Me acostumbré a ella

Me acostumbré a ella. Al abrazo y beso con sus palabras. Al dulzor de las imágenes. Al calor cuando el frío. Me acostumbré de tanto leerla y mirarla: suave, brillante,alegre, bella. A su ritmo de compás de espera, o de frenesí con vorágine. Me acostumbré a esos volados desatinos de la vida. A los alados sueños de palabras, tapiz mágico, nube. Me acostumbré a correr por la playa. A cantar en público solo por ella, inaudita, franca, feliz, rítmica. Me acostumbré a beber y comer de su boca de palabras, dulzor de labios de palabras. Me acostumbré a sus cerrojos, abrojos, ojos, enojos. Salten chispas de palabras, para vivificar y hacer constancia de vida. Acostumbrado estoy a ella. A la poesía. En todas partes está, en todas partes.

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