Sucede a veces

Sucede a veces que no puedo escribir y no escribo. O hago un esfuerzo, como ejercicio. Y escribo. Cuando no puedo hacerlo, borro todos los intentos. Y me dedico a algo productivo. Por ejemplo a escribir sobre los oficios que me hubiera gustado ejercer: faquir, mago, alquimista, hacedor de papalotes, cantante, botarga de hombre feliz, malabarista, payaso. Hasta allí llego. Y abandono todo intento por dejar escrito el texto. Entonces me acuerdo del libro vacío. Del hombre vacío. Y escribo las palabras polvo, tiempo.

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