Toco a la puerta de mi pensamiento
1. "Somos, pero ¿qué es lo que somos? Pocos, muy pocos nos hacemos tal pregunta. Y esos pocos, o demasiado pocos, ensayamos respuestas de acuerdo a nuestros límites en el pensamiento. Cando digo límites en el pensamiento, me refiero a la cantidad de conceptos que manejamos. Algunos manejarán más, otros menos, pues a eso me refiero de nuestros límites. Aquel que maneja mil conceptos, ese será su límite. Habrá quiénes manejen dos, tes, cuatro, cinco mil conceptos y otros más y mucho más. Entonces sus límites de comprensión de la realidad y -en todo caso- sus respuestas serán cada vez más amplias, más abiertas, más complejas.
2. Somos seres vivientes, somos polvo de estrellas, animales, animales racionales, somos hijos de Dios, somos naturaleza, terrícolas, huesos y tendones con movimiento, somos azar y circunstancia, cuerpos con ropa que vagan en tiempo y espacio, átomos agrupados, energía simple, energía compleja, ojos con cuerpo que ven, pensamiento encarnado, un paréntesis entre la nada y la nada, somos el peor es nada, somos circunstancia. Y así podemos seguir escribiendo en el concierto de conceptos, lo muy poco que hemos indagado. Algunos se quedarán solo en el concepto de que somos hijos De Dios, otros, de la naturaleza. ¡Que complejas son las respuestas. Y tenemos cada vez más dudas. Y todo por seguir leyendo.
3. Dije de los pocos que nos preguntamos lo que somos. Y los muchos no se hacen esas preguntas. Y entre ellos muchos no se las hacen porque parece inútil respondernos. Y al intentar buscar explicaciones con razones del por qué de nuestra vida, no encontramos respuestas lógicas. Y nos vamos por la tangente, rodeamos el tema, y a una pregunta sigue otra. Y eso no es nuevo. desde siempre el hombre busca explicaciones sobre el ser y el estar del individuo que piensa. ¿Y a poco no hay otra especies de animales que piensan. La vaca por ejemplo no tiene necesidad de ver el cielo. Su comida está en la tierra y a ella dedica su tiempo.
4. Pensar tiene sus costos. Nos lleva a preocupaciones. Nos lleva a discusiones. Nos lleva a escudriñar sobre lo que hacemos. Nos lleva a pensar si tiene sentido la existencia. de tal manera que hay sabios incomprendidos que dicen que mejor e son pensar en eso y dedicarnos a que discurra el día y ocurramos nosotros, mientras pasa el delirio maravilloso de la vida. Dentro de cien los nos quedará nadie de nuestra generación. No tenemos la vida comprada. Y los seguros de vida son un engaño vil como nombre. Pues lo que buscan garantizar es que les quede cierta cantidad para solventarse un lapso. El testamento asegura a quién queden los pocos bienes.
5. Pensar nos pone en tela de juicio. Nos pone a emitir juicios simples o complejos, de acuerdo a nuestros haberes en la palabra. No juicios para otros, sino para nosotros mismos. Y andamos por allí algo despistados, como que andamos idos. Nos sentamos en un parque. Y reímos solos, o hablamos solos (si esto es posible). Quien nos mire dirá que estamos locos (como ahora que escribo, quién lo diría hasta dónde he llegado), que hemos perdido la razón, sin ver que somos ocasión aprovechando al oportunidad de pensar, y en esta actividad, tratar de entender qué carajos hacemos viviendo.
