De tus memorias
2. Porque no era asunto de soñar y quedarse dormido. No era asunto de dormir y no soñar. Más bien nunca supo lo que era la vida. Más que entretenerse en detalles, en momentos, en pequeñas cosas. Una mariposa aquí. Un comején allá.
3. Quizo hablar y lo callaron. Quiso hablar y lo obligaban a callar. Por años inventó banderas. Cada vez una nueva. Cuando le pidieron explicaciones, no supo darlas. El espejo le dictó su autobiografía.
4. Yo soy, pregonaba a los cuatro vientos. Y como todo pregón de lo que no se necesita, fue ignorado. Nunca tuvo productos para vender en un hipermercado.
5. Trató de verse en los otros. Miraba garras. Miraba pezuñas. Uñas sin corte. Rostros no humanos. Cada quien no era cada cual. No son lo que esperaba. Y empezó a ignorarlos, ignorándose.
6. Cuando encontraba un diccionario, era en otro idioma. No entendió la señal de aprender a comunicarse en otro idioma. El de los animales y las plantas. El de los seres que miran indiferentes. El que no saben las razones de sus risas.
7. Nadie le creyó cuando decía que conocía de la vida en otros planetas. Loco. Que había vivido otros tiempos. Que tenías más vidas que otros gatos. Que los seres humanos ya habían pasado cuatro extinciones. Que era el Dios encarnado.
8. Esta es su cama, le dijeron. Era cama de piedra. Estos son sus libros. Eran una biblia y El Quijote. Esta es su casa. Y era un sanatorio para enfermos mentales.
9. Vinieron de su parte. ¿Usted es Don Antonio? Soy San Antonio. Les dije. Se rieron. Les expliqué del equívoco en mi acta. Queremos que escriba su biografía. ¿La mía?, respondí vano, ególatra. "No. La de él".
10. Qué escribiría si le quitaran al camisa de fuerza. Le preguntaron. Las memorias de ese otro loco. Dijo.
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