Me quedo con el ala izquierda
Me quedo con el ala izquierda. Con las páginas escritas. Con la sonrisa de bote pronto ante los saludos. Es una buena manera de iniciar el día. Escribir. Y bañarse, claro. Pero escribir abre la posibilidad de descansar la mano. En eso que llamamos buenos deseos. Y para mí sea la cera y construirme el ala derecha y completarme. Me quedo con el libro, ese donde van las sales y una porción de playa en las arenas. Ese libro tiene su historia. Mis dedos haciendo el recorrido por el plano mayor del universo y posteriormente en la maqueta. Yo me entiendo, y sé que tú también. Me quedo con el lado izquierdo de las cosas. Sin falsos esquemas de las ideas. Es la parte que me gusta. Simplemente. Hay en el libro un pase viejo para el cine. Y una hoja seca que representa la heredad posible en el pasado. Yo me entiendo, ya lo dije. Me queda, allí guardado también en el libro de humedades a causa de la lluvia, una rima en palabras sueltas. Yo me quedo y viajo de vez en cuando en otras rutas, para ver si mejora el ejercicio de respirarte, vida.
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