Desde aqul día
Dice Borges que desde aquel día no mueve las piezas del ajedrez. Yo me muevo. Y me mueven pieza. Y pieza muevo en el tablero por si acaso el tiempo ya no es. Y como tal elucubro futuro, sonriente, sí. Adelanto la jugada y dejo pasar otras, el destino me dicta tiempos, momentos. Miro el reloj detenido desde aquel día. Y he dicho que el tiempo no lo mide el reloj. Giran sus mancillas en el movimiento de la luna y el planeta mientras luz y oscuridad se suceden. Me entiendo. Desde aquel día tengo una certeza, que son un conjunto de dudas que se desvanecen en el día a día. Soñé pueblo con caminos y accesos difíciles. Miré transparencia y generosidad en las personas. Vino generoso para los visitantes. Música de acordeón. Y te soñé punto g, letra consonante para gato, recostada en mí, a ojos discretos de los otros, en público. En luz y sueño, las piezas se mueven en ese canto de las alturas. Dice Borges lo que dices Borges.
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