La pared
Frente a nosotros construyeron una pared. Y detrás también, por si las dudas. Una pared que fue siempre el alto en el camino. Escudriñamos sobre lo que podría haber de aquel lado de la misma. Y elaboramos prolijas ideas sin forma o con ella para poder imaginar la existencia de otro mundo si no mejor, cuando menos distinto. Cada vez que nos acercábamos a la pared se encendían las luces de alerta. Cada vez que intentamos derribarla antes de movernos nuestras piernas se paralizaron. Y en eso andamos todavía. Si la derribamos entre todos (es imposible, nos aseguran) o la derribamos solos. En el sueño doble sin la llama todo es posible. Con ella, lo mismo. Se aprende la lección, nos dicen en los textos, cuando buscamos cómo construir paredes.
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