Luces

1. "Me gusta platicar contigo", dijo y agregó. "Es el silencio más sublime. Es el más expresivo". Y la respuesta fue un silencio demasiado expresivo. Y se conocían de vista solo en sueños. Una o dos veces. Y encontrarse de nuevo. Pero esa vez fue como un rayo de luz como cuando dos automovilistas se cruzan en la carretera, se reconocen desde lejos y se saludan con las luces.

2. Si está fuera de foco lo que se quiere ver, se puede ver borroso. Pero se ve. Se ve la silueta. El contorno. Y la imaginación completa la imagen que representa el cuerpo.

3. Si lo que se quiere ver está en la oscuridad, no se ve. Se requiere que haya luz suficiente. Y sin embargo la luz no basta. Se requieren los ojos conectados al cerebro. El objeto o cuerpo requieren luz y ojos que miren.

4. "Luces bien". Se le dice. Sonríe. Se le ve bien. De buen semblante. Ni patas de gallo. La sonrisa a flor de piel. Toda sonrisa seduce. Toda sonrisa jovializa. Luce bien. "Calla. No digas nada".

5. Pensaba con ideas de luces. No era adorno, sino esencia. El brillo de ese pensar se reflejaba en su mirada. Y esa forma de mirar transformaba a su alrededor todos los ambientes. Si era de frío, se entibiaba. Si era de tristeza empezaba la alegría. Solo que ese brillo a los mediocres y pusilánimes asusta. Y le atacaban. "Bruja", decían. 

6. Se le invitaba a todas partes. Y era con el morbo de saber de sus secretos, de asomarse a su vida íntima. De encontrar la perla falsa de la trampa. De mirar si se caía de la nube ante todos los presentes. Si resbalaba. Si sus cuentas eran impagables. Si de chaquira y canutillo eran sus radiantes joyas. Y no se dieron cuenta que era esencia verdadera del ser que anida vida, y cuyas alas transportan con seguridad a las alturas.

7. De todo aquello han pasado los años. En cada almanaque hacía las anotaciones del cumpleaños, del día del amor y la amistad, de la madre y del padre, para no cometer olvidos involuntarios que generaran malestares. Y a cada calendario le sucedía otro de año nuevo que al instante como maldición se convertía en el del año viejo. "Padre tiene muchos", decía. Y su padre ya había muerto desde hacía muchos años. Era como una Penélope al revés.

8. Una mañana se despertó descarnada. Así como se lee. ¿Era despertar del sueño o en el sueño? No se sabe. solo que se vio al espejo y era calavera. Y cierto es que extrañaba los músculos de la sonrisa y del sexo. Y golpeó al espejo con rabia y coraje. "¡Mientes, mientes!", le gritaba enfurecida. Y el espejo se hizo añicos. Solo que esa imagen de calavera sin carne ya estaba instalada en su memoria.

9. la vida era la luz. La muerte era la luz. Toda ella era energía y luz. No se concibe ni la conciben de otra manera. "Pero es el tiempo el que tritura", escribió una vez en sus apuntes. 

10. Pero antes mucho antes los sueños eran realidad. Viajaban de galaxia en galaxia. Se montaban en estrellas fugaces. Y hacían elevar más alto los papalotes de los niños. Eran la nada que volvían a la nada luego de un breve viaje por la vida.



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