La costumbre

La costumbre de respirar de manera repetida y rítmica. Más agregado el sonámbulo suspiro. Miro la flor. La costumbre de mirar la nube y quedarse allí en el sueño al evocar la ausencia y la presencia como uno solo. De anidar la idea para la sonrisa, permanente, serena. De elucubrar sueños de futuro mejor donde sea el pan la bandera producto del trabajo.  Y con tu mano, claro, solo así. La costumbre de saltar al vacío y al encontrar la piedra  de nuevo tropezar. Y no perder nunca la cabeza, por el ego, la esperanza y menos andar con desaliento.  La costumbre de buscar la palabra precisa como descifrar futura clave en tu mirada. Es el hecho concreto. La costumbre de dejar migas de pan en el camino. Escuchar una canción en la radio de mamá que evoca por decir lo menos la costumbre de estar como el ser, visor de maravillas. Poema 20 en voz del mismísimo Neruda. Yo me entiendo si digo sonrisa, cuando miro el campo florido, el agua transparente, cien mil imágenes repetidas de la luna por los tantos momentos, el cancionero también. Polvo lunar. Esta soterrada costumbre de escribir un nombre, uno solo. Y romper de nuevo el papel pautado por la canción que repito como himno. La costumbre de respirar no es suficiente. Necesario sea a todo pulmón. Escribo de madrugada sobre la costumbre de soñar siempre el paraíso.

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