6. La vida no puede ser tan simple como despertar, arreglarnos para ir a la escuela o al trabajo, comprarnos algunos cositas con nuestro salario, y comer si es posible de acuerdo a nuestra circunstancia económica, tres veces al día, mas algún gustito en fruta o dulce, y descansar por las tardes, regar nuestras plantas, y por las tardes entretenernos con algún programa de internet o televisión, y dejar que la ocasión nos lleve hacer el amor, para instintivamente reproducirnos, y que siga la fiesta de la eistneci humana. Hemos perder la dureza de nuestra carne, por más ejercicio que hagamos, el tiempo no perdona, y sazonados o no, nuestra carne, luego de haber vivido el delirio de la juventud, que por cierto parecía eterna, ha de perder la consistencia, y poco a poco habrá de abandonarnos, de pronto en accidente, o paro cardiaco, o lentamente como el fuego que consume, así ha de dejarnos aunque el pensamiento sea jovial aún.
7. A veces miramos una fotografía que publican en las redes, y allí se mira un pequeño punto azul en una vastedad de vacío, una pequeñez ínfima que nos proporciona datos visuales para intentar imaginarnos de las dimensiones y magnitudes de lo que existe. Y reflexionamos que en ese pequeño punto azul, que es la tierra, ha sucedido todo lo que sabemos de historia: guerras, imperios, descubrimientos, revoluciones, independencias, inventos de grandes máquinas, lo sublime del arte, los intentos de hacer arte, las dinastías de reyes, las tantas generaciones de esclavos, siervos y obreros, los grandes amores, las decepciones, la ira y el odio, etc. Y uno que reflexiona, ¿qué es en ese vastedad que escapa a nuestra comprensión de magnitudes?
8. Exactamente ¿qué somos? ¿Para qué estamos aquí un determinado tiempo? Es fácil meternos en los libros y buscar respuestas de pensadores que antes pensaron lo mismo, y sabios que fueron dieron algunas respuestas. Y escribirlas. Heráclito dijo tal cosa. Sócrates andaba errabundo preguntando, Platon dijo esto, en cambio Aristóteles dijo esto otro, Pitágoras tenía pesadillas con los números. Diógenes mataba moscas recostado en la banqueta y dormía en un tonel. Etc. Eso es fácil. Eso es fácil. Lo difícil es meternos en nosotros mismos e indagar en el interior. Que resuenen las ideas en nuestro interior como una pequeña semilla (del pensamiento) que hagamos crecer, alimentándola con lecturas. Y sea una palabra nueva aprendida la que nos haga reír. Y nos permita decir que eso trata la existencia. Si, de reír. Sí, de amar con todo.
9. Me maravilla mirar en mi exterior y también en mi interior. Me maravilla los miles de aves en movimiento como una sinfonía del vuelo. Y no se chocan. Como que tienen comunicación natural para deslizarse en el aire. Ora giran por acá, ora ondular hacia otro lado, se vuelven, hacen un giro. Busque esos video en internet, y admirémonos de esos movimientos armónicos en el vuelo. No sé, me digo, que lo mismo hacemos nosotros, aunque no tengamos conciencia que también nuestros pasos forman parte de ese movimiento articulado. No importa dónde estemos, a dónde vamos.
10. Usted, por ejemplo, se levantó muy de mañana, y se arregló para irse a un trabajo. Antes pasó a misa. Y así como usted, millones en el planeta hicieron lo mismo. Como si fuéramos el mismo ser con distintos cuerpos. Y nuestros movimientos fueran un concierto. Me maravilla pensar todo esto mientras me tomo un café. Me maravilla escribir. Y así en otros en otros lugares pensarán en algo semejante. Otros lo hicieron antes. Otros lo harán después que pase mi generación. Canto una canción. Pero todos también cantan, en los tantos idiomas. Me maravilla. Y también me maravilla ver los comejenes en su organización. Y el panal de abispas. Y las hormigas en fila cargando una hoja. Y un pájaro en una frágil rama, cantando. Una vecina pasa frente a mi ventana y saluda sonriente. No sé, me figuro que todos los seres humanos vivimos dentro de un gran panal, que llamamos rancheras, pueblos, ciudades, megápolis. Mientras tanto yo aquí y usted allá.
Comentarios
Publicar un comentario