano. Y les dije que lo dejaran para leerlo. Y respondieron contentos: te dejamos uno, para que goces de su lectura. se trata de un príncipe feliz que tiene suerte con las chicas. Pues cómo no la va a tener, si es un príncipe, les respondo. Y seguimos platicando sobre las razones de la felicidad. El juego en la niñez. Bienaventuradas maestras, que mueven a estos chicos sonrientes a buscar las razones de la risa, y sin encontrarlas sonríen. Y eso es la dicha. Cuentan de los gitanos que leen las cartas, bailan y beben, bajo la sombra de los árboles, despreocupados por posesiones. Bienaventurados estos niños, que me mueven a reflexionar, mientras ellos reflexionan, y esa es mi ganancia.

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