Semblanza de Rafael Landerreche


Semblanza de Rafael Landerreche 

9 de marzo de 2018, tenía 65 años cuando.murió.

 Rafael Landerreche fue formado por jesuítas, sociólogo por vocación, historiador por afición y todólogo por necesidad, fue, hasta el final de su vida, una figura clave en la reinvención, difusión y práctica de la resistencia civil pacífica en México y en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

Rafael Landerreche distinguía entre la resistencia activa y la pasiva. Según él, la resistencia pasiva es aquella en la que nada más se realiza el acto de aguantar, de soportar. No transforma nada y termina provocando violencia. En cambio, la activa, nacida de la dignidad, es una no-violencia que transforma las estructuras y las situaciones de injusticia. Es invencible.

Landerreche fue un gandhiano radical. El pensamiento del dirigente de la independencia de India constituyó, con mucho, una de sus principales guías para su actividad política. Decia que asumitlos planteamientos de Gandhi implica una postura de crítica al capitalismo, no menos sino más radical que la surgida del marxismo, pues aquél llega a la raíz misma, a los mitos ocultos rtió.

Rafael Landerreche enseñó el significado de la entrega total y el acompañamiento a los pueblos. No es exageración: fue clave en el desarrollo y fomento de una cultura de la resistencia activa pacífica en los movimientos populares en México. Su modestia, sencillez y discreción, su decisión de caminar con los de abajo, hacen difícil calibrar con justeza el tamaño y alcance de su aportación. 

En 1991, Rafael acompañó a Andrés Manuel López Obrador en el Segundo Éxodo por la Democracia, y, más adelante, previo a la realización de las elecciones para gobernador de la entidad en 1994, impartió en Tabasco, como parte del Codehtab y de Serpaj, talleres de resistencia civil pacífica. No tardaría en llevar a la práctica sus enseñanzas sobre la no violencia. Después de documentar el escandaloso fraude en favor del priísta Roberto Madrazo y demostrar con cifras cómo se manipuló el padrón electoral, puso el cuerpo por delante para tratar de evitar la entrada del nuevo gobernador al Palacio de Gobierno. Pagó caro la osadía. Entre gases lacrimógenos y piedras, un golpeador del grupo de choque madrazista le propinó un salvaje batazo por la espalda. No quedó ahí la cosa, en 1997 fue apresado por tres horas, acusado falsamente de atropellar a una persona, como represalia por su participación en la lucha de Vernet, Macuspana, en contra de Pemex.

Como educador popular, Rafael se alejó del paternalismo como si fuera la peste. Consciente de que en nombre de la educación y el desarrollo se despoja a los de abajo (especialmente a los indígenas) de su riqueza, sostuvo que había que bajar de la Torre de Marfil e ir al pueblo no a enseñar sino a dialogar. La solución –decía– está con los de abajo, con su creatividad, solidaridad y generosidad.

Fragmento de una artículo de Luis Hernandez Navarro, del diario La Jornada



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