Me acuerdo (7)

Me acuerdo del maestro Filemón. Era el director de la escuela. Y era alto como gigante, fuerte como roble y corazón de pan recién salido del horno. Se imponía con su sola presencia. Era serio y también reía. Me acuerdo. Nos daba clases de historia. Y de varios temas me acuerdo aún en la distancia. Uno de ellos es cuando se fundó Roma. De acuerdo a la leyenda. Una loba amamantó a los hermanos gemelos, Rómulo y Remo, de por allí su nombre.Y un gran monumento en la ciudad nos mostró en fotografía.   Nos llevaba de viaje a los alumnos. La escuela tenía un viejo camión. Su chofer Don Pedrito. Fuimos a las presas. Al Antiguo Padilla, donde, hundido en agua, se mira una torre de iglesia. En la escuela una vez me castigó. Entré a su clase con un globo lleno de agua. Y este tenía una fuga pequeñita. Y me lo puse en la boca para que no mojara el suelo. Mas de pronto explotó la bomba. Y el agua quedó en el suelo, más o menos como un litro. Él al ver la escena me mira desde lejos y me pide salga del salón, expulsado. A día siguiente en su clase entro y me escondo tras un alumno. Y me descubre. Y me saca de nuevo. A la siguiente clase me puse en la ventana para no perderme su clase, que realmente me gustaba, como contador de historias que él era en su clase ibidem. Así como en dos clases siguientes. Y al verme con interés permanente. Me perdonó. Y me regresó a la clase. Entre otros recuerdos. En la clausura, cuando salimos de tercero, leyó el poema Sí, de KIpling. Que nunca olvido.
(SI puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud,/ o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos;/ Si nadie, ni enemigos, ni amantes amigos,/ pueden causarte daño...).
El maestro Filemón en paz descansa. Más su memoria es eterna.

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