Es de madrugada

Es de madrugada y en el jardín rocío. Una navaja doble filo el frío. Y la oscuridad un manto genial donde me escondo. Es de madrugada y la canción se escucha cada vez más lejos. La hoja allí al rumbo. Y otra hoja ajada vuelve en el retorno. Es extraño escribir así, entre los veinte mil vislumbres de tu lengua. Y el retorno de la bestia. Sirven mis cartas marcadas para el juego. Y aparece sensible invisibilado

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